Este otoño en Róterdam: retrospectiva “Cabin Crew – Fashion in the air” en el museo Kunsthal
Bajo el título “Cabin Crew – Fashion in the air”, el museo de arte Kunsthal Rotterdarm presenta una retrospectiva de los uniformes de las auxiliares de vuelos de aerolíneas de todo el mundo. Se trata de una selección de trajes pertenecientes a la mayor colección privada que existe de estas prendas, la cual pertenece a un sobrecargo de KLM. La muestra se podrá visitar a lo largo de todo este otoño.
30 de agosto 2017,
Los uniformes de auxiliares de vuelo tienen tal poder de atracción por la sociedad que cada cierto tiempo se realiza una retrospectiva en alguna parte del mundo. En esta ocasión es el museo holandés Kunsthal Rotterdam el que organiza esta muestra que viaja hasta la actualidad visionando las tendencias en estas vestimentas tan atrayentes y que evidencian los cambios estilísticos y sociales de cada época.
Lo que tiene de especial esta muestra es que está realizada a partir de una cuidada selección entre los 1413 uniformes de 525 aerolíneas diferentes que componen la colección privada del sobrecargo holandés Cliff Muskiet. Cabe señalar que el Kunsthal se caracteriza por exponer colecciones privadas, en muchas ocasiones todavía desconocidas para el público. En esta ocasión muestra el trabajo de coleccionismo realizado por este tripulante de KLM desde que lo iniciara en 1993. Según el museo, probablemente sea la colección privada más grande de uniformes de azafatas de vuelo.
La muestra estará abierta al público del 23 de septiembre al 4 de febrero del 2018.
La moda está en el aire
Sin perder el objetivo de tratarse de una herramienta de trabajo, ante todo cómoda y práctica, para las aerolíneas la uniformidad de sus TCPs ha sido y es una pieza con la que mostrar al mundo el glamour y magia de la aviación y un claro estandarte de cada una.
La exposición pretende además demostrar cómo la evolución de los uniformes de las tripulaciones de cabina a lo largo de décadas de viajes en transporte aéreo es un buen baremo desde el que observar la propia evolución de la moda, e incluso de la sociedad en general. Así bajo una fachada siempre sobria y profesional, los uniformes van cambiando a medida que lo hacen las tendencias del momento. Desde la estética estrictamente militar de los inicios en los años 20, las minifaldas de los 60 o los pantalones de campana de los 70, la moda en el aire ha ido evolucionando para obviamente adaptarse a la actualidad.
Otras compañías aéreas por su parte se centran en reflejar el “traje tradicional” del país, como Thai Airways y Ethiopian Airlines; o la cultura de su sociedad, como Emirates con pañuelo a modo de velo incluido. Incluso cada época de mayor o menor bonanza de la aerolínea, del sector y de la sociedad, ha quedado patente en la uniformidad de las tripulaciones. De alguna manera son un fiel reflejo de la cultura del país y del momento vivido.
Tal es la transcendencia de la imagen de los auxiliares de vuelo para las compañías aéreas, que muchas han contado con grandes diseñadores para crear sus uniformes. Desde Cristóbal Balenciaga y Christian Dior para Air France, o Emilio Pucci para la ya desaparecida Braniff Airways en los años sesenta; Yves Saint Laurent para Qantas a finales de los ochenta y Giorgio Armani para Alitalia en los noventa, a los diseños actuales del modisto Mart Visser para la propia KLM, la aerolínea de los Países Bajos.
En la colección reunida por el museo holandés se podrá ver cómo a lo largo de los últimos 24-25 años han ido variando tanto la confección y los patrones, como los colores, los sombreros y pañuelos, las blusas, los emblemas, y un largo etcétera, pero cómo se sigue cuidando todo hasta el mínimo detalle.
Durante la exposición se van a organizar diversas actividades incluyendo una visita guiada por el propio Cliff Muskiet, una conferencia sobre la moda en el aire, y un mercado de intercambio de «Barbies azafatas».
Uniforme con casco de plástico y look estrambótico
Las décadas de 1960 y 1970 son las favoritas del coleccionista Cliff Muskiet. Esos años son cuando la aviación civil estaba emergiendo, los trajes estaban a menudo lejos de ser funcionales y en los que exhibir glamour era la norma. Uno de los más representativos de esta concepción es el uniforme de la compañía Braniff International Airways. El diseño de 1965 de Emilio Pucci, requería a las azafatas cambiarse algunas prendas durante el vuelo para sorprender a los pasajeros cada vez con un nuevo look. El uniforme incluía un casco de plástico para proteger impecable el peinado de la auxiliar de vuelo de la lluvia.