Kirei by Kabuki: alta gastronomía en el aeropuerto de Madrid Barajas Adolfo Suárez
¿Es posible comer bien en un aeropuerto? Sí, y cada vez en más de ellos. La mala fama que arrastra la comida de los aeródromos comienza a mejorar gracias a la inventiva de empresarios y compañías que reivindican que antes de volar se puede disfrutar de un buen bocado. Uno de estos restaurantes es Kirei by Kabuki, en la T4 del Aeropuerto de Barajas (Planta 1. Salidas. Zona de embarque J). En este local del grupo Kabuki (que cuenta con tres estrellas Michelin en tres de sus establecimientos) y en el que Japón y España ofrecen lo mejor de sus culturas. Larga vida al sushi y no más bocadillos insulsos.
En funcionamiento desde octubre de 2013, Kirei by Kabuki tuvo el honor de ser el primer restaurante japonés de un aeropuerto español. La inauguración del negocio se enmarcó en una ambiciosa remodelación comercial para dotar de más y mejores servicios a la T4 de Barajas, y supuso una inversión de unos veinticuatro millones de euros. Gestionado por la empresa Áreas (que controla 552 en España en el sector de la restauración y las compras), este restaurante no para de acumular buenas críticas de expertos y de los miles de sufridos viajeros, que encuentran en su barra una oportunidad para disfrutar de una cocina de gran calidad a precios bastante razonables y con un amplio horario: desde las doce del mediodía hasta las once de la noche.
Segunda marca, estilo de primera
Porque aunque se trata de una segunda marca, más asequible, este local está respaldado por uno de los grupos del sector de la restauración más prestigiosos de España, y su carta diseñada por su chef estrella, Ricardo Sanz. Así, el viajero puede saborear excelentes sashimis, makis, cremas, sipas, nigiris y verduras con el sello de la casa madre: cocina nipona fusionada con la sabiduría española. Puro estilo Sanz, vaya, que tantos reconocimientos le ha valido.
¿Que las prisas, los horarios y las conexiones te impiden disfrutar de un momento de relajo frente a sus platos? No hay problema, porque dispone de un servicio de take away para llevar y darle al palillo en el avión. Nuestra recomendación, no obstante, es que encuentres un rato para refugiarte en la barra o en las mesas y disfrutar del showcooking en directo, un espectáculo añadido a la experiencia gastronómica per se. Productos frescos (las mismas materias primas, realmente, que en los locales de la ciudad) para garantizar la mejor calidad para los estómagos en tránsito.
Entre sus propuestas no faltan platos que nos recuerdan inevitablemente a la casa madre, como el tartar de atún con huevo frito y patatas (imprescindible el toque cañí) o los imprescindibles nigiris de pez mantequilla con trufa o hamburguesa con tomate y cebolla confitada, tríada imprescindible, o el Tori No Kagaare, pollo frito al estilo nipón. Una carta corta pero lo suficientemente tentadora como para que se convierta en un imprescindible de los viajeros ocasionales o fijos, con espacio para ensaladas, sopas y pastas, carnes y pescados, sashimis y usuzukuris laminados con delicadeza, nigiris, makis, temakis y futomakis elaborados al momento por los sushimen del aeropuerto. También, por supuesto, hay una carta de vinos.
El avance de la gastronomía aeroportuaria
Kirei by Kabuki es uno de los restaurantes que han liderado esta revolución de la gastronomía en los aeropuertos españoles, donde cada vez hay más establecimientos pensados para los sibaritas que van con las maletas a cuestas y que huyen de la oferta habitual de los aeródromos. En El Prat de Barcelona, por ejemplo, encontramos el luminoso Porta Gaig, inaugurado por el conocidísimo chef Carles Gaig. En la sala de facturación de Málaga nos encontramos con DeliBar, el bar de tapas de Dani García con algunas de sus icónicas propuestas como la hamburguesa Burger Bull de rabo de toro o el gazpacho de cerezas. Y en Hong Kong, donde todo se hace a lo grande, hay incluso un restaurante que obtuvo una estrella Michelin. Hablamos de Hung’s Delicacies, muy famoso por cómo preparan el ganso. Por aquí nos comprometemos a ir contándote, poco a poco, los restaurantes de los aeropuertos que no debes perderte allí donde el avión te lleve.
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