Los patios (tan particulares) de Córdoba

Cada año, el ayuntamiento cordobés publica las fechas exactas de la Fiesta de los Patios de Córdoba, que abarca casi dos semanas del mes de mayo. Alrededor de cincuenta patios abren sus puertas para que todo el mundo pueda verlos. Pero ni se le ocurra ir a visitarlos en los días en los que se celebra el concurso.

 

Sede de la asociación Amigos de los Patios de Córdoba.

 

Largas colas, demasiados selfis, ruidosos ¡ooooohhhh!… Los patios se deben ver antes y después, sin codazos, sin agobio y sin que otros turistas salgan en nuestra foto. Así, incluso podremos escuchar el sonido del agua, que siempre habla en susurro.

Como decimos una cosa decimos la otra: hay que evitar las fechas clave, pero bajo ningún concepto perderse este espectáculo declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Y no basta con una vez en la vida.

Los patios están ahí todo el año, en el casco histórico de Córdoba, que también es Patrimonio de la Humanidad. Lógicamente, la primavera es la estación que mejor les sienta, pero estas flores no son de un día.

Detrás de cada sobria puerta y de cada austera fachada puede surgir la sorpresa. Los cordobeses son así, nada de apariencias. Llevan el verdadero lujo por dentro. Y los patios también están presentes en muchos edificios públicos y privados, antiguos hospitales, conventos y casas señoriales que hoy tienen otros usos, mansiones y palacios como el Viana o Casa Árabe, museos, tiendas, restaurantes y viviendas modestas que mantienen la tradición, e incluso hay jóvenes dispuestos a tomar el relevo. La asociación de Amigos de los Patios de Córdoba tiene un censo tan impresionante que da para ir todos los años de nuestra vida.

patios de Córdoba
Patio de Casa Árabe en Córdoba.

 

Lo mejor de cada casa

El patio es tan viejo como la civilización. Dicen que se debe a la tradición islámica, tan arraigada en Córdoba, pero es de mucho antes. Tiene sentido reservar un lugar central para reunirse, relajarse y protegerse del calor que asusta de puertas afuera. Los romanos tenían casas con patios, los musulmanes los mejoraron y los cordobeses los han convertido en atracción turística en oasis para los viandantes.

En Córdoba hay patios de todo tipo, pero son los patios populares los más interesantes. Hoy como antes están habitados, aunque de distinta manera. En el pasado, eran el centro de los servicios compartidos por un grupo de familias; de ahí partían escaleras y puertas para los dormitorios privados. Albergaban zonas comunes, como el pozo, los lavaderos, el único váter del vecindario, la cocina, el horno… Los patios también eran el lugar donde se hacía la vida social. Y como lavar y cocinar eran tareas de mujeres, también ellas empezaron a ornamentar el espacio con la belleza incuestionable de las flores.

Un patio da mucho trabajo. Cada año se deben encalar las paredes y es necesario repintar las macetas. Constantemente, hay que quitar las hojas muertas y barrer el suelo. Dependiendo de la temperatura, puede que sea imprescindible regar dos veces al día, y no hablamos de cuatro tiestos, sino de varios cientos, casi siempre colocados a alturas inhumanas. Con el sol despiadado de Córdoba, a menudo hay que improvisar toldos o cambiar de sitio las plantas delicadas al ritmo que marca la luz. Es preciso combatir plagas, abonar, podar y trasplantar. También hay que estar al día en las modas, ver qué ha puesto el vecino, estar al tanto de nuevas semillas, pedir y dar esquejes, buscar las especies que se adapten mejor… ¡Uf!

¿Y todo para qué? Para que quede bonito. La razón más poderosa de todas.

tienda
Patio de una tienda de cordobanes y guadamecíes.

 

Patios todo el año

Las flores tienen sus ciclos, pero hay patios de elegancia perenne que se mantienen hermosos todo el año, con naranjos y limoneros circundados por sus alcorques; macetones con aspidistras, costillas de Adán, cintas, clivias, colios, kalanchoes, ficus o esparragueras despeinadas; arriates con clemátides y buganvillas…, son lugares monumentales y señoriales que pueden visitarse en cualquier fecha porque nunca se marchitan.

PATIO 1
No solo hay flores en los patios, también pozos y piezas de valor histórico.

 

Los patios se atisban tras las puertas a medio parpadeo que no rehúyen a los curiosos. Los particulares están orgullosos y ni los esconden ni se niegan a mostrarlos. Pero los turistas bien educados tienen más opciones. De septiembre a junio, en el barrio de San Basilio, se organizan visitas guiadas a patios populares por el módico precio de a euro el patio. Hay modestas viviendas del siglo XVI, cuidadosamente remozadas, que cuelgan hasta seiscientas macetas repintadas de rojos, granates, añiles, en las que gitanillas, geranios, begonias, claveles, hortensias, petunias, rosas, alegrías, claveles, azucenas, jazmines… se pelean por destacar.

Los dueños de cada patio responden pacientemente al ¿y esto qué es? de los turistas. Les gusta enseñar que tienen una especie diferente, por ejemplo, una medinilla magnífica de Filipinas, que se habrá enamorado de Córdoba, como nos pasa a todos, y por eso consigue sobrevivir tan lejos de casa; o la última incorporación, que por aquí llaman flor de la gamba, por su parecido con el bicho o porque es más práctico que decir beloperone guttata.

Mes sí y mes también hay más pretextos para decorar los patios, que si en Navidad, con una explosión de flores de Pascua, que si en Domingo de Ramos, con hojas de palma… Todo por la estética. Por eso aquí ni se plantean el riego por goteo: quedaría horroroso.

En julio y agosto los patios privados se cierran porque, dado el clima de Córdoba, las flores se fríen incluso antes del verano. Pero esos otros remansos magníficos, ya sean los patios de edificios monumentales o los de los tablaos flamencos, permanecen abiertos cuando los termómetros se ponen por todo lo alto. El corazón de Córdoba es un fresco patio, un oasis siempre dispuesto a refugiar a quien lo necesite.

PATIO CASA ARABE
El agua es un sonido habitual en los patios cordobeses.

 

 

 

Ana Cañizal

Fotógrafa aficionada y periodista. Trabajo en mi empresa de servicios editoriales, Balloon, pero me escapo en cuanto puedo porque lo que más me gusta es viajar. www.balloon.es

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