Así es Shirakawa-go, la aldea japonesa donde el tiempo se paró
A la sombra del Monte Hakusan, Shirakawa-go es uno de los destinos japoneses de visita obligada para los amantes de lo rural. Reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, tranquilamente puede decirse de este hermoso pueblo tradicional que sea la representación de la postal perfecta. Y tranquilamente también creerá sentir que el tiempo allí se detuvo en el siglo XIX, con sus construcciones perfectamente conservadas y su modo de vida tradicional en plena salud.
– Fotos: © Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO) –
La lista de lugares de Japón que pertenecen al Patrimonio Cultural de la Humanidad es larga. Algunos son recintos arquitectónicos en plena naturaleza de una belleza inigualable y un valor incalculable, como es la aldea de Shirakawa-go. En este lugar, simplemente caminando por las calles y respirando el humo de la leña podrá experimentar el Japón premoderno, pero dedique un par de días a este destino si le interesa absorber realmente la atmósfera imaginando la intemporalidad de la vida en el Japón rural, y perder el estrés de la vida contemporánea.
El principal punto de interés de Shirakawa-go es Ogimachi, una aldea de casas de estilo gassho-zukuri, que significa literalmente «como manos en oración». Se trata de construcciones altas con techos de paja que se inclinan abruptamente hacia el suelo. Es tipo de construcción permite soportar el peso de la nieve durante las fuertes nevadas del invierno y son consideradas obras maestras de la carpintería. Se construyen sin clavos, cada viga se encaja perfectamente en la siguiente por lo que su estructura es muy sólida.
Algunas de las casas en pie son del siglo XIX y son actualmente museos en los que el viajero puede conocer de cerca la historia de la región, el estilo arquitectónico de estas antiguas viviendas y sus características, y algunas de las industrias clave de Shirakawa-go. También hay varias de estas casas que ofrecen alojamiento y otras son aún viviendas privadas.
Entre las más destacadas están la Casa Wada, situada junto a la parada del autobús y destacada por su jardín japonés; la Casa Kanda, con más de 150 años de antigüedad; la Casa Nagase, hogar de una familia de médicos, hoy convertida en museo de los utensilios y equipo médicos del período Edo (1603-1867); y la Casa Tajima, que muestra la historia y el proceso de una de las principales industrias de Shirakawa-go, el cultivo de la seda.
Se puede visitar también el museo Gassho-zukuri Minkaen, un museo al aire libre que recrea la antigua vida local y donde se pueden ver demostraciones de artesanía, así como disfrutar de la gastronomía de la zona en diversos restaurantes -no deje de tomar un delicioso mitarashi dango en algún café o puestecillo- o adquirir productos locales en sus diferentes tiendas. Uno de ellos es Doburoku la bebida local, un sake casero sin filtrar tan popular que en su honor se celebra la fiesta de otoño. Durante el resto del año, todos los detalles sobre esta bebida se pueden conocer en la Sala Doburoku Matsuri.
Otro de los puntos clave es el observatorio Shirayama, desde donde se puede contemplar las mejores vistas del pueblo. Unas vistas que con cada estación ofrecen un espectáculo diferente pero igual de especial, desde el manto blanco de la nieve, los colores del cambio en verano, el rosado de la flor del cerezo en primavera y los tonos ocres del otoño.
Shirakawa-go está a poco mas de 4 horas de Tokio y para llegar hasta allí se puede ir desde Nagoya y Gifu en tren en la línea JR Takayama hasta Takayama, y en autobús desde Takayama Bus Center.
– Fotos: © Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO) –
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