Pistas para descubrir la Florencia artística menos conocida. Parte 2/2

Seguimos con los lugares de la Florencia artística menos conocidos por el viajero y que los florentinos guardan como auténticas joyas. Diez hallazgos en total descubiertos en un viaje de prensa organizado por la Fundación Palazzo Strozzi, al que fuimos invitados, para explorar algunos de estos inspiradores lugares. Hoy nos centramos en los cinco que tienen otro punto más en común: el ir y venir de las influencias cosmopolitas.

 

Sitios de Florencia menos conocidos
De la Florencia artística menos conocida: Villa La Pietra es uno de los hallazgos. Imagen de la web de Villa La Pietra.

 

Porque origen del Humanismo y del Renacimiento, esta ciudad ha sido y sigue siendo punto de referencia artística internacional. Fue en gran medida por su historia y prestigio cultural que durante siglos la capital toscana se convirtiera en el destino favorito de las élites internacionales; y que estos, al instalarse en la ciudad, aportaban su propia contribución en la creación de una identidad de belleza y excelencia absolutas. De alguna manera ambos, extranjeros y ciudad, se retroalimentaban. Pero no hablemos sólo en pasado, hoy la capital toscanasigue siendo el hogar de instituciones internacionales, como Villa La Pietra legada en 1994 por Sir Harold Acton a la Universidad de Nueva York, la cual promueve el intercambio cultural con esa misma finalidad: retroalimentarse ambas comunidades.

Fundación Palazzo Strozzi. Arte por bandera

El edificio de la Fondazione Palazzo Strozzi, bello, sobrio y elegante, impresiona nada más verlo. Pero es que además es uno de los mejores ejemplos de arquitectura civil del Renacimiento. Su existencia se debe al deseo de Filippo Strozzi, un comerciante perteneciente a una de las familias más ricas de la Toscana, de rivalizar y superar a las propiedades de los Médici.

Gracias a esa rivalidad tenemos hoy este pletórico edificio donde disfrutar de exposiciones de arte internacional de primer nivel en el corazón de la ciudad. Está situado entre la calle del mismo nombre y la Via Tornabuoni (la calle por excelencia de las firmas de lujo), muy cerca de Piazza della Repubblica.

La Fondazione Palazzo Strozzi es el mayor espacio de exposiciones temporales de Florencia. Organiza muestras que van desde el arte del Renacimiento hasta la era contemporánea. También alberga una exposición permanente con la propia historia del Palazzo Strozzi.

Por sus salas han pasado obras de pintores como Pablo Picasso, muestra que organizó con obras cedidas por el Museo Reina Sofía, o de autores contemporáneos como la última dedicada al artista disidente chino Ai Weiwei, que buscaba concienciar sobre el drama migratorio al que se enfrenta Europa.

El actual “inquilino” que ocupa los espacios del palacio es Bill Viola. Desde el 10 de marzo hasta el 23 de julio, el Palazzo Strozzi alberga una comparación entre las obras del artista estadounidense y los maestros del renacimiento que le inspiraron. De manera que, después de haberse puesto de manifiesto la dimensión “reivindicación social” con motivo de Ai Weiweien en todo el edificio (incluso en la fachada, de la que colgaban unos botes salvavidas hinchables), ahora entrar en sus pasillos y salas es entrar en el universo tecnológico del neoyorkino. La muestra Bill Viola. Rinascimento Elettronico es una retrospectiva sobre el maestro indiscutible del videoarte contemporáneo, que mira hacia atrás más de 40 años de trayectoria y que celebra el vínculo especial entre Florencia y Viola. Porque fue aquí donde comenzó su carrera en el campo del videoarte. La obra del artista, siempre marcada por la unión entre la investigación tecnológica y la reflexión estética, capta la atención del público con experiencias sensoriales fuertes.

 

The Deluge (Going Forth By Day): Video y sonido de un diluvio proyectado en la pared en un cuarto oscuro.
The Deluge (Going Forth By Day):
Video y sonido de un diluvio proyectado en la pared en un cuarto oscuro. Imagen de su página web.

 

La Fondazione Palazzo Strozzi es además un lugar con mucho ambiente. Con cada exposición se organiza un programa complementario de conciertos, actuaciones y obras de teatro. Realizados en el espectacular escenario de su patio renacentista, atraen a lo más granado de los florentinos (intelectuales, artistas y empresarios) junto con los turistas más “culturetas”. Una buena idea para experimentar la esencia y belleza del Palazzo Strozzi es acudir a uno de estos eventos mientras se toma algo en el Strozzi Café, el restaurante y coctelería de la Fondazione sito en el patio.

Villa La Pietra. Entorno rural ilustrado

Visitar Villa La Pietra es un retorno a la refinada época de principios del siglo XX y un viaje sensorial repleto de belleza, arte y paisajes para el deleite de la curiosidad más epicúrea. Ubicado en las colinas de Florencia entre altos cipreses y sobre un campo de olivos, luce majestuoso este palacio del siglo XV. Domina la zona con su privilegiada posición desde la que se alcanza a ver la ciudad. La luz y el aire con olor a pino nos hacen sentir que estamos en un lugar rural de ensueño, sin hacer de menos a la casa principal y sus bonitos interiores cargados de arte. La villa al completo -obras de arte, edificios y jardín- ha sido oficialmente catalogada como patrimonio cultural y queda bajo la protección del Ministerio de Cultura italiano.

 

Villa La Pietra
En el paisaje toscano de suaves colinas, pinos y olivos, viñedos y cipreses. Imagen de su página web.

 

Y se preguntará… ¿de quién es esta gloriosa propiedad? Pues ni de una aristócrata familia ni de la ciudad de Florencia, como inicialmente pudiera parecer. Villa La Pietra es propiedad de la Universidad de Nueva York. En 1994 la recibió en herencia de Sir Harold Acton, un escritor y esteta italiano-inglés nacido en la propia villa. En la decisión del Lord mucho tuvo que ver el evitar el declive de la propiedad, como estaba sucediendo en otras importantes villas florentinas. Y sobre todo que con esta generosa cesión (que incluye 5 villas y 57 acres de jardines) se asegurase que la vida intelectual, cultural y artística de Villa La Pietra fuera compartida con futuras generaciones de estudiantes, académicos y la comunidad internacional en general.

La colección en la casa, aún intacta, está organizada tal y como estaba en la época de los Acton. Más de 6.000 objetos de una amplia gama de estilos, incluyendo pinturas italianas, frescos del siglo XVIII, tapices flamencos, esculturas policromadas renacentistas, plata Art Nouveau, porcelana china y muebles barrocos. Algunos detalles de sus estancias son tan refinados y sofisticados que quitan el hipo. Déjese llevar por el ambiente aristócrata que se respira. La villa también tiene una cierta influencia oriental; la razón es que Harold Acton vivió en China durante unos años para dedicarse a leer, escribir y traducir poesía china.

 

Florencia artística menos conocida
Durante sus años de más decadencia, después de la Segunda Guerra Mundial, un exceso de vegetación desbarató su diseño y escondió estatuas y paseos.

 

El entorno en sí mismo es toda una joya que hay que saborear con calma. Porque su jardín: centenario (su último diseño data de 1903) y de inspiración renacentista, integrado en el delicioso paisaje toscano y donde se oyen las campanas de las iglesias y el canto de los gallos… es lo que termina de deslumbrar al visitante. Ha sido restaurado para devolverle su antiguo esplendor, época en la que era visitado por algunos de los amigos de los Acton del mundo del arte y la literatura como el escultor Henry Moore o el pintor George Coleman.

Tanto la antigua casa, la colección y el jardín de la familia Acton se pueden visitar bajo reserva anticipada.

Cementerio Inglés. Cosmopolitismo bajo tierra

Un cementerio suizo, llamado “Inglés”, sito en Florencia y que acogía a “residentes” de cualquier religión. Curioso embrollo dirá, pero lo cierto es que a este camposanto bien merece la pena dedicar una visita e investigar un poco. Le explicamos este lío y nuestra experiencia cuando lo visitamos:

 

Florencia artística menos conocida
No sólo británicos y suizos, aquí descansan personas de todas las nacionalidades como americanos, rusos, griegos ortodoxos o escandinavos.

 

Es un lugar muy especial donde muchas personalidades importantes de las comunidades extranjeras de la capital toscana están enterradas. Y es el camposanto que inspiró al pintor suizo Arnold Böcklin para crear la primera versión de la conocida serie «Isla de los Muertos», pintura emblemática del Romanticismo. Además, una de las hijas descansa aquí.

Nos recibe una anciana “genio y figura”, llamada Julia Bolton Holloway, que además de ser monja y directora de una biblioteca ecuménica, es la encargada de velar y conservar este Cementerio de los Ingleses. Una magnífica comunicadora y enamorada de este espacio, que consigue apasionarnos con las historias de algunos personajes que aquí descansan.

 

Florencia artística
La hermana Julia en la sala-biblioteca del cementerio.

 

Tal y como nos cuenta la hermana Julia, en 1827 la Iglesia Evangélica reformada de Suiza compró un terreno situado en una colina contra la muralla medieval de la ciudad para dar sepultura a todos los que no podían ser enterrados en suelo católico consagrado o en el cementerio judío de la ciudad al no profesar ninguna de estas religiones. Hasta entonces los cadáveres eran transportados en carro hasta Livorno para el entierro.

Es por tanto un cementerio internacional y ecuménico, “un microcosmos en tierras toscanas no sólo de Europa sino del mundo entero, una especie de Liga de las Naciones, y de su sucesor, las Naciones Unidas” nos comenta la hermana mientras le brillan los ojos. Protestantes, anglicanos, ortodoxos, masones, ateos, niños nacidos muertos, suicidas, indigentes, esclavos, sirvientes, plebeyos, nobles, exiliados, comerciantes, escritores, artistas y otros personajes hasta de 16 nacionalidades diferentes descansan aquí. Basta echar un vistazo por las lápidas para ver inscripciones en diferentes idiomas además de en alfabeto hebreo, griego, latín o cirílico.

Entre las figuras relevantes enterradas aquí encontramos a los últimos descendientes de William Shakespeare (Beatrice Shakespeare y Edward Claude Shakespeare Clench), el teólogo, predicador y abolicionista norteamericano Theodore Parker, la gran poetisa inglesa Elizabeth Barrett Browning, y Giovan Pietro Vieusseux, el fundador del Gabinete Científico Literario Vieussex, espacio que también recomendamos en este texto.

El camposanto se abrió en plena época romántica y ese aire de romanticismo británico se palpa entre las tumbas y los grandes cipreses. Hoy se encuentra situado en el centro de la Piazzale Donatello, plaza que se construyó después, y es un rincón tranquilo de Florencia, alejado de los turistas, que bajo ese velo de misticismo intrínseco a cualquier cementerio muestra otro plano de la historia y cultura de la ciudad.

Gabinete Científico Literario Vieussex. Mirando a Europa

En la capital de la Toscana no existía un espacio donde poder leer prensa extranjera hasta que se abrió este Gabinete. Fue fundado en 1819 por Giovan Pietro Vieusseux, un comerciante y banquero de Ginebra, con el objetivo de poner en contacto Florencia y Toscana con el conocimiento e ideologías más innovadoras de los países europeos. Y en verdad el gabinete desempeñó durante el siglo XIX un papel importante en la confluencia cultural de Italia y Europa. Fue además uno de los principales puntos de referencia para el movimiento Risorgimento italiano.

 

Florencia artística y cultural
El Gabinete Vieussex era el ateneo de Florencia donde los intelectuales se reunían para el noble arte de dialogar y discutir. Imagen de su página web.

 

Comenzó como una sala de lectura con los principales periódicos europeos, después incorporó una biblioteca con las últimas publicaciones del momento en italiano, francés e inglés. Y ya a los pocos años de su inauguración, se convertiría en un punto de reunión para intelectuales de la Toscana y empresarios italianos con extranjeros para la conversación y el intercambio de ideas. A modo de curiosidad, cuando en 1841 se celebraba en Florencia la tercera reunión de científicos italianos, se publicó una guía para ilustrar a los visitantes con los lugares de interés de la ciudad y en la parte de «instituciones de utilidad moral, física y económica» aparecía el Gabinete de Giovan Pietro Vieusseux.

Fue frecuentado por algunos de los escritores, poetas y eruditos más importantes del siglo XIX como los poetas italianos Leopardi y Manzoni, el escritor francés Stendhal, el estadounidense Mark Twain, el británico D. H. Lawrence y el ruso Dostoevsky, o el filósofo alemán Schopenhauer.

Muy llamativo es ver los trabajos del laboratorio de recuperación y conservación de los libros dañados durante las inundaciones que sufrió el Palazzo Strozzi (el gabinete Vieusseux ocupa parte de este edificio) en noviembre de 1966. Los sótanos en los que se acumulaban hasta seis kilómetros de cajas con 250.000 volúmenes de libros y revistas fueron invadidos por una mezcla de agua y barro con gasolina que había almacenada en los edificios de alrededor.

 

Después de la inundación, lo primero que se hizo para su restauración fue extender los libros en el patio del palacio para ayudarles a secarse.
Después de la inundación, lo primero que se hizo para la restauración de los libros fue extenderlos en el patio del palacio para ayudarles a secarse. Imagen de su página web.

 

En la actualidad el gabinete Vieusseux es un referente en Italia en el estudio del Romanticismo y del siglo XIX. Y sigue abierto al público como sala de lectura y biblioteca en la que destaca una documentación muy peculiar y valiosa que conserva sobre la civilización europea. También organiza reuniones, conferencias, premios de literatura y exposiciones para continuar con el legado de su fundador como lugar para el intercambio de conocimientos.

Museo Stibbert. Curiositas habemus

Fuera por el encanto de la historia, por el arte, los paisajes toscanos, la hospitalidad y alegría de los italianos, o la vida social refinada y elegante, la ciudad del Arno atrajo durante el XIX a una rica comunidad internacional de expatriados que residieron durante más o menos tiempo en la ciudad. Este fue el caso del magnate Frederick Stibbert, hijo de militar inglés y de madre italiana, que tras la muerte de su padre heredó una gran fortuna y se fue a vivir a la casa familiar Villa di Montughi, en Florencia.

Lo que fuera la mansión de un rico excéntrico dedicado al coleccionismo de armas, obras artes y otros objetivos y curiosidades traídas de todo el mundo, es hoy uno de los museos favoritos de los florentinos.

 

Florencia más desconocida
Frederick Stibbert usó su fortuna heredada para convertir durante la segunda mitad del XIX su casa en un museo.

 

Todo empezó como una pasión, por las antigüedades y por los viajes de todo el mundo, en la que Stibbert invirtió una parte muy importante de su tiempo (y de su dinero, claro). Se fue convirtiendo en un conocedor avezado de las compras, todo un profesional que se servía de una densa red de conexiones e informadores para tener información actualizada sobre el mercado del arte mundial. Se dedicó a la investigación con una visión internacional, rara para la época. Poco a poco, con la intención de reorganizar todo el material, fue madurándose en él la idea de crear algo educativo. Y así acabó convirtiendo su hogar en un museo.

Reestructuró y reorganizó las estancias de su enorme residencia (un total de 5.000 m2) para la reconversión. Incluso, él mismo se ocupó de decorar las habitaciones para que fueran acordes con el contenido. El resultado fue un híbrido en el que las habitaciones de la vida cotidiana se mezclaban con las de las colecciones. Digamos que la casa era el museo y el museo fue su hogar. A su muerte en 1906 dado que no tenía herederos, Stibbert decidió donar la villa y la colección a la ciudad de Florencia para que continuara su legado convirtiéndolo en un verdadero y apropiado museo abierto al público.

Hoy el Stibbert es uno de los museos más peculiares que encontrará en Florencia. Fuera de la ruta de los grandes museos, no es muy conocido entre los viajeros. Acoge una enorme y variopinta colección (más de 50.000 piezas) entre armas y armaduras, pinturas, objetos de oro, porcelanas, trajes y textiles, antigüedades y artículos de decoración de todo el mundo, libros y objetos de diferentes épocas, todo comprado por Federick S. a lo largo de su vida. Por tener, tiene hasta el traje que Napoleón usó para su coronación de 1805 en Milán como rey de Italia.

Lo más notable son las 10.000 unidades de armas y armaduras del XVI y algunas del XIV, procedentes principalmente de Europa central; y lo más llamativo, las armerías islámica y japonesa junto con las piezas del arte samurái, la predilección de Federick Stibbert.

 

Florencia artística menos conocida
Su armería japonesa: una de las colecciones más completas fuera de Japón.

 

La casa y sus estancias ya de por sí merecen la visita. Barroquismo y exotismo son la tónica general. A lo largo del tour por la casa podrá hacerse una buena idea de lo que en su día fueron este hogar y su propietario (ambos tan extravagantes para la época). Pasará por un salón de baile del XIX, una habitación para fumadores con azulejos exquisita, el dormitorio del rico coleccionista y un jardín estilo inglés con estanque, fuentes, cuevas y un templo egipcio (no podía falta el toque exótico también en el exterior).

Sepa también que el Museo Stibbert está a las afueras de la ciudad pero hay autobuses que le acercan a esta parte de Florencia desde la estación de tren Santa Maria Novella.

En definitiva, si le atrae la idea de escapar de los turistas, y si adora adentrarse en la vida cotidiana de una mansión del siglo XIX, en este caso con la peculiaridad de su miscelánea cultural, visitar esta casa-museo no le defraudará.

Siga el enlace para cinco pistas más con las que descubrir la Florencia artística menos conocida.

 

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