La ruta del salmorejo en España de Aircrew Lifestyle

Una de las ventajas del verano es que es posible conseguir tomates que sepan a algo más que poliespán. Y con ellos, por supuesto, lo mejor que se puede hacer es salmorejo. Esta receta cordobesa, que ha viajado por nuestra geografía con un ímpetu manifiesto, es un aporte de vitaminas excepcional, y acompañado de jamón y huevo, resulta perfecto plato. Morrofinos como somos, hemos querido hacer un cónclave tomatil para ofrecerles nuestros salmorejos preferidos a lo largo de España. Para otro artículo nos comprometemos a hacer lo propio con el gazpacho, líquido y personalísimo manjar.

 

Salmorejo. Imagen de Alexandra Guerson.
Salmorejo. Imagen de Alexandra Guerson.

 

Salmorejo en Córdoba
El salmorejo modernizado de Bodegas Campos. Imagen de su página de Facebook.
El salmorejo modernizado de Bodegas Campos. Imagen de su página de Facebook.

 

Bodegas Campos: Debería ser difícil tomar un mal salmorejo en la cuna de esta receta, pero el turismo ha hecho mucha pupa. En este famosísimo restaurante lo ponen estupendo, y lo actualizan con una gelatina de Pedro Ximénez, huevo y jamoncito. La verdad es que la buena fama que tiene el sitio no es inmerecida.

La Cuchara de San Lorenzo: Si buscamos una cocina diferente y creativa y platos de siempre, entonces debemos recalar en el restaurante de Paco López, que por cierto, dicen que hace un salmorejo inmejorable, que se acompaña de huevos de codorniz. Precios muy razonables para la calidad que se despacha.

El Churrasco: Rafael Carrillo y su esposa fundaron este restaurante en 1970. Sus carnes, sobre todo un solomillo acompañado de dos salsas, fueron dándoles más y mejor reputación en la ciudad. Hoy es una visita indispensable, y su salmorejo, solo o con berenjenas fritas, una opción deliciosa de primer nivel.

Salmorejo en Madrid
El rico salmorejo de Taberna Arzábal. Imagen de su página de Facebook.
El rico salmorejo de Taberna Arzábal. Imagen de su página de Facebook.

 

Taberna Arzábal: El local con el que Álvaro Castellanos e Iván Morales llevan años triunfando presume de tener uno de los mejores salmorejos de Madrid, a doce euros la ración (ocho si es media). Además de en el local de Menéndez Pelayo, puedes probarlo en la terraza de su nuevo espacio del Museo Reina Sofía, un enclave ajardinado muy bonito.

La Croquetta: Este restaurante está especializado, como bien permite aventurar su nombre, en croquetas. Pero el dueño procede de la villa cordobesa de Doña Mencía, y prepara un fantástico salmorejo que gusta a sus parroquianos. Y por 5.50 la ración, precio más que razonable para esta receta noble y sencilla.

Restaurante La Gaditana: Tanto en el restaurante de la calle Fuente del Berro como en la taberna, en Lombia, preparan para el que, según mucho, es uno de los salmorejos “top” de la Villa y Corte. Ponen hincapié en que las medidas son la clave para garantizar siempre el mejor resultado. Servidora, además, añade que otro truco andaluz es quitarle la piel y las pepitas al tomate.

Salmorejo en Barcelona
Una imagen del restaurante Carmen. Imagen de su web.
Una imagen del restaurante Carmen. Imagen de su web.

 

Casa Carmen: El salmorejo es de gran calidad, optemos por visitar su local de Gran Vía o el de Diagonal Mar. Aquí el salmorejo lo sirven con jamón ibérico, sandía, piñones y albahaca y también sirve de aderezo para una fresca ensalada de burrata y pesto.

Jardín del Alma: El precioso restaurante del Hotel Alma tiene fama de ofrecer un delicioso salmorejo, a la altura de la belleza de su terraza gastronómica. Merece la pena reservar y darse un homenaje a bien precio, y disfrutar con sus propuestas mediterráneas.

El Cruce: En Santa Coloma de Gramenet encontramos uno de los mejores restaurantes andaluces de la región. Por supuesto, sirven un estupendo salmorejo, aunque solo durante la temporada de verano. Y eso ya es toda una declaración de intenciones.

Salmorejo en Valencia

El Albero: En plena calle Císcar encontramos esta taberna andaluza, donde, entre otros platos típicos de la tierra, no puede faltar el salmorejo. Un buen lugar para tapear y disfrutar de los bocados más sureños al este de la península.

Salmorejo en Sevilla
Una estampa del salmorejo castizo de Casablanca. Imagen de su web.
Una estampa del salmorejo castizo de Casablanca. Imagen de su web.

 

Casablanca: Cerca de la Maestranza encontramos este castizo, taurino y cofrade enclave. No se debe perder usted el salmorejo que ofrecen, pero es que el resto del tapeo es irresistible: tortilla al whisky, guisos marineros hispalenses, ortiguillas… Es un imprescindible. De verdad.

Enrique Becerra: Tiene la opción de visitar el restaurante, pero le recomendamos la barra por ahorro y ambiente. Sin duda, uno de los mejores salmorejos de la ciudad, suave y cremoso. Las tapas de este afamado espacio son adictivas.

Eslava: Cuando uno entra por la calle que da nombre al establecimiento le sorprende ver la marabunta congregada en torno a la puerta. Desde luego, da pistas sobre la calidad de sus platos. Al salmorejo que sirven es difícil ponerle peros, aunque hay que probar otras exquisiteces como su original “cigarro para Bécquer”.

Salmorejo en Zaragoza

Casa Lac: Es uno de los restaurantes más antiguos de España. Está en el popularísimo barrio de El Tubo, y lo regenta Ricardo Gil, uno de los chefs más expertos en cocinar con verduras del país. Elabora su salmorejo con el mejor tomate de Tudela, y se sirve con jamón confitado solo en temporada.

Salmorejo en Málaga
BiBo Marbella. Imagen de su página de Facebook.
BiBo Marbella. Imagen de su página de Facebook.

 

BiBo Marbella: Dani García ofrece la cara más gamberra e informal de su gastronómico talento en este espacio que próximamente contará con sucursal en Madrid. Nos sorprende su salmorejo, que acompaña de centolla, y una pipirrana de manzana verde. Málaga y Córdoba, unidas en una receta.

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Rosalía Martínez

Aunque mi nombre es Rosalía Martínez, todo el mundo me conoce como Piti. Periodista gastronómica de profesión, tengo igual de inquietos el espíritu y el paladar, así que me apasiona viajar y descubrir sitios fantásticos para comer. Y contarlo y recomendar, claro. Epicúrea convencida. Cuando no como o viajo, leo y veo series.
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