Paradores, una biografía singular de 90 años
La historia de Paradores está unida sin remedio a la historia del turismo en España. Por eso, ahora que cumple 90 años, lo celebra con una exposición que se puede ver en la Fundación Mapfre de Madrid (Av. General Perón, 40), en la que se funden las emociones vinculadas al tiempo pasado a través de fotografías, vídeos, documentos originales, objetos, obras de arte, uniformes, vajillas y otros objetos singulares. Una biografía que comenzó en 1928 y que pronto será centenaria y por la que planea una infinidad de personajes históricos, conventos, palacios, castillos, sucesos, esfuerzos, sinsabores y, sobre todo, satisfacciones y finales felices.
18 de abril de 2018,
En la actualidad, hay 97 paradores repartidos por toda la geografía española y cada uno tiene su particularidad y alguna seña de identidad que le hace único. En el de Granada, por ejemplo, se encuentra la primera tumba de Isabel la Católica, en el de Jarandilla se hospedó el emperador Carlos V antes de su retiro en Yuste, en el de León estuvo encarcelado Quevedo entre 1639 y 1643 y en el Monasterio de Veruela, que en breve se sumará a la red de paradores, Bécquer escribió “Cartas desde mi celda”.
Son sólo pinceladas del viaje sentimental que propone la exposición “Paradores, 90 años muy singulares” y que arranca en 1928, cuando se inaugura el primer parador, el de Gredos. Era una España, la de entonces, en blanco y negro, pero nadie podía vaticinar que aquél sería el primer paso de un proyecto pionero en el ámbito del turismo. Y que sigue vivo, porque llega hasta hoy, cuando España se ha convertido en la segunda potencia turística del mundo y el turismo es el primer sector de nuestra economía.
Museo Vivo
María Gimeno, responsable de Patrimonio Artístico de Paradores, es la comisaria de esta exposición. Ella ha dirigido la catalogación de las más de 9.000 obras de arte que constituyen los fondos de esta cadena que, por su labor de rehabilitación en el ámbito del patrimonio artístico, recibió en 2015 el prestigioso premio Hispania Nostra a la Conservación del Patrimonio. Y, por eso, es la persona indicada, porque conoce el inmenso valor de algunas de las piezas que forman parte de la decoración de estos edificios y que han ido conformando un auténtico museo vivo.
Distribuida en seis bloques temáticos, la muestra ofrece retazos de su historia, de su arquitectura, de la promoción turística, de la hostelería y gastronomía, del arte y de los paisajes donde se hallan enclavados, muchos de ellos en parajes auténticamente de ensueño. Casi la mitad de los paradores están en edificios de gran valor histórico-artístico y la rehabilitación de muchos de ellos los ha salvado de la ruina, un trabajo en el que han intervenido casi 100 prestigiosos arquitectos a los que se rinde homenaje en la exposición.
El visitante de “Paradores, 90 años muy singulares” podrá contemplar más de 100 piezas entre vajillas, cuberterías, calderos de cobre, carros para servir, uniformes de personal, cartas de restaurante de los años 60, llaves pesadísimas de las estancias, aspiradoras vintage o piezas tan curiosas como una centralita telefónica antiquísima o una prensa para elaborar caldos de carne. Además, hay que detenerse en algunas obras que integran la colección de arte de Paradores, como un tapiz de Pastrana del siglo XVII, un capitel romano o un busto de Julio López Hernández, que se pueden admirar junto a creaciones de Picasso, Miró, Alberti o Tàpies.
Edificios Singulares
¿Cuál es el origen de la red de Paradores? Hay que retroceder en el tiempo hasta 1910, cuando el Gobierno de España, presidido entonces por Canalejas, encargó al marqués de la Vega Inclán crear una estructura de hoteles para dar hospedaje a los pocos viajeros que llegaban a España y, de paso, mejorar la imagen internacional de nuestro país. La mirada se puso en los edificios singulares de alto valor patrimonial y en parajes geográficos de particular belleza o interés natural. Y así hasta hoy.
La mayor expansión de Paradores se produjo, tras el parón y retroceso de la Guerra Civil y la primera posguerra, fue en los años 60, con Manuel Fraga Iribarne como ministro de Turismo, una década en la que se adaptaron más de 20 edificios emblemáticos. Sólo desde 1993 hasta 2017 se han abierto 14 paradores nuevos, el último en Lleida, pero está previsto para un futuro muy inmediato la apertura de los de Veruela, Ibiza, Muxía, Molina de Aragón y Morella.
Y, como colofón, es imprescindible aludir a la gastronomía, uno de los grandes pilares de la cadena, que se ha integrado a la perfección en el ADN de Paradores, con la promoción de la cocina típica de cada región y buscando los mejores productos de la tierra. Como muestra, recordemos que desde el año 2015 el tres estrellas Michelin Mario Sandoval colabora con Paradores y que casi la mitad de los ingresos de la Red de Paradores procede de la restauración.
Sólo queda por decir que los más de 4.000 profesionales que trabajan para Paradores son el engranaje y los responsables del éxito de esta aventura que echó a andar hace 90 años, en un paraje recóndito pero maravilloso de la sierra de Gredos. Una biografía singular que promete hacerse centenaria.