Distritos de Ginza y Nihombashi. Los pioneros en el arte de comprar y vender

Ginza y Nihombashi. Ambos pertenecen al barrio de Chūō de la ciudad de Tokio y ambos además son los distritos que arrancaron en esta megalópolis llena de movimiento y energía la fiebre de las compras -eso sí, cada uno en una época muy distinta de la otra-, para convertirse en referente vanguardista y global el primero, y tradicional el segundo.
Ginza
La primera impresión de este distrito es que estemos en la 5ª Avenida de Nueva York en lugar de en pleno Tokio. Porque aunque haya una alta concentración de luces de neón y de personas –la icónica imagen de Tokio-, la avenida Chūō con su Apple store y boutiques de Dior, Louis Vuitton y Chanel parece más un clon de la mítica calle neoyorquina (o de cualquier gran urbe mundial, dicho sea de paso), que una típica calle asiática. ¡Hasta circulan taxis amarillos por ella!

El gusto por los escaparates y maniquís en Ginza viene de lejos. Fue el primer barrio de la ciudad que inauguró unos grandes almacenes en el siglo XIX, y desde entonces el diseño, el progreso y la fiebre de las compras han pasado a ser parte de su ADN.
Pero a medida que se adentre en el barrio descubrirá que entre las fachadas impersonales de cristal y los bolsos de apellido ilustre se revela el Japón más tradicional. A su paso se topará con lugares donde queman incienso en pequeños altares y con señoras vestidas con kimono de seda. Incluso el cercano mercado Tsukiji, conocido como el mercado mayorista de pescado más grande del mundo, aunque muy turístico (es una de las atracciones más taquilleras de Tokio), también es un buen escaparate de las costumbres de toda la vida y donde la actividad sigue moviéndose a su propio ritmo. Madrugar para asistir a sus subastas de atunes es un clásico entre los turistas. Lamentablemente tiene los días contados, al menos tal cual lo conocemos ahora. De cara a acoger los Juegos Olímpicos de 2020, este enorme mercado se trasladará a partir de noviembre 2016 a Toyosu, una cercana isla artificial en la bahía de Tokio.


Ginza es además el lugar para encontrar restaurantes de alta cocina y de precios astronómicos. Puede llegar a pagar por un plato de marisco 55.000 yenes (485€). Aunque también puede comer de pie y deprisa un plato de ramen cocinado al momento. Hay elegantes cafés a lo europeo y hay sitios dedicados al tradicional té matcha. Es el Tokio más globalizado y más tradicional perfectamente orquestado.
Nihombashi
Debe su nombre al puente “Nihombashi” (literalmente: puente japonés). Quienes emprendían en el siglo XVII su viaje hacia Kioto debían cruzar, necesariamente, por ese puente para tomar la ruta de Tokaido. De manera que los comerciantes no tardaron en asentarse a su alrededor para beneficiarse del paso continuado de viajantes. La zona, todavía hoy es uno de los centros financieros y comerciales de Tokio.

En ella se suceden los edificios históricos, alguno religioso como el santuario Suitengu (venerado para el embarazo y los partos seguros), y sobre todo, los que demuestran la herencia comercial y financiera del barrio. Como el edificio de la oficina central del Banco de Japón y el edificio Nihonbashi-Takashimaya, declarados propiedades culturales importantes de Japón.
Pero lo que lo hace verdaderamente especial es que todavía perduren algunos restaurantes y comercios de sus inicios (el periodo Edo). Como la tienda de la familia Kiya Kato, fabricantes de cuchillos que aunque su aspecto se ha actualizado, con vitrinas y luces LED, mantiene el mismo espíritu y el trabajo artesanal de hace más de trescientos años.

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