Amán: ese encuentro único entre pasado/actualidad y entre oriente/occidente

La puerta de entrada y salida a todo viaje por los lugares más míticos de Jordania -Petra, Jerash, Wadi Rum y el Mar Muerto- no es únicamente un lugar de paso. Amán es una ciudad con siglos de historia a sus espaldas y que sin perder un ápice de su esencia y cultura ha sabido adoptar lo mejor de occidente para el goce por sus habitantes de ambos estilos de vida (al igual que las tres magníficas de Oriente Medio – Doha, Abu Dabi y Dubai). Y ello en total armonía, sin esfuerzos y en positivo. Le mostramos las dos caras de “la misma moneda”, la capital del reino hachemita. ¿Con cuál se queda? Nosotros lo tenemos claro, pero ¿y usted?…   

 

Amán encuentro único entre historia y actualidad, entre oriente y occidente
La galería Darat Al Funun es un buen ejemplo de la convivencia entre pasado y presente, oriente y occidente

La nueva y vieja Amán

Nos vamos de ruta por Amán para conocerla en su conjunto: la Amán más oriental en la que se puede sentir el pulso de la tradición y de una ciudad conservadora e islámica; y por otro lado, la Amán occidental y urbanita, de edificios con sello de grandes arquitectos internacionales, zonas residenciales, cafés, bares, centros comerciales y galerías de arte.

Fea a primera vista

Eso puede parecerle nada más empezar. Al igual que en otras ciudades del mundo árabe, el centro de la ciudad y los barrios más antiguos han sido levantados sin ningún orden ni armonía estética, con edificios viejos y parcos que han ido tapando sus grietas y creciendo a base de meros parches. Y sin embargo, todo eso es lo que le hace atractiva y adictiva.

También atrae por el batiburrillo y jaleo de sus calles, sus olores fuertes, el color arena de los edificios que los mimetiza con el paisaje, los mercados y puestos en los que sus vendedores dejan caer restos al suelo, sus gentes amables y alegres y otros por el contrario, ásperos y desconfiados, los sonidos y músicas, (podríamos seguir…) son algunas de las personales señas que dejan huella en el viajero.

El paisaje urbano ¿tosco o encantador? Vista de la ciudad desde el centro cultural Darat Al Funun
El paisaje urbano, ¿tosco o encantador? La ciudad vista desde el centro cultural Darat Al Funun

 

«Fea» decíamos a primera vista, hasta que uno cae rendido a su embrujo, hasta experimentarla al anochecer mutándose sus edificios de blancos y arenas a ocres, y por supuesto, hasta dar con las grandes bellezas de Amán: los vestigios de los imperios que pasaron por la ciudad y el manto urbano de edificios bajos sólo interrumpido por algunas torres grandiosas del Amán actual.

Por el Amán histórico

Esta ruta comienza por la Ciudadela, que se encuentra en Jebel al-Qala’s, la colina más alta de la ciudad (de las diecinueve que ocupa en la actualidad), a más de 800 metros de altura. Los artefactos de la Edad de Bronce demuestran que esta colina fue una fortaleza durante miles de años y encierra sobre todo restos romanos, bizantinos e islámicos. Aquí, una visita obligada es al templo construido en tiempos de Marco Aurelio, Templo de Hércules, del que únicamente quedan dos gigantes columnas que casi son visibles desde toda la ciudad vieja.

La Ciudadela desde los restos del Templo de Hércules
La Ciudadela desde los restos del Templo de Hércules

 

Desde la Ciudadela se puede continuar a pie hasta el teatro romano, del siglo II d.C.. Gigante, pues tenía capacidad para 6.000 espectadores. Llama la atención que siga en pie casi la inmensidad de sus espectaculares gradas, en parte por estar excavadas en la propia falda de la colina y en parte por la gran rehabilitación que se hizo en los años 50, dudosa de calidad por cierto.

El zoco de Al-Bukharieh, el más viejo de Amán será un buen punto dónde hacer una primera radiografía a la ciudad. También el Mercado del Oro, con un montón de talleres dedicados al oficio de la orfebrería. Es un lugar interesante que visitar y por qué no, para «pecar» y hacerse con alguna pequeña joya.

El Museo del folklore y el Museo de tradiciones populares, son buenas visitas para conocer más sobre la historia y cultura de la capital y trasladarse durante unas horas siglos atrás.

La mezquita del Rey Hussein Bin Talal, la más grande del país y conocida como la mezquita nacional de Jordania. Es otro de los imprescindibles en cualquier ruta por Amán. A su alrededor abundan los pequeños restaurantes donde dar cuenta de un mansaf, el plato nacional de Jordania que se elabora con arroz arábigo, piñones, un caldo de yogur seco hecho a base de leche de cabra (jameed) y carne de pollo o cordero. ¿Algo de street food? pruebe un sawherma que es carne, tomate, cebolla y salsa, todo envuelto en pan de pita, exquisito. El mejor de la ciudad, incluso de todo Oriente Medio -o al menos es de lo que en este local presumen- es el famoso Shawerma Reem, en la Segunda Plaza (sí, ese es el nombre de la dirección).

Como también hay tiempo para desconectar, la calle Rainbow Street

Tanto de día que por la noche, hay que recorrer Rainbow Street de arriba abajo y descubrir los cafés, restaurantes, galerías de arte y tiendas de todo tipo. Es la calle más animada de la ciudad, donde “la gente bien” local comparte mesa y shishas con expatriados y viajeros con ganas de fumar una pipa. Sufra o Kan Zamaan son dos restaurantes en los que acertar.

restaurante Kan Zamaan de Amán
Kan Zamaan: cocina local en un antiguo almacén agrícola y establo de caballos.

 

Y para terminar de conocer la faceta árabe, hay que visitar un Baño Turco. Otra buena experiencia es visitar una tienda de especias y probar un sabroso café jordano, pedir algunos de los aperitivos, mezze en árabe, ya sea falafel, humus, tabbouleh, fattoush, o unas simples olivas o unos dátiles, ambos son riquísimos en Jordania.

Por el Amán más moderno

El aeropuerto internacional Queen Alia es una de las construcciones de las que los jordanos se sienten más orgullos por su nueva terminal, obra del arquitecto británico Norman Foster quién se inspiró en las tiendas beduinas del desierto.

Aeropuerto de Amán
Los arquitectos de Foster + Partners, inspirados en las tiendas beduinas, crearon un dosel de cúpulas sobre la nueva terminal

 

La zona de Al-Abdali, el nuevo centro de la capital. Todavía en obras, será el mayor centro de negocios, residencial, turístico, comercial y de ocio de Jordania. Pretende competir con los centros de las ciudades más importantes de Oriente Medio. De momento sólo están acabadas algunas zonas, como The Boulevard, una lujosa avenida peatonal llena de tiendas y restaurantes con mucho ambiente, especialmente los fines de semana.

Torres como: la del hotel Rotana en el distrito de Al-Abdali, con forma de una vela elevada sobre la ciudad; las Jordan Gate Twin Towers, inacabadas todavía y que se estima que alcanzarán los 200 metros de altura y acogerá, además de oficinas, un hotel Hilton, que será el hotel más grande de Jordania; o el Hotel Le Royal, que para su construcción se utilizaron 140.000 metros cúbicos de hormigón. Todas se han convertido en emblemas del nuevo Amán.

Torre Rotana Amán
Tal que un coloso, la torre Rotana observa la ciudad a sus pies

 

El King Abdullah II House of Culture & Art, un proyecto también todavía en construcción, diseñado por Zaha Hadid y que consistirá en un centro cultural con sala de conciertos, galerías y un teatro. El diseño del edificio evoca la ciudad de Petra, interpretando en su contorno, interior y exterior, la acción de la erosión por el paso del tiempo sobre ese tesoro antiguo.

Dar al Anda, situada en Jabal Al Weibdeh en una vieja villa construida en 1939, es un punto caliente cultural de la ciudad. Una galería de arte que acoge a la vanguardia de artistas del mundo árabe y donde también se dan conciertos, eventos literarios y otras actividades culturales. Los espacios arquitectónicos conservan el glamur de la gloria pasada para ensalzar las obras de la cultura jordana y árabe moderna.

También en la misma zona está Darat Al Funun, ubicado en tres edificios tradicionales de entre 1920 y 1930. A medida que los edificios se estaban transformando en un centro cultural, las obras en los jardines revelaron los restos de una iglesia bizantina del siglo VI construida sobre un templo romano, añadiendo otra dimensión intrigante al espacio. Además de ser una plataforma para artistas árabes contemporáneos, a menudo se muestran exposiciones con descubrimientos recientes en Jordania, como artefactos nabateos, papiros de Petra escritos en griego bizantino y piedras antiguas con inscripciones Safaitic (un idioma que puede ser el antepasado del árabe).

galería arte Darat Al Funun
Chris Dercon, Director de Tate Modern en Londres, en una charla organizada en el Darat Al Funun

 

El Museo de los Niños, con sala de exposiciones, teatro al aire libre y un planetario está dedicado como bien dice su nombre a los más pequeños. El edificio en sí mismo parece un juguete a base de estructuras de colores, láminas de acero, una noria con agua y columnas inclinadas.

El Museo Jordano, es un edificio moderno de líneas geométricas integrado con la arquitectura de la ciudad. Actúa como narrador de Jordania para mostrar la historia y la cultura del país, del pasado, presente y futuro. El exterior del edificio representa este concepto con piedras suaves y ásperas que sugieren el pasado y vidrio para el presente y  futuro.

Todos estos son algunos de los puntos más conocidos y destacados de Amán pero si rasca un poco más en la superficie de esta ciudad, conseguirá desvelar otros muchos de sus secretos ocultos.

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