Florida Retiro: vuelve la fiesta al parque
¿Qué tienen en común Felipe IV, Fernando VII, Julio Iglesias, Lola Flores o José María Íñigo? Pues que a todos les gustaba la fiesta en el emblemático Florida Park. Concebido originariamente como una noria de agua, este edificio se consolidó el siglo pasado como un referente del ocio nocturno más canalla de la capital, donde bohemios, artistas y señores normales como usted se divertían de lo lindo. Tras años de cierre, una nueva concesión pretende devolverle su esplendor con una apuesta decidida por el ocio de calidad y la gastronomía para todos los gustos. Adiós Florida Park, hola Florida Retiro.
El nuevo espacio, en funcionamiento oficial desde el pasado 1 de octubre, respeta la emblemática arquitectura del edificio y busca aprovechar al máximo su espacio y el encanto que le proporciona encontrarse en el pulmón verde de la capital. Y el buen comer es, sin duda, el eje vertebrador de este ambicioso proyecto. El chef Joaquín Felipe, muy conocido en la ciudad, pone toda su experiencia (Hoteles Urban y Villa Real de Madrid, catering de Paradís Madrid, Restaurante Chaflán o Restaurante Aspen) al servicio de este multiespacio con propuestas diferenciadas según gusto y presupuestos.
Cuatro espacios, cuatro formas de comer
En Florida Retiro hay cuatro alternativas culinarias. La principal es la que se desarrolla en La Sala, comedor y sala de fiestas a la par, donde se celebrarán los fines de semanas espectáculos nocturnos mientras se disfruta de una cena de auténtico lujo con tintes cosmopolitas. De hecho, los responsables del lugar cuentan para su número de fin de semana con una de las compañías de teatro más conocidas del país: Yllana. Estos clowns modernos nos pondrán a reír los viernes y sábados con su obra Pandora Nights. Los jueves es el turno de Chattanooga Club, una cena con música que promete no dejar indiferente a nadie. Hasta las 6 de la mañana, La Sala (tal es el nombre del mítico escenario) promete ponernos a bailar.
Si preferimos una alternativa meramente culinaria y del mismo nivel, entonces deberemos reservar mesa en El Pabellón, corazón gastronómico del Florida Retiro, donde Joaquín Felipe desarrolla una cocina mediterránea y madrileña a un tiempo, con especial atención a los productos artesanos y ecológicos de la región, que tanto despuntan en los últimos años. No dejen de asomarse al espacio, cuyos amplios ventanales nos acercan a la espesura vegetal con la que nos obsequian los jardines de El Retiro. Aquí también se puede hacer la noche más amena con los cócteles que prepara Miguel Jiménez, bar manager, entre unos muy razonables 8 y 10 euros.
Si queremos disfrutar de las bondades del yantar matritense pero a precio más bajo y con un enfoque muchísimo más informal, entonces en Florida Retiro podemos visitar su bar más casual y urbano, La Galería. Aquí daremos buena cuenta de tapas, raciones y bebidas con aires mediterráneos y precios al alcance de cualquier mortal, pero al abrigo de un espacio con tanta historia como este.
Por último, y al abrigo del parque, los responsables del espacio hay desarrollado una opción en torno al Street Food que tanto gusta en la capital. Los Kioskos es una suerte de mercado gastronómico en pleno parque de El Retiro, donde podemos disfrutar de la carta de siete puestecitos temáticos en los que no va a faltar la animación musical. Será también un lugar de repostaje perfecto para hacer acopio de víveres sabrosos y montarnos nuestro propio picnic cuando la climatología lo permita. ¡Estamos deseando hacerlo al calor del sol de invierno!
Historia de la diversión
Toca congratularse, en cualquier caso, de la resurrección de este magnífico edificio que viene bendecida, sea dicho de paso, con la creación de 200 puestos de trabajo y una inversión muy relevante. Como decíamos más arriba, el Florida Retiro fue en sus orígenes una noria de agua que servía para nutrir el estanque donde Felipe IV celebraba sus neumaquias. El legado del Rey Planeta fue mejorado por Fernando VII, que se enamoró del lugar e hizo construir la preciosa cúpula y los dos gabinetes. Después pasó a ser el Café Viena Park (con unas estupendas aguas oxigenadas, según se vendía entonces) para, ya en los años 40, convertirse en la sala de fiestas más divertida de aquella España en blanco y negro. Aquí perdió Lola Flores un pendiente (y paró la actuación para buscarlo), debutó Miguel Bosé, actuó Ray Charles y José María Íñigo grabó su éxitosísimo Esta noche…fiesta, a cuya grabación todo Madrid se daba de palos por asistir. Esperamos que la ciudad esté a la altura de la propuesta y que no se convierta en un gigante de pies de barro con zapatos de baile.
