No Drama, un viaje culinario por el mundo en el corazón de Chamberí
Después de dos décadas de conquistar un sinfín de paladares en Reino Unido, Francia, Estados Unidos o Perú, el chef Pablo Fernández abrió a finales de 2021 su primer restaurante en Madrid, en el número 67 de la calle de Zurbano, embarcándose en una nueva aventura culinaria: No Drama. Una aventura que sin duda ha conquistado la ciudad con una propuesta contemporánea de autor, creativa y de acento cosmopolita, que hunde sus raíces en la cocina francesa, británica, nikkei y asiática. Un mestizaje de conceptos culinarios y técnicas de todos los países y grandes cocineros con los que ha trabajado, entre otros, Gordon Ramsay, Sergi Arola, Èric Frèchon o Gastón Acurio, con quién Pablo Fernández aprendió la técnica del ceviche.
Con No Drama, el chef ha creado un concepto de autor muy especial, con capacidad sólo para 28 personas, en el que se puede disfrutar de un espectáculo culinario único: su barra japonesa frente a la cocina vista donde se terminan y emplatan las elaboraciones para el máximo deleite e implicación del comensal. Es todo un viaje por los sentidos para descubrir sabores, texturas y aromas.
Filosofía japonesa
La propuesta gastronómica juega siempre con la estacionalidad del producto, con platos que evolucionan y cambian al mismo ritmo que la temporada, siguiendo la filosofía nipona –muy presente en su cocina- de ir con la naturaleza. Para comer o cenar, dos menús y una breve carta fusión de ambos. Un menú es corto, de seis platos (60€) y otro largo de nueve (90€), que incluyen agua, café o té, y que están sujetos a modificaciones con productos de semitemporada (delicias muy cortas como habitas o trufa blanca…).
“Restaurante viene de restaurar, es decir, aportar al cuerpo todos los nutrientes que necesita según la época del año. En una comida necesitamos proteínas, vegetales y carbohidratos. También dulces, claro, hay que alegrarse”, explica el chef.
El dominio de todas las técnicas y la vocación viajera de la cocina de Pablo Fernández quedan reflejados en los sabores de No Drama: papel de arroz, foie y hoisin (Francia y China); oda a la zamburiña al pil pil (España); costillas de vaca vieja cocinadas durante 12 horas al estilo nitsuke (Japón); tagliolino al estilo peranakan (Italia, China, Perú); hamachi brasa con ají amarillo (Japón y Perú); huevo, trufa y setas (más otoñal, imposible). Y mucho más: verduras como nunca habías probado, apuestas francesas, ceviche elaborado con pescado del día, que puede ser desde erizos a congrio o lubina. Es lo mejor de cada país; no hay límites en su cocina, ni se deja llevar por lo estándar.
Vinos de todo el mundo
La propuesta líquida de No Drama cuenta con una carta de vinos dirigida por la sumiller y comunicadora Meritxell Falgueras, que reúne referencias de todo el mundo (España, Croacia, Argentina, Alemania, Austria…). Se pueden encontrar vinos muy honestos en calidad/precio, junto a etiquetas premium. La coctelería también tiene un lugar predominante. Cócteles de autor firmados por el bartender italiano Dario Serra que oficia desde una de las mejores coctelerías de Milán (Ceresio 7). Combinados para antes, durante y después de la comida, con opciones sin alcohol.
Esta experiencia gastro se potencia con una decoración de tendencia minimalista que también mezcla inspiración japonesa, toques nórdicos y minimalismo a cargo Morandi Arcela, del estudio Brandfood que ideó el restaurante de Gastón Acurio. Impresiona la barra central de Neolith en blanco invierno con grietas restauradas en dorado, siguiendo la tradición japonesa del kintsug. “No Drama es un espacio inspirado en la libertad de la creatividad. Intentamos crear un espacio neutral para que el centro de atención sea la propuesta de Pablo Fernández. Colores que enmarquen la experiencia y texturas que den confort al espacio”, explica Arcela.
Diseño y artesanía hasta en el plato
Brandfood ha convocado en su diseño a artesanos como Lab Des Sens Atelier para el desarrollo de las lámparas o a Buenaventura para los papeles pintados a mano. Sin olvidar esa vajilla en porcelana, realizada pieza a pieza de forma manual por el maestro joyero Carlos Sáez de Gastroplat.
¿Algún plato para recomendar? ¿Qué tal si probamos el crocante de arroz, con foie gras, espelette y hoisin? ¿O la flor de remolacha con caviar, crème fraiche y Oporto? ¿O prefieres el airbag con carabinero y tobiko? Hay muchas opciones, entre las que también aparece el Onsen Tamago con setas, jus y katsuobushi. ¡Buen provecho!