El Inti de Oro celebra sus 25 años con nuevos platos
No es la primera vez que hablamos de la gastronomía de Perú. Hoy queremos descubrirle uno de los restaurantes peruanos más antiguos de Madrid. El Inti de Oro, inaugurado en 1991 por León Carrillo (dueño de El Inca, el primer peruano de España) cumple un cuarto de siglo. Y celebra sus 25 años con nuevos platos provenientes de la selva del país latinoamericano, que puede presumir de ser una de las más diversas del mundo, con casi quinientos platos típicos.
Entre las delicias que nos proponen en este enclave del Barrio de las Letras (El Inti de Nuevos Ministerios apuesta por recetas más creativas y vanguardistas, mientras este es más tradicional) destacamos, por un lado, la causa acebichada, que nos permite disfrutar de dos clásicos en uno: esta causa, Rellena con palta, queso, tiene camarones al panko (pan rallado nipón), láminas de pescado y salsa acebichada al rocoto.
Si nos gusta el ceviche (ese gran clásico peruano) disfrutaremos con una curiosa versión el caliente a base de corvina selvática, ahumada en hoja de plátano y presentada con leche de tigre chicha de jora y pasta de ají amarillo. Tal vez le convenza más su ceviche de corvina oriental, rellena de verduras orientales y langostinos, bañado con una salsa de ostras, soja y champiñones con un punto de originalidad muy especial.
Siguiendo con las especialidades con elementos marinos, no deje de probar otra de las novedades, los choros capón, unos ricos mejillones ahumados en aceite de ajonjolí y salteados con verduras chinas, pasta de ají amarillo y toque de especias orientales. También tienen un toque muy exótico sus langostinos al panko, que se presentan sobre una chalaquita de mango y hierbas aromáticas con hilos de camote.
En El Inti de Oro siempre se ha hecho una firme apuesta por las carnes. Por eso, tal vez el público que lo frecuenta hubiera agradecido algún plato nuevo en esta línea más que el pollo tropical. Se trata de carne de esta ave rellena de puerros, champiñones y cebolla caramelizada, con un baño sutil de salsa de mango y acompañada con tacu-tacu de camote.
Estos platos nuevos evidencian, sin lugar a dudas, cómo esta nueva gastronomía, de moda en todo el mundo, es fruto de la apasionante unión de todas las civilizaciones que han pasado por Perú. Así, encontramos influencias españolas, francesas, japonesas, chinas… que dan un carácter muy especial, y variado, a esta cocina.
Un chef limeño con alma porteña
No se puede hablar de El Inti de Oro sin hacerlo de su chef, Gonzalo Amorós, al frente de las cocinas de este enclave durante los últimos catorce años. Limeño de nacimiento, se crió en Pacasmayo, una ciudad porteña en el norte del país donde se comen magníficos pescados y mariscos. Formado en la prestigiosa Escuela de Hostelería y Gastronomía INAT de Trujillo, descubrió España en la Expo de Sevilla en 1992 y lleva desde entonces en nuestro país. Además de en varios restaurantes de su país, trabajó con Ferrán Adriá durante seis meses en la hispalense Hacienda Benazuza. Allí se familiarizó con las técnicas de vanguardia que aplica, en dosis justas, a los platos de El Inti de Oro.
En cualquier caso, siempre es buen momento para disfrutar de sus recetas criollas ancestrales, sabrosas y tradicionales con un toque de autor. El ceviche clásico o mixto es la estrella, aunque también son muy recomendables sus tiraditos, las papas rellenas, el ají de gallina o el lomo saltado. Deje hueco para los platos chifas (recetas creadas por los inmigrantes chinos de finales del s. XIX), como el arroz chaufa.
En El Inti de Oro, por cierto, también se bebe bien. Además de algunos vinos españoles, de las D.O más conocidas, sirven un conocido caldo peruano, el Tacama Selección Especial, y unos cócteles estupendos. Durante la comida puede disfrutar de su combinado más conocido, el pisco sour, (jugo de limón, jarabe de goma, clara de huevo y unas gotas de angostura) o bien de su versión de maracuyá. Si es goloso, pruebe el de algarrobina; lleva leche evaporada, yema de huevo, azúcar, pisco y algarrobina y es casi como un postre. Por cierto, también hay postres clásicos: desde el suspiro limeño al pie de limón o los alfajores, no faltan los clásicos dulces peruanos para el fin de fiesta.