Sombreros de lujo para hombres elegantes
¿Recuerda esas fotos de su abuelo, o incluso de su padre, con su sombrero y su aspecto impecable? La verdad es que no nos gustan los tópicos ni esas frases hechas en la línea de “los hombres ya no son elegantes”, pero es que la informalidad está acabando con la sofisticación. Hoy reivindicamos los sombreros de lujo para hombre, una pieza que levanta cualquier estilismo si está bien elegida y, por supuesto, corresponde con la talla de su portador. Ahora que los hombres siguen las tendencias en moda, anímese y protéjase del frío y del calor con piezas únicas y especiales.
Borsalino: los clásicos no mueren
Los clásicos nunca mueren, y Borsalino, la firma de sombreros más conocida del mundo, lleva desde 1857 siendo la firma de cabecera (acéptenos la broma) de los más elegantes. La “Antica Casa” sigue trabajando con los materiales más nobles (fieltro de piel, cuero, etc) y cada una de sus piezas de fieltro requiere, de media, cincuenta fases de producción que ocupan unas siete semanas de trabajo con máquinas, pero también manual. Los de paja pueden llevar hasta seis meses. Nos quedamos con este modelo (586 euros), aunque le recomendamos que eche un ojo al catálogo de 2016-2017. Interesantes rebajas, también.
Nick Fourquet, lujo californiano
Si no ha oído hablar de este joven seguramente le sonará, al menos, la señorial presencia de su progenitor, el modelo Bernard Fourquet, ese atractivo padre de las campañas de Tommy Hilfiger. Su retoño le ha superado en fama en Estados Unidos, donde es uno de los sombrereros más reclamados por las celebridades de uno y otro sexo. Criado en Francia, se graduó en Estados Unidos en Ciencias Ambientales y Desarrollo Sostenible y nunca pensó en dedicarse al diseño, disciplina que, según él mismo confiesa “me encontró”. Utiliza materiales naturales de procedencia controlada. Sus diseños requieren algo de atrevimiento. Nos gusta su colección de primavera-verano 2017, con piezas tan especiales como su Seminole Dancer, en piel de castor gris fabricado en Venice, California. ¿El precio? 1.325 dólares.
Philip Treacy, elegancia londinense
Este diseñador londinense es uno de los habituales a la hora de coronar las testas de los royals, famosos y aristócratas europeos de rancio abolengo y gusto carísimo. Se considera un privilegiado por haber desafiado la percepción sobre cómo debe ser un sombrero en el siglo XXI. La mayor parte de las piezas de su nueva colección son para mujer, aunque no faltan modelos masculinos osados y otros más “realistas”, como este que les mostramos.
Gladys Tamez, made in Los Ángeles
Esta sombrerera de origen mexicano es una de las diseñadoras de cabecera de Lady Gaga, para la que ha creado originales piezas de encargo (y del estilo de la cantante) y otras más convencionales pero de exquisito gusto y factura. Inspiración escultórica y selectos materiales definen sus colecciones, de hombre y mujer. También dispone de un servicio “bespoke” para los que busquen algo muy especial y a medida. Su sombrero Charlie está pensado para caballeros, pero es perfectamente intercambiable con su señora, si tienen la misma talla.
Stephen Jones, el sombrerero de Lady Di
Aunque es natural de Cheshire, fue en la vivísima Londres de los años 70 cuando este joven diseñador irrumpe en el mundo de la moda. En los años 80 abre su taller en Covent Garden y se hace con clientes del prestigio de Lady Di o Boy George. Hoy sigue siendo un habitual en las sombrereras de personalidades como Rihanna, Dita von Teese o Mick Jagger. Su colección Jonesboy, enfocada al hombre, incluye una innovadora selección de sombreros, entre las que destacamos los trilbies, que se caracterizan por su ala estrecha.
Anthony Peto, actividad en el corazón de París
Una de las tiendas de Anthony Peto. Imagen de su web.
La actividad de esta firma, que todavía realiza sus sombreros en su taller parisino, arrancó su actividad en 1992 y es un referente para los que buscan buenos sombreros para diferentes estilos. Todavía no tienen tienda online, así que el viaje a la capital francesa está justificado. También tienen boutique en Dublín, si le pilla más a mano.
Un sombrero austriaco nunca será una pieza demodé, sino que, por el contrario, es muy versátil: con un salko, un husky o un abrigo encerado tipo Barbour, o un más moderno abrigo camel (pieza indispensable en cualquier armario esta temporada) es el complemento ideal para los clásicos que aprecian lo bueno. Esta empresa los elabora de forma artesana desde 1893, con una gran variedad de materiales y colores.
Sombrerería Medrano, una joya matritense
Si reside en Madrid o visita la capital con frecuencia no deje de visitar este negocio, con muchísima solera y orígenes que se remontan a 1832. Además de sombreros de gran calidad de España y otras partes del mundo, fabrican ejemplares de forma artesana para el mundo del espectáculo (algo en lo que son muy célebres) y para instituciones.