Un viaje para el paladar, por la vecina Alentejo
La cocina de Alentejo es conocida por ser la más autóctona de todo Portugal. Los productos de la tierra acompañados por la gran calidad de sus vinos convierten a la cocina alentejana en toda una experiencia para los amantes del buen comer. Descubrir los sabores y aromas que nos regala nuestra vecina Alentejo es una estupenda excusa para con la llegada del buen tiempo hacer una escapada a esta región portuguesa tan cercana como desconocida; y donde el vino y la historia que rodea a la comarca toman el protagonismo en un viaje para el paladar. Para darle un pequeño empujoncito a decidirse, hemos preparado una ruta por algunas de sus bodegas y restaurantes: esos sitios que nunca defraudan –ni al estómago, ni al espíritu dicho sea de paso-.
Los vinos de esta tierra
Aquí los vinos alentejanos son, junto con los parques naturales y las ciudades históricas, los grandes protagonistas. De hecho, sus más de 22.000 hectáreas de viñedos y 260 productores convierten al sector vinícola en el gran promotor turístico de la región.
Cuenta con ocho zonas Denominación de Origen: Portalegre, Borba, Redondo, Reguengos, Vidigueira, Évora, Granja/Amareleja y Moura.
Una idea para los que buscan descubrir cosas nuevas es catar la variedad -situada ahora en el objetivo de la diana para los que buscan vinos únicos y singulares- que se envejecen en el fondo marino y que en Portugal se realiza en la bahía de Sines. La Asociación de Productores de Vinos de la Costa del Alentejo ha puesto en práctica esta técnica depositando botellas a 17 metros de profundidad. Con una técnica pionera que dio sus primeros frutos en 2017 produccioendo las primeras 700 botellas, aseguran que el aroma y el sabor de estos “Vinos de Mar” es inmejorable.
A lo largo de toda la región, son muchos los rincones donde conocer la riqueza de los vinos de esta tierra. Uno de los imprescindibles es la visita a la Quinta do Quetzal, una bodega de origen romano considerada la más antigua que se conserva en la Península Ibérica y que mantiene las antiguas tradiciones y técnicas de producción vinícola romanas y alentejanas. Para la mejor experiencia se ha creado un moderno edificio donde los visitantes pueden conocer el proceso de elaboración de sus vinos y disfrutar de un restaurante, una tienda y un centro de arte contemporáneo.
Otra interesante recomendación es Herdade Sao Miguel, en la provincia de Redondo, donde se producen hasta 12 tipos de vinos diferentes. Organizan diferentes tipos de recorridos en su bodega, y siempre maridados con tapas.
La Adega Ervideira, con más de 150 hectáreas de viñedos, lleva desde 1880 produciendo vinos en Alentejo y sin duda, una visita aquí transporta al viajero siglos atrás para entender cómo se producen los mejores caldos de la zona. Además de la famosa bodega tiene tiendas en Évora, Monsaraz y Albufeira donde poder comprar y probar sus vinos.
Y para redondear esta experiencia, qué mejor idea que perderse entre las callejuelas de Monsaraz, un encantador pueblo medieval de un color blanco inmaculado que, elevado sobre una pequeña montaña, domina el territorio con vistas al infinito paisaje de encinas y alcornoques y a su enorme lago. Nuestra sugerencia para alojarse aquí es Horta do Moura, un bonito hotel rural que ofrece a sus huéspedes la opción de apuntarse a un programa enoturístico, que incluye la visita a una bodega de la zona.
Cambiamos de tercio… degustar las delicias de su gastronomía
Desde las migas hasta sus riquísimos gazpachos, pasando por pescados y mariscos de la costa, la extensa oferta no deja indiferente a nadie. Una apuesta que ha ido evolucionando sin dejar de lado la devoción por lo tradicional y los sabores originales de la tierra.
Con un ambiente rústico y tradicional, el restaurante Tasca do Celso situado en la bella localidad costera de Vila Nova de Milfontes es perfecto para un alto en el camino. Un rincón que nos transporta a los sabores de siempre, con una carta de vinos que no hay que perderse.
Considerado por muchos como el mayor referente gastronómico de la zona, el hotel-restaurante Casa do Parque, en el centro histórico de Castelo de Vide se puede degustar la variedad de la cocina alentejana como su arroz con liebre, sus carnes al sarapatel o la sopa dorada. Un viaje para el paladar por los sabores alentejanos tiene que incluir esta dirección.
Y en Évora, la capital de la región, el Café Alentejo es el lugar perfecto al que acudir si se quiere rememorar una taberna de los años 50 del pasado siglo. Una institución donde poseen una vasta colección de vinos del Alentejo, que junto con embutidos y quesos harán el mejor final para esta sabrosa ruta.
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