Las pautas claras para cuidar la piel en viajes
Un aire regenerado por máquinas, cambios de presión y falta de humedad durante el vuelo, así como el indeseado jet lag, por no hablar de un clima diametralmente distinto en destino. Todo ello puede jugar malas pasadas a nuestra piel tras un viaje. Y si tu piel es, ya de por sí, dada a la deshidratación, a las manchas solares o la irritación, el tema se complica todavía más al añadir el factor viaje. Pero con unas sencillísimas pautas puedes evitar llegar a mayores. De cuidados para la piel y su importancia durante los viajes, y de soluciones médicas como la dermatología láser… hablamos hoy en tu espacio viajero AircrewLifestyle.
La importancia de cuidar nuestra piel en los viajes
Volar y viajar pueden dejar nuestra piel “tocada”. Deshidratada y apagada para empezar, e irritada e incluso algo hinchada en algunas personas; En el peor de los casos, manchas solares u otras imperfecciones y lesiones cutáneas. Y es en el rostro donde más se notan estos efectos.
Porque a bordo del avión, la presurización de la cabina hace que se respire con un porcentaje más bajo de humedad que en tierra. Sumado al cansancio y a la inactividad -especialmente si es largo radio- tú mism@ habrás notado la piel seca y apagada, ojeras y bolsas, y labios cuarteados al aterrizar.
Luego están las largas jornadas que dedicamos a hacer turismo por el mundo, cuando nuestra piel se somete al sol abrasador en el desierto del Mojave (California), a los vientos catabáticos congelados en la Antártida, o a la humedad y calor sofocante de la región de Bengala en la India. En definitiva, a muy distintos climas e inclemencias meteorológicas. También se puede exponer a alguna posible herida que podamos hacernos en una selva o un treking, o a un agua del grifo poco recomendable para nuestra piel “mimada” en Occidente con una depuración muy diferente, que puede producirnos eczemas (por no hablar de la ‘diarrea del viajero’, pero eso ya es un tema para otro artículo); entre otras sorpresas varias…
Pues bien, si repetidamente pasamos de darle los adecuados cuidados, con el tiempo puede llegar a ser necesario recurrir a tratamientos médicos como la dermatología láser. Que no deja de ser un procedimiento sencillo, rápido e invasivo, y que se puede hacer en diferentes clínicas de dermatología, como por ejemplo, clínica dermatológica Dermatología Dexeus. Con varias sesiones de láser IPL o Luz Pulsada Intensa sobre los tejidos dañados, podemos frenar la progresión de estos cambios y llegar a tener una piel luminosa y con aspecto saludable. Eso sí, los expertos nos advierten que se debe evitar la exposición solar durante un tiempo aplicándonos fotoprotectores de alta calidad.
Pero antes de llegar a ese punto, qué hacer para regresar con una piel impecable…
Unos sencillos consejos, más que conocidos por todos pero que no está de más refrescarlos con unos breves apuntes. Toma nota:
Hidratación, a la enésima potencia
Beber agua es un básico de salud, todos lo sabemos. Pero en viajes, hay que beber y beber más todavía para mantener los niveles de hidratación del cuerpo con la que afrontar el cambio de temperatura y de dieta y nivel de actividad. Hay personas que toman bebidas azucaradas mientras están de viaje con la idea de hidratar y energizar sus cuerpos, pero hemos de decir que esto no ayuda en absoluto a la piel. Y mientras estés a bordo del avión, olvídate también de las bebidas gaseosas, las alcohólicas y de los alimentos salados. Lo único que conseguirás será deshidratar aún más la piel.
A nivel cosmética, recursos que no olvidar en casa son las cremas hidratantes de rostro y cuerpo -siempre que no sea a un destino de calor muy húmedo- y un buen bálsamo labial. Tampoco está de más ir provistos de una bruma hidratante (o agua termal), que pulverizándola, mantienes la piel hidratada y refrescada. Hazlo todas las veces que quieras. También mete en el neceser una mascarilla ultrahidratante, y si optas por una con ácido hialurónico, alantoína o ácido glicólico la sensación de piel renovada será aún mayor -por sus propiedades cicatrizante y regeneradora-. Un buen fichaje de mascarillas son las tipo tissue o hidrogel, muy prácticas en viajes por ser fáciles de aplicar y no necesitar ni agua ni discos de algodón para retirarla.
Protector solar a donde quiera que vayas
Llevar a mano la crema de protección solar es una estupenda premisa siempre, y en viajes con mayor motivo. Las largas caminatas para conocer un destino pueden provocar, si no vamos bien protegidos del sol, quemaduras, arrugas prematuras, lunares y manchas en la piel. No olvidar que se debe reaplicar cada dos horas y utilizarla incluso en los días nublados, dentro del coche, tren o avión porque las ventanillas no hacen las veces de protector solar.
Maquillaje y vuelo, malos compañeros
No entres maquillada al avión, déjalo en el bolso porque el ambiente seco de la cabina agrieta tu maquillaje con facilidad. Incluso puede obstruir los poros, dando lugar a los consabidos granitos y puntos negros. Si quieres salir con buena cara, mejor aplícatelo justo antes de aterrizar.
Para limpiar nuestro rostro
Si viajas a un clima frío, emplea un limpiador en crema o formulado con aceites para evitar resecarla mucho. Si vas a clima cálido, un agua micelar puede ser suficiente para dejar la piel libre de impurezas. Y en cualquier caso, no está de más que sean productos calmantes y reparadores.
El gel hidroalcólico, por supuesto
Como se suele decir, ha llegado para quedarse. Llevar con nosotros un producto hidroalcólico se ha convertido ya en un buen hábito para alejar los virus y bacterias de nuestro cuerpo. En viajes, es muy práctico en spray para pulverízalo en la mesilla y el reposabrazos del avión, tren, y en objetos de la habitación del alojamiento como mesas, tiradores de armarios y zonas del baño, etc.
Tras todas estas pautas, no queda más que desearos felices vuelos y ¡bon voyage!