Nueve noches y diez días de devoción Durga Puja
Durga Puja es una de las prácticas religiosas hindúes más importantes de la India oriental. Durante el puja (culto o adoración) se honra a lo largo de diez días a Durga, como diosa Madre y como diosa Guerrera por su victoria sobre el demonio-búfalo Mahishasura. Representa el resurgimiento de la creación sobre la destrucción, el triunfo del poder divino frente a todos los males. Y es el momento en el que los devotos se encuentran cara a cara con la Madre Durga, ya que el resto del año no está presente entre ellos, es decir, no hay imágenes físicas de la diosa ni templos donde adorarla. La devoción Durga Puja alcanza su máxima intensidad en Calcuta. Ésta es la historia de una diosa tan icónica para los calcutenses, y los peculiarísimos ritos religiosos que éstos le dedican.
Según la creencia hindú, ante el caos reinante en la Tierra y el Cielo que el demonio búfalo Mahishasura había organizado, los Dioses crearon para aniquilarlo a Durga (que significa la invencible, en sánscrito). Una diosa suprema y radiante que a la batalla contra el malvado llega cabalgando sobre un león. Y que después de un combate feroz de nueve noches y diez días, consigue matar con su tridente a Mahishasura, convirtiéndose en la Diosa Madre con el poder supremo que derrota a todas las fuerzas del mal. La creencia cuenta que el cielo y la tierra se regocijaron con su victoria, y que al sexto día sumergiéndose en las aguas de la Tierra, Durga regresó al «más allá», junto a Shiva, su marido. Cada año regresa al mundo para reestablecer el orden, protegiendo al justo y castigando al malvado. Por ello, el culto o puja se repite todos los octubres para rendirle devoción y pedirle protección y el bien. Las fechas exactas varían cada año en base al calendario lunar.
Durante el puja, todos los rituales de veneración van a girar siempre entorno a los retablos llamados pratima(s) con la representación de la escena épica de la victoria de la diosa frente al demonio, que los calcutenses alojan dentro de un pandal o templo temporal. En Calcuta, Durga Puja es su fiesta grande en la que miles de pandals dibujan durante cinco días el mapa de la ciudad. De hecho, cada asociación vecinal saca a la calle su propio pratima y monta su propio pandal, llegando a juntarse más de 3.780 en toda la urbe.
Aunque los preparativos del evento comienzan con meses de antelación, la celebración se realiza durante nueve (Navratri en sánscrito) noches y diez días.
Oficialmente el inicio es en el día de Mahalaya pero las principales celebraciones se producen siete días después, durante cinco consecutivos: los días Shasthi, Saptami, Ashtami, Navami y Dashami.
– Mahalaya es el día en el que se invoca o invita a la deidad a descender a la tierra mediante el canto de mantras y canciones devocionales, y es además cuando en los talleres artesanos dibujan el tercer ojo a la imagen de la diosa madre Durga. La realización de las imágenes es muy laboriosa, implica un trabajo de meses.
– Maha Shashti (o Maha Ṣaṣṭhī, significa en sánscrito: gran sexto) día. Es cuando Durga baja desde su hogar a Calcuta con sus cuatro hijos Lakshmi, Saraswati, Kartikeya y Ganesh. Durante ese día también se dan a conocer al público los retablos de la diosa, ya instalados en los pandals (pabellones o templos efímeros) de cada asociación vecinal.
– Maha Saptami (gran séptimo) día, en el que se invoca la presencia y energía de la Diosa Madre Durga en los retablos instalados en los pandals de la ciudad. Para ello, el día comienza a las seis de la mañana con el curioso ritual Kala Bou Snan, traducido como baño de la novia (hecha) de plátano. Consiste en meter en las aguas del río Hugli (delta del Ganges), a modo de purificación, una planta pequeña de plátano, que popularmente representa a la mujer recién casada del Señor Ganesh, hijo de Durga.
Como si de una novia recién casada se tratase, envuelven la planta en un sari estilo bengalí, blanco y rojo, y le maquillan sus hojas con bermellón.
El rito se acompaña con tambores y el canto de mantras. Y acaba llevando en procesión al Kala Bou hasta el retablo con la diosa Durga, sus hijos, el león y el demonio, colocándolo junto a su marido, el Señor Ganesh.
Buenos sitios para ver el Kala Bou Snan son en los ghats (accesos al río) de Bagbazar al norte de Calcuta, o al sur en los de la zona de Eden Garden (por ejemplo, en el Outram Ghat). Asegúrese de llegar antes de las 6:00 h. para ver el ir y venir de los Kala Bous, que son bastantes, teniendo en cuenta la ingente cantidad de pandals repartidos por toda la ciudad.
– Maha Ashtami (gran octavo) día. Durante la mañana, ningún bengalí se pierde la Puspajanli: la ofrenda de flores. Por cualquier parte de la ciudad verá a todo el mundo -los propios calcutenses y los visitantes de otras partes de Bengala, e incluso a algún que otro turista extranjero- unidos ofreciendo flores a la diosa Madre Durga.
Por el día también se celebra el llamado Kumari Puja en el que una niña, ataviada como la diosa Durga es adorada, delante de la imagen, simbolizando la forma más pura de veneración. Uno de los Kumari Pujas más famosos es el del templo Belur Math, a las afueras de la ciudad (en torno a una hora en coche).
Y por la noche, entre el final del día Ashtami y el comienzo del Navami, en aquellas casas aristócratas con los retablos más antiguos, se celebra el ritual Sandhi Puja para venerar que Durga también consiguiera matar a Chanda y Munda, los dos demonios cómplices de Mahishasura, antes de acabar con este último.
Antiguamente, sacrificar animales formaba parte de este ritual.
Afortunadamente, en la actualidad si se representa este relato es optando por una versión no sangrienta, con calabazas o plátanos en lugar de animales. Dicho esto, y llegada la noche, el Sandhi Puja se convierte en uno de los momentos más místicos e intimistas de Durga Puja y visualmente una escena muy bella, ya que ante la oscuridad, la diosa Durga queda iluminada por la luz tenue de 108 lámparas de aceite. Flores de loto, platos llenos de dulces, una olla grande con arroz, guirnaldas de hibiscso, bermellón e incienso completan la devota escena.
– Maha Navami (gran noveno) día. La adoración de este día concluye con una Maha Aarti (gran ceremonia de fuego) para marcar el final de los rituales y oraciones. La creencia hindú indica que en ese día fue cuando la diosa Durga mató al demonio búfalo Mahishasura. Esta jornada, junto con la décima, son los días de más glamour, todo el mundo se viste con sus mejores galas. Y los platos bhog favoritos de la deidad son preparados para ofrecérselos primero a esta, y luego distribuirlos entre todos los devotos.
– Dashami (décimo) día. Se celebra el Vijaya Dashami que significa la victoria en el décimo día. Dashami es una palabra que llena cada corazón bengalí con tristeza ya que significa el final de Durga Puja. Es el día cuando según los hindúes la diosa regresa a casa con su marido sumergiéndose en el río Hugli (o Hooghly en inglés). Cada año, invocan su partida representando esa escena en el río.
Antes de esto, el día comienza con una ceremonia en la que mujeres casadas rezan y ofrecen sindur khela (polvo bermellón rojo) a la Diosa. El bermellón también se lo extienden las unas a las otras en la cara para pedir por matrimonios largos y felices.
Y por la noche, llega el súmmum de la fiesta, el ritual de la inmersión. Cada pandal lleva a su imagen religiosa en procesión hasta el río Hugli para sumergirla en el agua.
Hay que decir que en las casas antiguas de Calcuta con retablos de gran valor y de más de dos o tres siglos de antigüedad, lo que tiran al río es una réplica.
Durante esa tarde y noche, la ciudad es una auténtica locura ya que cerca de cuatro mil retablos de Durja Puja tienen que acabar en el Ganges. ¡Nadie se salva del caos de circulación! las carreteras y calles se convierten en un hervidero de gente aglomerada que sale de nuevo en procesión para acompañar a su imagen hasta el río. Una vez allí, la escena se vive de forma muy intensa. Entre rezos y mantras, llantos y vítores al son de los tambores, este ritual marca la despedida de la diosa Durga.
Para ver y atrapar la acción en su cámara, aunque puede hacerlo desde cualquiera de los ghats a lo largo del río, los puntos de inmersión más populares se encuentran entre Eden Garden y pasado el puente Howrah (Babu Ghat, Fairlie Ghat, Ahiritola Ghat, o Mullik Ghat a la altura del Mercado de las Flores junto al puente). Una excelente manera de ver el ritual es desde el propio río, en los barcos de paseo turísticos.
Recogimiento familiar, pero también celebración multitudinaria. Después de la inmersión, la gente lo festeja reuniéndose con sus familiares y amigos para dar y recibir bendiciones. Esa noche, en cada hogar bengalí se ofrecen dulces, se comparten espléndidas cenas y hacen regalos a sus seres queridos. Esta tradición sería (en cuanto a importancia e ilusión) el equivalente a la cena de Nochebuena católica. Y como una explosión de diversión, la celebración siempre continúa en las calles con fiesta hasta altas horas de la madrugada.
Al día siguiente, ya todo completado, empieza una nueva cuenta atrás hasta el próximo año de puja o devoción a la diosa Durga.
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