Los mejores parques nacionales para huir del mundo
¿Necesita urgentemente conectar con la naturaleza? ¿Su nivel de estrés es tan alto que está a punto de estallar? Le comprendemos, querido lector, a nosotros nos pasa lo mismo. Por eso hemos preparado una ruta por los mejores parques nacionales para huir del mundo. De todos ellos hemos disfrutado, nosotros o amigos muy cercanos, por lo que no son consejos a ciegas. Como siempre, hay destinos para todos los gustos, en varios países, aunque todos tienen en común la indescriptible belleza de sus parajes y su alto valor ecológico y cultural.
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (España)
Los Pirineos aragoneses ofrecen en este amplio parque un ejemplo de cómo el aislamiento, que hizo muy complicada la vida a sus habitantes hasta hace no mucho, ha permitido conservar un escenario habitado desde el Paleolítico superior. Afortunadamente, fue uno de los primeros parques nacionales del mundo, constituido en agosto de 1918, después de que viajeros y naturalistas se sintieran atraídos por su naturaleza salvaje: era el “pirineísmo”.
Reserva de la Biosfera desde 1977 y Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1997, Ordesa y Monte Perdido tiene múltiples ambientes, lo que favorece que haya una amplísima representación animal de montaña, incluidos varios endemismos, como la hasta hace poco extinguida subespecie de Capra P. Pyrenaica. Entre las aves, destaca una amplísima población de quebrantahuesos y treparriscos, mientras que en el suelo se han catalogado más de mil insectos distintos. Y si agudiza el oído será capaz de escuchar el particular silbido de las marmotas.
La vegetación del parque también está condicionada por la cambiante geomorfología, que ofrece al visitante unos paisajes cambiantes y únicos. Los múltiples cañones, cubiertos de un espeso manto vegetal, nos ofrecen un contraste insólito con la desarbolada y yerma plataforma superior. En definitiva, Ordesa es un espacio para perderse, realizar diferentes rutas y maravillarse con la majestuosidad de su carácter. Perfecto además para ir con niños, pues hay múltiples recorridos que se adaptan a ellos.
Parque Nacional de Yellowstone (Estados Unidos)
Establecido en 1872, el primer parque nacional de Estados Unidos, en Wyoming, Montana e Idaho, es un paisaje que debemos visitar, al menos, una vez en la vida. Su peculiarísimo paisaje, plagado de géiseres y fuentes, alberga una gran variedad de animales salvajes como osos pardos, lobos, bisontes y alces.
Conocer este emblema estadounidense merece algo de planificación, y también de tiempo para disfrutar de todo lo que nos ofrece. Por supuesto, hay que visitar los grandes hitos como el Old Faithful (el géiser más popular del mundo), el lago Yellowstone (el de gran altitud más grande de América del Norte), las fuentes termales el Gran Cañón y todos los animales. Pero es que además hay que reservar tiempo para transitar por sus senderos, aparcar, pescar o disfrutar de los recorridos y actividades que desarrollan sus famosos guardabosques. Hay múltiples centros de visitantes y de información donde nos asesorarán sobre qué actividades se ajustan mejor a nuestras preferencias, y que además nos ayudarán a comprender la historia del parque, habitado durante mucho, mucho tiempo. Si vamos con niños, y previa gestión del permiso pertinente, será buena idea si acampamos en el agreste parque. Tenga en cuenta que el máximo de noches que se permite pernoctar al exterior es de tres días, y debe solicitarlo no más de 48 horas antes de su viaje. Nuestros peques pueden convertirse en jóvenes guardabosques si tienen entre 5 y 12 años, después de completar un cuaderno de actividades que revisará un guardabosques oficial. Recibirán una insignia oficial del parque y seguro que se sentirán mucho más animados para seguir recorriendo este paraje.
Aunque está plagado de familias, tenga en cuenta que la naturaleza es impredecible por su propia virginidad. Aunque muy bien equipado, en Yellowstone viven animales salvajes, y hay que tener en cuenta las condiciones climáticas, las aguas, lo escarpado de muchos recorridos… Sea precavido, venga bien equipado y deje el espíritu “dominguero” para sus incursiones en los merenderos que hay cerca de su casa.
Parque Nacional de La Reunión (Francia)
Los territorios de ultramar de Francia ofrecen delicias únicas al visitante, y esta pequeña isla de La Reunión encierra, además, un joven parque nacional (creado en 2007, es el noveno del país) que es un laboratorio vivo para el estudio y la contemplación de la naturaleza. En sus paisajes lunares arraigan 1.600 especies vegetales indígenas, 43 tipos de vertebrados y más de 2.000 insectos. Con sus 105.000 hectáreas (el 42 por ciento de la superficie de la isla), nos encontramos ante uno de los territorios más jóvenes de nuestro planeta, que con sus escasos tres millones de años alberga, por el contrario, una sociedad muy joven, con solo quince generaciones.
¿Qué espacios debemos conocer? Tal vez el fenómeno más conocido sea La Fournaise, uno de los volcanes más activos del mundo, que entró en erupción por última vez en octubre de 2010. También para descubrirlo, lo mejor es seguir un sendero que atraviesa un grandioso paisaje lunar, e ir descubriendo sus túneles de lava. Para conocer este paraíso lo mejor es hacer coincidir nuestra visita con el programa Nuits sans lumière, en el que, durante varias noches, se reduce la intensidad lumínica de la isla para que los jóvenes petreles, unas aves marinas endémicas y amenazadas, puedan alzar el vuelo con plena seguridad.
Parque Nacional Isla del Coco (Costa Rica)
Pocos países del mundo pueden presumir de contar con tantos parques nacionales y con tanta diversidad como Costa Rica. Para nuestro artículo elegimos este, lleno de reminiscencias de leyenda, con un tamaño muy asequible (24 kilómetros cuadrados y un área marina de 12 millas) cuya biodiversidad atrae con fuerza y por igual a científicos y turistas.
Creado en 1.978, es además Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1.997 y un auténtico paraíso para los amantes del buceo, ya que se considera uno de los diez mejores enclaves del mundo para practicar esta actividad. No en vano, hay trescientas especies de peces marinos (el diez por ciento son endémicas) y más de seiscientas especies de moluscos marinos. En cualquier caso, hay que ir preparando para la topografía accidentada del terreno y la torrencial lluvia que permite el verdor eterno de sus parajes. Solo así disfrutaremos de sus ríos, quebradas y de la impresionante fauna y flora.
El Parque Nacional Isla del Coco tiene un pasado de leyenda gracias a la creencia de que alberga el famosísimo Tesoro de Lima, que supuestamente robó el capitán inglés William Thompson en 1.821. Base de operaciones de piratas por su situación, no fueron pocas las expediciones que se organizaron para encontrar el preciado botín hasta el año 1.994, cuando se prohibieron. Curiosamente, salvo las estancias periódicas de corsarios y náufragos, la primera ocupación permanente de la isla tuvo lugar a finales del siglo XIX, cuando el gobierno costarricense estableció una colonia penal, que solo funcionó dos años por sus elevados costos de mantenimiento. Sin embargo apenas dos años después de su instauración, el gobierno decidió cerrar y desmantelar el presidio. Probablemente por los altos costos de mantenimiento del mismo.
Poco después, un cazafortunas alemán, August Gissler intentó establecer una colonia agrícola en la isla. Su verdadero interés era encontrar el tesoro, y atrajo a varios colonos que no tardaron en tirar la toalla y abandonar la isla. Solo Gissler y su mujer resistieron hasta 1.905, sin haber encontrado ninguna de las riquezas presuntamente escondidas. Y no será porque no lo intentaron: todavía hay vestigios de sus excavaciones. La constitución gradual del parque nacional protegió y puso en valor el verdadero tesoro de la isla: su naturaleza.
Parque Nacional de Peak District (Reino Unido)
El Distrito de los Picos, en Inglaterra central y del Norte, se encuentra principalmente en el Norte de Derbyshire, pero también comprende zonas de Cheshire, Gran Manchester, Staffordshire, South Yorkshire y West Yorkshire. La mayoría del área, que serviría de inspiración a la escritora Jane Austen, está dentro del Parque Nacional del Distrito de los Picos, el primero de las islas británicas, creado en 1951.
Es un área muy diversa, cuyo fácil acceso por carretera y tren lo convierte en uno de los parques más visitados del país. Tradicionalmente se divide en el Dark Peak del Norte, de geografía afilada y con numerosos páramos, y el White Peak del Sur, donde vive la mayoría de la población y donde la geología es principalmente de piedra caliza.
Todo el parque está muy ligado a los molinos, que cuentan con una tradición histórica en la región desde la conquista normanda (1.066). El parque nacional tiene en la protección de los molinos una de sus tareas principales. Estos edificios fueron cambiando con los siglos, y son todo un emblema del territorio.
La mejor manera de explorar el parque es caminando por sus numerosos y variados senderos, que nos permiten disfrutar de sus empinados valles de caliza y de los dramáticos páramos. Hay recorridos para familias, grupos e individuos más o menos experimentados, e incluso pensados para personas que necesitan silla de ruedas o para bebés que van en carritos. También, si lo prefiere, hay recorridos guiados durante todo el año, y que nos permiten empaparnos de su historia, arqueología, folclore y actividades. Pero también hay una fantástica red de transporte de transporte público, y siempre podemos usar nuestro coche, claro.
Parque Nacional de Cinque Terre (Italia)
He aquí un parque que podemos disfrutar en un día de frenética actividad (como servidora hizo) o bien disfrutar con más calma y tiempo, si la agenda nos lo permite. Patrimonio de la Humanidad, este trocito exquisito de costa está formada por cinco pueblecitos de la provincia de La Spezia en Liguria. Formada por cinco villas preciosas (Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore) es un ejemplo de cómo la mano sabia del hombre supo adaptarse a las peculiaridades de una orografía peculiar sin alterar el equilibrio ecológico. Los ligures de esta región supieron aprovechar el paisaje, constituido en terrazas, para desarrollar un curiosa técnica agrícola que hoy dota de carácter el parque.
Ante todo hay que conocer los cinco pueblecitos, cuyo tamaño, y belleza, nos ofrecen ya de por sí una excusa única para disfrutar de la región. Todos están conectados con el mar salvo Corniglia, en el centro, el más pequeño y situado en un promontorio de unos cien metros. Para acceder al pueblito deberá subir una escalinata de 377 que se hace especialmente dura en el verano, aunque créanos, merece la pena el ascenso para disfrutar de las vistas.
Aunque puede utilizar el coche, nuestro consejo es que utilice en tren, medio de transporte ideal y con una frecuencia muy buena. También puede hacerlo en barco, sobre todo en verano. En cualquier caso, si dispone de tiempo, acérquese a los centros de información y explore el territorio en profundidad, ya que hay unos 120 kilómetros de senderos de dificultad diversa que sirvieron, en su momento, para unir a los habitantes de estos pueblos. También hay recorridos para nadar o recorrer en kayak.
Parque Nacional de Vatnajökull (Islandia)
Antes de que la selección islandesa consiguiera la proeza de llegar a cuartos de final en la Eurocopa con un grupito de jugadores poco conocidos, el país ya se había puesto de moda. Razones, desde luego, no le faltan, habida cuenta la conexión con la naturaleza de este país duro y glacial. Hasta 2.008 no se creó el Parque Nacional de Vatnajökull, de 12.000 kilómetros cuadrados y todo un ejemplo de la interacción entre glaciares, cascotes de hielo y actividad volcánica. Actualmente comprende el doce por ciento de la isla, aunque está previsto que se vaya ampliando para poder proteger el glaciar Vatnajökull y sus alrededores. Se trata, en cualquier caso, del proyecto más importante de conservación que Islandia haya lanzado jamás. Y la afluencia del turismo, cada vez más significativa, prueba lo acertado de estas políticas.
Hay varias zonas relevantes que merecen la visita. Una es Jökulsárgljúfur, en el noroeste, que recorre el cañón de un río glacial de 25 kilómetros de longitud, quinientos metros de ancho y que en algunos tramos alcanza una profundidad de 120 metros. Esto lo convierte en uno de los cañones más impresionantes del país. También son famosas las cascadas de Selfoss, Dettifoss, Hafragilsfoss y Réttarfoss.
Si nos apetece disfrutar de actividades al aire libre y de un clima benigno, conviene dirigirse a la zona de Skaftafell, donde hay multitud de rutas para hacer senderismo. Operan muchas compañías privadas que nos ofrecen recorridos guiados por los glaciares y montañas de alrededor, incluso vuelos para contemplar el impresionante paisaje y aprenderlo a vista de pájaro. La zona merece que le dediquemos unos cuantos días.
Por su parte, las lenguas glaciares de Heinaberg, Hjallanes y Hoffell también merecen una visita. La verdad es que no son pocas las atracciones que nos ofrece este joven y fantástico parque nacional.
Parque Nacional Nahuel Huampi (Argentina)
El origen de este parque es altruista. En 1.903, el perito Francisco Pascasio donó al estado tres leguas de terreno en el extremo oeste del brazo Blest del lago Nahuel Huampi, núcleo del futuro Parque Nacional del Sud, establecido en 1.922. Once años después se incorporó más territorio hasta constituir el actual parque, de 717.261 hectáreas. Se ubica al oeste de las provincias de Río Negro y Neuquén, y es un paraje con varias particularidades. Una de ellas reside en el valor de su fauna y floras, con numerosas especies que solo se reproducen aquí. Es el caso de la rana de Challhuaco, del tuco-tuco colonial (un roedor) o del Senecio del Cerro Carbón, un pequeñísimo arbusto. Estas tres especies viven en limitadas áreas del parque, por lo que se denominan microendémicas. El animal más representativo del espacio, sin embargo, es el huillín, una nutria que llega a los 120 centímetros y que solo vive en el sur de Chile y Argentina. En el parque hay una población que vive en agua dulce, la única del país, a salvo de la modificación de la costa, el mayor riesgo que este simpático animalito tiene para garantizar su supervivencia.
También Nahuel Huampi es testigo de las peculiaridades del devenir humano. Fruto de las colonizaciones europeas y la creación de los estados de Chile y Argentina encontramos que en el parque viven varias comunidades mapuche y otros pobladores criollos de origen muy diverso. Todos estos grupos son un verdadero tesoro antropológico que aporta al espacio el valor de su cultura y tradiciones.
A pie, a caballo, en balsa o bicicleta recorra sus bosques, estepas y espacios altoandinos, de extraordinaria belleza, y contribuya con su comportamiento a la conservación del parque, que no dispone de servicio de recogida de basura, así que retire la basura que genere y deposítela en los lugares habilitados a su regreso.
Parque Nacional de Viñales (Cuba)
A raíz del fin del histórico bloqueo, Cuba está más de moda que nunca. Por eso, si tenemos «mono» de visitar esta isla sin coincidir con hordas de turismo, puede ser buena idea descubrir este bellísimo parque. Está situado en la provincia de Pinar del Río, en la zona más occidental del país, y ofrece al visitante aficionado al ecoturismo un adictivo paraje en el que sobresalen amplias plantaciones de tabaco, cafetales y cuevas de gran belleza, que han hecho de esta zona la «catedral» del Carso Tropical. Según el Ministerio de Turismo de Cuba, se trata de una de las mejores regiones del país para dar paseos en bicicleta. También son muy características las montañas cársicas, conocidas localmente como mogotes, que se alternan con valles y rocas metamórficas. Es una zona con una abundante flora y fauna llena de endemismos, como el cantarín tocororo, ave nacional de la isla por incluir en su colorido plumaje los colores de la bandera.
Los principales lugares de interés son el sistema cavernario de Santo Tomás, las cuevas del Indio y San Miguel, el impresionante mirador de los jazmines, el mural de la prehistoria y el valle Ancón. Organizan diferentes excursiones por estos parajes y otros itinerarios de gran belleza, de dificultad reducida y media.
Parque Nacional Krka (Croacia)
En los últimos años la costa croata se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas. Pero hay mucha más Croacia por explorar, y este exquisito parque nacional, nada lejos de la costa dálmata, es un lugar perfecto para tener esta certeza.
El parque comprende la mayor parte de este río, rodeado por una majestuosa naturaleza y diferentes monumentos creados por la mano del hombre. En este sentido hay dos monasterios particularmente imprescindibles en la visita: el de los franciscanos de la isla de Visovac, con una bellísima iglesia que data del siglo XIV, y el monasterio ortodoxo de Krka, situado en el cañón de la parte superior del río. Toda la zona está salpicada de molinos, que hoy bullen de vida convertidos en museos etnográficos con muchas actividades, sobre todo para los más pequeños.
Las siete cascadas del parque son, sin duda, el principal punto de interés de sus visitantes. Se accede a ellas a través de un ferry desde la localidad de Skradin, que nos llevará por estas siete maravillas naturales, con unos colores realmente alucinantes. Si estamos en verano o la temperatura lo permite podremos bañarnos en la última cascada, auténtico regalo para nuestros sentidos y nuestra vista. Se trata de la cascada Skradinski y es, sin duda, la más conocida e icónica de este bellísimo parque. Tenga en cuenta que el verano es la época en que más concurrido se encuentra el parque.