Siete hoteles boutique para una Semana Santa en España
La Cuaresma es como el abril del poema de T.S.Eliot de La Tierra Baldía: más de un mes de crueldad infinita, por el que peregrinar dolorosamente, antes de que lleguen las añoradas vacaciones de Semana Santa. Y nosotros, fieles servidores de su interés, hemos querido preparar un pequeño reportaje con siete hoteles boutique para una Semana Santa en España. Apostamos por este tipo de establecimientos, en claro auge, que no solo nos permiten disfrutar del lugar que visitamos, sino de la propia experiencia del alojamiento, ubicada en edificios y enclaves llenos de historia y de encanto. Y sin salir del país, que hay que aumentar nuestro PIB.
MADRID – Hotel Only You Barquillo
Uno de los hoteles más bonitos y nuevos de la capital, disfrutado también intensamente por los afincados en la capital gracias a su restaurante y al espacio de coctelería, siempre muy ambientados. En pleno barrio de Chueca, es un alojamiento boutique en un bello palacete del siglo XIX, que cuenta además, en el apartado del interiorismo con la firma de Lázaro Rosa Violán, un reputadísimo decorador. Tintes coloniales y toques transgresores que no restan ni un ápice de elegancia al conjunto. Hay cinco tipos de habitaciones con todas las comodidades y detalles imaginables: desayuno buffet a la carta sin horarios, wifi de excepcional rapidez, gimnasio 24 horas e incluso, si cena en su restaurante, ponen a su disposición una bolsa especial para que se lleve la botella de vino que no haya terminado. Por cierto, en 2015 fue premiado en los World Boutique Hotel Awards como uno de los mejores hoteles del mundo en la categoría de diseño.
BARCELONA – Hotel The Serras
Nos encanta la ubicación de este cinco estrellas GL, en el corazón del Gótico, y sus increíbles vistas al puerto de la ciudad y a la calle Mercé. Curiosamente, además, ocupa el edificio que en el que un día Pablo Picasso montó el que fue su primer estudio en este encantador barrio, a la tierna edad de quince años. La edificación es obra del arquitecto Francesc Daniel Molina, artífice también de la conocida Plaça Reial de la ciudad condal. Es, en cualquier caso, un hotel pequeño, de treinta habitaciones, con una decoración discreta y elegante (obra de Eva Martínez) y muchos detalles tecnológicos: Smart TV, sistema de sonido inalámbrico y conexión Wi-Fi de alta velocidad nos harán la vida más fácil y agradable. En la azotea, además, hay una piscina con vistas a la Marina Port Vell, y un bar para comer de manera informal gestionado por el “michelinizado” cocinero Marc Gascons.
MENORCA – Can Faustino
Si algún día nos perdemos y quieren encontrarnos, vayan a buscarnos a Menorca. Y si llegan a Ciutadella sin haberse perdido en alguna cala idílica, entonces estaremos, sin duda, en Can Faustino, uno de los hoteles con más encanto del municipio. Con solo veintiuna habitaciones y tres suites, ocupa un palacio del siglo XVI que ha sufrido sucesivas remodelaciones. Y que ofrece una deliciosa vista al antiguo puerto de la ciudad. En la decoración ha trabajado la interiorista francesa Olivia Putman junto a Laurent Morel-Ruymen de Mare e Terra. Juntos, han dotado de gran calidez a esta gran casa señorial que, por cierto, cuenta con un fantástico restaurante, Agua. En él, sirven las verduras de su propio huerto y exquisitos productos de proximidad.
GIRONA – Torre del Remei
Un alojamiento ideal para los inquietos. Los amantes de la nieve no podrán resistirse a este hotel, un palacete de estilo Art Nouveau en plena Serdanya. Se encuentra a una distancia razonable de las estaciones de La Molina y Masella, y si prefiere el esquí nórdico puede desplazarse a Lles, Arànser, y Sant Joan de l’Erm. También está muy cerca del río Segre, por lo que es un lugar encantador si disfruta con la pesca, el piragüismo, o el senderismo. Además, destaca por su proximidad con el campo de golf de Puigcerdà (18 hoyos), uno de los más prestigiosos de Cataluña, y del aeródromo de Alp, donde, si no le vence el miedo, puede atreverse a coger un ultraligero. Entre actividad y actividad, o si prefiere descansar, siempre podrá pasear por el jardín de tres hectáreas, rodeado de altísimas secuoyas, con el Puig de Saneja contemplándole desde su majestuosidad nevada.
SEVILLA – Hotel La Casa del Poeta
La Semana Santa de Sevilla es algo incomparable: da igual que sea agnóstico o un fervoroso creyente, nunca habrá visto un espectáculo semejante. Para disfrutar de su esencia, y contar a la vez con un alojamiento pacífico, el Hotel La Casa del Poeta nos parece una excepcional opción. El edificio es una casa señorial típicamente sevillana del siglo XVII, recientemente restaurada, que ha sabido respetar la arquitectura y materiales nobles originales. Por supuesto, no falta el clásico patio central, con fuente, herencia del pasado árabe de la villa. Cuenta con tan solo dieciocho habitaciones, con una decoración elegante que hace un guiño al antiguo esplendor de la casa. Tan bonito que hasta Isabel Preysler se ha alojado en él.
VALENCIA – Caro Hotel
El antiguo palacio del Marqués de Caro cuenta con el honor de haber sido reconocido como el primer hotel-monumento de Valencia. La verdad es que razones no le faltan, como el hecho de que conserve numerosos restos arqueológicos. Cada una de sus 36 habitaciones ocupa un espacio singular lleno de historia, como el despacho del marqués (donde aparecieron excepcionales cerámicas del siglo XVI, y que cuenta con una excelsa viguería de madera), la de los gatos (donde la antigua propietaria tenía vedado el paso si sus mininos estaban durmiendo allí) la armería del palacio o la bodega. Además de la excepcional carga histórica, está en el Seu-Xerea, en pleno corazón de la ciudad del Turia. No tenía mal gusto el marqués, desde luego.
ElCIEGO (Álava)- Marqués de Riscal Luxury Collection Hotel
Pocos hoteles cuentan con una personalidad y diseños tan acusados como este, en plena bodega de Marqués de Riscal (1858), una de las más antiguas de Rioja. Su aspecto, que nos recuerda ligeramente al Museo Guggenheim de Bilbao, es obra de Frank Gehry. El hotel forma parte del ambicioso proyecto de la Ciudad del Vino, lanzado por los herederos de Marqués de Riscal para crear en la zona un ambicioso proyecto en torno a la cultura del vino de 100.000 metros cuadrados, donde también se incluye el Spa Vinothérapie® Caudalie, dos exclusivos restaurantes asesorados por el chef riojano Francis Paniego y un centro de reuniones, conferencias y banquetes. El hotel, de 43 habitaciones, respira el espíritu del célebre arquitecto canadiense, con altísimos techos, paredes inclinadas, ventanas en zigzag y todo tipo de cuidados detalles. No se nos ocurre mejor lugar para brindar.