Cuenca, el tesoro escondido de Ecuador
Referente turístico y cultural de Ecuador, cuenta con un parque nacional -El Cajas- con unos 250 lagos y lagunas
La tercera ciudad más importante de Ecuador es la cuna de los sombreros de paja toquilla
Considerada la tercera ciudad en importancia de Ecuador, Cuenca está rodeada de cuatro caudalosos ríos. En sus orillas todavía se pueden ver mujeres que lavan y tienden la ropa al sol mientras los niños juegan y corretean por las praderas. Es una estampa muy característica de esta fértil villa de la provincia del Azuay.
Sombreros de paja toquilla
Cuenca es la ciudad de los sombreros de paja toquilla, mal llamados de panamá, y de las cholas con las características trenzas. También es el tesoro escondido de Ecuador y hay quien dice que es la ciudad más hermosa del país. Su impresionante centro colonial, con 35 kilómetros de calles adoquinadas, elegantes balcones de hierro forjado y fantásticos patios y plazas repletos de flores forman un conjunto digno de contemplar.
Una urbe con tranvía
También conocida como el Tesoro de los Andes, Cuenca cuenta con numerosos atractivos turísticos, gastronómicos, artísticos y culturales. Se trata de una urbe con un tranvía que la cruza de punta a punta, y con mucho que descubrir, empezando por su majestuoso centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999.
Cúpulas de azulejos azules
Hay que descubrir su multitud de iglesias, la plaza de las Flores o la espectacular Catedral de la Inmaculada Concepción, con sus seis cúpulas, cuatro de ellas cubiertas por azulejos azules, que son la seña de identidad local. Imprescindible es también la visita a su antecesora -conocida como Catedral Vieja-, la Iglesia del Sagrario, que hoy funciona como Museo de Arte Religioso y cuenta con una gran variedad de altares y un poco común órgano de fuelles.
Cuenca es naturaleza
Uno de los espacios naturales más representativos de Cuenca, que también es referente de la protección de bosques y parques, es el Barranco del río Tomebamba, límite entre la zona antigua y la moderna, que tiene unas singulares casas ‘colgando’ en su ribera. Hablando de su naturaleza, en la parroquia de Baños se concentran varios spas y balnearios con aguas termales que fluyen de una falla volcánica; y a tan sólo 32 kilómetros al oeste de la capital se encuentra el Parque Nacional Cajas, un sistema lacustre de origen glacial reconocido en 2013 por la Unesco como Reserva Mundial de la Biosfera y que está compuesto por más de 250 lagos y lagunas que se pueden descubrir a través de 8 rutas y 7 senderos.
Faroles en honor a la Virgen Morenica
También hay miradores como el de Turi, El Calvario o Icto Cruz desde los que la ciudad se ve siempre majestuosa, más si cabe en fechas como el Festival de Luces (7 de diciembre), cuando parte de la ciudad se ilumina con miles de faroles en honor a la Virgen Morenica del Rosario.
Cerámica, joyería, textiles…
Este encantador rincón de Ecuador conserva con orgullo tradiciones ancestrales artísticas como el trabajo de la cerámica, la joyería, la herrería y los textiles. Ha sido declarada Capital Mundial de la Artesanía y entre sus oficios más representativos está el tejido del sombrero de paja toquilla, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Incluso existe un Museo del Sombrero de Paja Toquilla en la ciudad.
Mestizaje de la gastronomía
En cuanto a la comida típica de Cuenca, se trata de una gastronomía mestiza, mezcla de la cañari, la inca y la española, que durante más de cinco siglos ha ido evolucionado y mantenido su presencia en las formas de cultivar, producir, preparar y consumir sus alimentos.
Recetas de los conventos
La sopa Motepata -o Puchaperro– es el plato estrella de los también cuidados y famosos carnavales de la zona; la Fanesca es tradicional en su Cuaresma; y en el mes de junio todo se llena de los Dulces del Corpus: Alfajores, Quesitos, Cocadas de cuchara, Huevitos de faltriquera, Cusingas, Pucawañis y demás manjares que elaboran las “mizhqueras” (mujeres que elaboran dulces), que guardaron celosamente las recetas en los claustros de los conventos. También de los conventos salen el Agua de pitimas -hierbas medicinales con efectos calmantes-, la Gelatina de pichón -un suplemento alimenticio para evitar anemias en niños y ancianos- o el Jarabe de rábano, que actúa como reconstituyente.
Dulces y bebidas ancestrales andinas
Otras bebidas, éstas más festivas, son el Draque, el Gloriado y el Canelazo, cuya base es el licor de caña, hierbas aromáticas y especias dulces. La Chicha de jora es otra bebida ancestral andina, muy típica en su mixología, que se toma especialmente el 24 de diciembre, en una de sus fiestas más populares, el Pase del Niño Viajero. La Colada morada, sin embargo, hecha a base de harina de maíz morado -de ahí su nombre y su color-, se toma en torno a la festividad de los difuntos, el 2 de noviembre, y se acompaña de guaguas -unos muñecos- de pan que representan a los muertos.
Memoria cultural del campo
Durante el Inti Raymi andino se preparan las Tortillas parug (un tipo de maíz), que anuncian las cosechas de los granos y alimentos maduros de las chacras; y se elaboran Coladas de chawarmishki (agave andino), Zambo cagüina y Panela para el frío de la tarde tras las cosechas, aunque la temperatura en el cinturón del mundo ronda los 15º C durante todo el año. El Morocho es una bebida a base de leche de vaca, maíz maduro y especias muy típica en sus desayunos y la Galleta de manteca es una variedad de pan autóctona que hay que probar.
Se podría decir que el mote es el ADN de sus comidas y se sirve para acompañar sopas, solo, con quesillo… Son muy típicos en su mesa los envueltos de hoja, como los Timbulos, Cuchichaquis o los tamales cuencanos, parte todos ellos de la memoria cultural rural de la zona, ya que son preparaciones que acompañaban a los arrieros para tomar fuerzas en sus viajes.
Conexión aérea con Quito y Guayaquil
De hecho, salivando con sus manjares, y tras conocer sus atractivos turísticos y culturales, ya estamos listos para viajar -con o sin tamales- a descubrir Cuenca en Ecuador y empaparnos de las tradiciones que nos puede transmitir su gente, cerca de 580.000 habitantes, en una superficie de unas 15.730 hectáreas. Cuenca tiene conexión constante por aire con Quito y Guayaquil en menos de 50 minutos ¡y no hay que perdérsela!