Vuelta de tuerca a los helados y bebidas del verano

El verano eleva el termómetro y nuestras ganas de disfrutar de algo refrescante y fresquito como broche final a una deliciosa comida, o, simplemente, como un antojo entre horas para saciar el hambre sin renunciar al sabor y a buscar el frío en nuestro paladar. Ya sea con helados, macedonias de frutas o bebidas tan estivales como la sangría o la horchata, les damos unas cuantas ideas para evitar que se aburran de los postres de siempre y darles una vuelta de tuerca. Porque los helados y bebidas más típicos se renuevan en verano.

 

Helado de... ¿pez?
Helado de… ¿pez?

El clásico: Los helados

Desde que Marco Polo llevase en el siglo XIII a la Italia de la Baja Edad Media las recetas de postres helados usados en Asia durante siglos por aquel entonces, los helados se han convertido en las estrellas y ocupan el trono del reino de los postres en verano. Frescos, de gran sabor y de distintos tipos, son la receta perfecta por su capacidad de adaptar su sabor al gusto de cada paladar.

Aunque la receta cuente con varios siglos de antigüedad, el helado nunca deja de reinventarse y en la actualidad no es raro probar helados con sabor a donut o a tortilla de patatas. Les mostramos algunos lugares donde atreverse a probar algunos de estos nuevos sabores.

Gelateria Romana (Madrid): esta famosa heladería lleva desde 1947 sirviendo los mejores gelatos más sanos y naturales. Cuentan con 22 franquicias en todo el mundo y sus creaciones se ponen a la venta a las 48h de hacerse. Con un catálogo de 60 elaboraciones distintas, en sus heladerías suelen ofrecer 24 sabores presentados en cucuruchos y tarrinas. Algunos de sus sabores más curiosos son el de pera, menta blanca, melón o flan.

Napoli (Madrid): Helados artesanos donde tradición e innovación se unen para ofrecer helados de queso Philadelphia, piña, cerveza, aceite de oliva, boletus o roquefort entre muchas otras combinaciones imposibles que consiguen trasladar al paladar.

¿Se atreve a probar un helado de boletus?
¿Se atreve a probar un helado de boletus?

 

Sienna (Madrid): En la calle Narváez se esconde la heladería más antigua de Madrid. Manteniendo intacta la decoración con la que inauguró hace décadas, los vecinos de los alrededores son los verdaderos fans incondicionales, quienes degustan helados de oreo, yogur, Philadelphia con fresas o dulce de leche. Toda una eminencia en la capital que continúa sorprendiendo con sus creaciones.

Giuseppe Ricci (Madrid): A pesar de que este postre es muy versátil, quienes sufren de intolerancia a la lactosa no podían degustarlos… hasta hace muy poco. Esta heladería madrileña lleva 14 años con helados sin lactosa ni azúcar en su carta, elaborados con productos naturales y basados en la tradición italiana. La mayor novedad son sus helados de sabores salados, como el de crema de gazpacho, de aceitunas verdes o el de queso azul.

¿Quién dijo que un helado tiene que ser dulce?
¿Quién dijo que un helado tiene que ser dulce?

 

Lolo Polos Artesanos (Madrid): Los polos, esos helados consistentes en hielo y un palo de madera, endulzaron la vida a miles de españoles cuando llegaron a nuestro país. Ahora son los más clásicos de la carta y podemos degustarlos en multitud de sabores, aunque nada iguala a lo auténticamente natural. Por eso esta heladería en Madrid apuesta por unos polos con sabor a frutar 100% natural.

La morriña a un palo de distancia
La morriña a un palo de distancia

 

La Pecera (Madrid): A estas alturas ya habrá visto alguna fotografía con este helado tan sumamente peculiar. ¿Es un pez? ¿Una galleta? ¿Un cucurucho de mar? El taiyaki es todo eso y mucho más. Proveniente de Japón, este postre consiste en un pez dulce relleno de helado. Lo que le diferencia del resto es su forma de pez, hecha a base de una masa de tortitas o gofres, y según la tradición, en su interior se degusta una pasta de alubias dulces hecha con frijoles azuki. La Pecera abrió hace muy poco sus puertas en Madrid para que podamos disfrutar de este postre japonés con sabores un poco más occidentales, como el chocolate o la vainilla. Toda una tendencia que está transformando nuestro concepto de comer helado.

Helados Revuelta (Asturias): Y para innovación, la que trae esta heladería asturiana. Situada en Llanes, Lisardo y Virginia llevan sirviendo sus “chambis” desde hace casi un siglo. ¿Que qué es un chambi? Es una forma muy original y sabrosa de comer el helado de siempre. Una especia de sándwich donde dos galletas hacen de pan y el relleno es el helado que escojas. También puedes elegir entre distintos tipos de galleta y añadirle sirope. Entre las galletas ofrecen desde las más clásicas como la Galleta María o Príncipe, las cookies o los macarons de fresa o chocolate.

Lo "chambis", de aspecto y sabor… redondo. Foto: AsturiasMundial
Lo «chambis», de aspecto y sabor… redondo. Foto: AsturiasMundial

En verano… ¡A refrescarse! así:

Los postres no son la única delicia y capricho que nos permitimos en verano para soportar el calor y refrescarnos. Los cócteles y las bebidas refrescantes son de nuestros favoritos para vivir las vacaciones de una forma muy sabrosa. Si busca innovar este verano y se ha cansado de la clásica sangría o los refrescos de siempre, le traemos algunas bebidas que no le dejarán indiferente.

Agua mexicana: En México es muy común ver un amplio catálogo de agua con sabores en restaurantes, hogares y puestos en la calle. La gente disfruta hidratándose sin renunciar al sabor que más les gusta con estas aguas frescas. Esta bebida se prepara con una mezcla de azúcar, agua, fruta, granos y hojas. Una especie de zumo más ligero y refrescante que pueden prepararse con sabor a mango, melón y lima, piña o menta.

El agua no tiene por qué ser insípida
El agua no tiene por qué ser insípida

 

Té Matcha: Es el té de moda y copa la lista de los superalimentos de este año. Su precio es un tanto elevado porque su elaboración es muy complicada. Para obtener el polvo de este té verde, se cubren los arbustos de donde se extrae con unas telas semitransparentes o se recolectan a mano las mejores hojas, pasándolas por vapor para mantener su color tan característico y se dejan envejecer durante meses hasta que se trituran y se obtiene el té que consumimos. Su seña de identidad es su color, de un verde vivo, y su sabor perfecto para usar en repostería e introducirlo en bizcochos o magdalenas. Puede probarlos en la Pastelería Takashi Ochiai, en Barcelona, donde los croissants rellenos de té matcha harán que se replantee su ideal de desayuno.

Este verano... verde, que te quiero, verde
Este verano… verde, que te quiero, verde

 

Sangría: Nada hay más típico y más conocido por los guiris como la sangría española. La más tradicional es la de vino tinto, pero no es la única que podemos degustar. Esta bebida cuenta con variedades que les dejarán con la boca abierta y con ganas de seguir sirviéndote en el vaso. Pueden degustarla o atreverse a prepararlas de sabores como naranja y menta, limoncello, con albahaca tailandesa, menta o manzana y carambola. Y los más atrevidos pueden darle un toque de color a la sangría clásica con la sangría blanca (elaborada con vino blanco en vez de tinto) o sangría verde (a base de melón y kiwi). ¿No le gusta el vino y es más de cerveza? La sangría se adapta a usted y puede preparar una a base de cerveza. Renovarse o morir.

Sangria blanca
Blanco y en botella… sangría

 

Si ninguna de las opciones anteriores le han saciado, refrésquese con unos postres muy sencillos de hacer como pueden ser los canutillos rellenos de sorbete de limón, nata y kiwi (aportan energía, vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra), crema fría de mango, el soufflé de helado de chocolate, granizado de sandía con frutos rojos y la deliciosa sopa de melón con bolitas de yogur.

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