¿Y si hacemos la Ruta del Vino Rioja Alta?
La región ofrece un sinfín de atractivos: deportes, gastronomía, bodegas, pueblos con encanto, etc.

La región invita a descubrir templos del vino y bodegas centenarias, pero también museos, restaurantes, hoteles, pueblos con encanto…
Las bodegas de Rioja Alta se apuntan al enoturismo. Y lo hacen a través de la Ruta del Vino y con un objetivo muy claro: el sostenimiento, el impulso y el equilibrio del territorio. En este proyecto, participan alojamientos, restaurantes, museos, enotecas, empresas de ocio y turismo activo, transporte, agencias de receptivo, además de las bodegas… En total, cerca de 130 empresas del sector enoturístico que desarrollan su actividad en pequeñas localidades en Rioja Alta.
Recientemente, varias de estas empresas participaron en un encuentro en Madrid con periodistas y especialistas en gastronomía y turismo. El objetivo: transmitir el concepto de sostenibilidad en cada uno de sus negocios y áreas de actividad. Un debate en el que se expusieron diferentes puntos de vista acerca de la sostenibilidad y del actual momento del sector enoturístico, como impulsor del desarrollo social y la generación de empleo.
Aumentan los enoturistas
En la actualidad, el 85 por 100 de los 77 municipios que componen la Ruta del Vino Rioja Alta tiene menos de 1.000 habitantes, pero curiosamente el número de enoturistas que reciben no ha dejado de aumentar. En 2022, fue la segunda ruta más visitada de España, con un total de 313.974 visitantes y estas cifras son aún más favorables si sumamos los datos acumulados por las tres Rutas del Vino que operan en la Denominación Rioja, ya que, juntas, alcanzan los 549.737 visitantes y coronan por primera vez a La Rioja como principal destino enoturístico del país, según el 15º Informe de Visitantes a Bodegas y Museos del Vino. Observatorio Turístico Rutas del Vino de España.
Conservar el patrimonio
Está claro que el enoturismo en la Ruta del Vino Rioja Alta se impone como una de las piezas claves para crear empleo, conservar el patrimonio, mantener sus habitantes y luchar contra la despoblación. O lo que es lo mismo, es un motor para el sostenimiento, impulso y equilibrio del territorio en todas sus facetas: económica, social, medioambiental, patrimonial, cultural, etc. Es decir, para la sostenibilidad.
Disfrutar de actividades
La Ruta del Vino Rioja Alta nos invita a disfrutar durante todo el año de la rica y variada oferta de actividades y experiencias personalizadas que el enoturismo ofrece, acercándonos a la vida real de una comunidad, y así aprender nuestra cultura del vino.
Y es que su objetivo es promocionar el destino turístico en el marco de los objetivos de desarrollo sostenible y de destino turístico inteligente. Para ello, pertenece al club de Rutas del Vino de España (ACEVIN) como ruta certificada con el objetivo de generar experiencias memorables para los viajeros que buscan un nuevo concepto de turismo basado en la cultura del vino.
Museos, pueblos, gastronomía…
En la Ruta del Vino Rioja Alta el viajero podrá descubrir templos del vino, bodegas centenarias, museos, recorridos de interés arquitectónico, espacios para el aprendizaje y la diversión, turismo rural, fiestas en pueblos…
Rioja Alta alberga el mayor número de bodegas centenarias del mundo. Bodegas grandes, pequeñas, monumentales, artesanales… en torno a barrios históricos de bodegas, como el de Haro, junto a una estación de ferrocarril; pero también los que están excavados en el subsuelo de numerosos municipios, o los lagares rupestres, presentes en otros tantos.
Del Camino de Santiago a la Ruta del románico
El vino es el hilo conductor de esta ruta que se complementa con otros atractivos turísticos. Uno de ellos es el Camino de Santiago, cuyo trazado discurre por parte de este territorio. O la ‘Ruta del románico’, con joyas monumentales de gran valor cultural y patrimonial. Pero no sólo el románico dejó su impronta, también el barroco, el gótico, el plateresco y el renacentista impusieron su legado. Igual de interesantes resultan los numerosos monasterios de este itinerario, seis en total, de los que cinco están activos.
Con todo ello, el visitante de esta ruta puede ‘alimentar’ su alma y también su cuerpo, gracias a los magníficos establecimientos gastronómicos y hoteleros que están presentes en esta ruta.
Museo Vivanco de la Cultura del Vino
Cada localidad tiene su oferta enoturística, desde el pueblo más pequeño hasta la capital de La Rioja Alta, Haro, donde se encuentra el Barrio de la Estación. En torno al ferrocarril se fundaron a finales del XIX las bodegas que hoy son grandes nombres del Rioja. Un paseo por esta zona es como caminar por la historia, ya que en sus bodegas centenarias se puede ver la evolución arquitectónica, artística y, por supuesto, vinícola hasta llegar a las modernas bodegas de hoy.
Además, la oferta turística se completa con uno de los mejores museos del vino del mundo, el Museo Vivanco de la Cultura del Vino, que acoge una amplia colección etnográfica, artística y arqueológica relacionada con este alimento que va más allá de una bebida y en esta zona de La Rioja se convierte en una forma de vida. Esta zona de La Rioja cuenta con alguna de las fiestas enoturísticas más famosas del país como la Batalla del Vino de Haro, declarada de interés turístico nacional, y su hermana, la Batalla del Clarete de San Asensio.
Para completar la visita a esta zona, en la web de la Ruta del vino de Rioja Alta está toda la oferta detallada junto con una sugerencia de senderos turísticos por los paisajes de viñedo más hermosos del mundo.
Más información: https://wineroutesofspain.com.