El Invernadero: Vuelve un Rodrigo de la Calle más vegetal que nunca
Mucho se abusa, y muchas veces para mal, del lexema gastro, tan de moda en estos días. Pero a veces sí que uno se debe mostrar gozoso de su empleo, sobre todo cuando nos referimos al esplendor de la gastrobotánica y a la vuelta de su profeta, Rodrigo de la Calle. Tras su sorprendente salida del Villa Magna, el madrileño regresa, henchido de amor por los vegetales, en un originalísimo espacio, El Invernadero, en Collado Mediano, Madrid. Una cosecha de buenas críticas avalan su retorno, y nos apuran para probar cuanto antes los experimentos de este joven chef. La revolución verde vuelve más fuerte que nunca…
¿Cuál es el concepto culinario de El Invernadero? Sobre todo y ante todo, un homenaje innovador y arriesgado en torno a la naturaleza vegetal, pilar fundamental de su cocina. De la Calle y su equipo respetan el producto y su estacionalidad, sus ciclos, y buscan y atesoran lo mejor de su esencia para conseguir platos únicos, cambiantes. Puede aparecer la proteína vegetal como un sazón que mejora y ensalza el resultado final (téngalo claro, esto no es un vegetariano). Aquí reina la hortaliza, domina el verde, nos convertiremos en estómagos con tendencia a lo herbívoro sin echar en falta peces, aves o rumiantes en la mesa.
Un único menú
En El Invernadero no hay carta, sino un solo menú que se prepara cada día, y que se encuentra en constante evolución desde el arranque del restaurante. Como explicábamos más arriba, la naturaleza y sus ciclos van marcando la aparición de unas propuestas u otras, aunque siempre los “superalimentos de origen vegetal y fúngico”, como aquí los llaman, serán el leit-motiv de la propuesta. Este menú, el vegetalia, por 82 euros más IVA, puede completarse, no obstante, con algunos quesos o un plato de carne para aquellos que tengan un estómago poderoso. Pero, con más de treinta pases, no es algo totalmente necesario. Por supuesto, si alguno de los comensales tiene alguna intolerancia, el equipo estará encantado de introducir los cambios suficientes en su propuesta; equipo que derrocha profesionalidad, y ese es otro punto a favor. También, por supuesto, podemos prescindir de cualquier presencia animal si somos veganos o vegetarianos.
En el apartado de bebidas, si el presupuesto nos lo permite, es conveniente ir más allá del clásico vino y apostar por el maridaje que ofrecen de jugos totalmente naturales y muy especiales, o incluso hay cervezas de aloe vera.
¿Qué platos han salido de las cocinas de este espacio único? Pues, por ponerle los dientes largos con algunos ejemplos, el arroz + plancton (también el mar es bienvenido hasta la casa de De la Calle), el nabo+pimienta (una combinación al parecer adictiva y en la que el pan desaparecerá de tanto mojar), puerro+caviar (gran ejemplo de cómo algo animal mejora y ensalza una hortaliza) o una ensalada de remolacha con flores. Incluso los postres, muy poco dulces, dejarán al comensal en un estado de sorpresa gastronómica: ¿Pueden maridarse el tomate y el té o el apio y la manzana para crear un cierre dulce? Rodrigo de la Calle sabe que sí y usted debería corraborarlo.
Un hotel a la altura
Este clarísimo aspirante a estrella Michelin se encuentra situado en el maravilloso La Torre Hotel Box Art, un alojamiento boutique en plena Sierra de Guadarrama. El restaurante, con solo unas cuatro mesas, ocupa un espacio acristalado en torno al bonito jardín. Lo cierto es que, si nos es posible, disfrutar del restaurante y a continuación pernoctar en el hotel puede ser una inolvidable manera de pasar el día. Este caserón del siglo XIX ha sido modernizado y mejorado desde una vanguardista y cuidada perspectiva, en la que el Estudio Awa ha sabido crear un lugar moderno y único en su entorno. El arte moderno es hilo conductor de la decoración, e incluso dispone de una galería de autores actuales como Rocío Guerrero, Paco Conesa o Andrew Hollis.
Por supuesto, el Art Box es la parada ideal para poder disfrutar de un entorno romántico, donde no faltan servicios como un agradable spa, el propio restaurante de Rodrigo de la Calle o disfrutar de la sierra y el maravilloso paraje natural donde se enclava. Ahora que llega el buen tiempo, disfrutar del desayuno en una de las terrazas se nos antoja una terapia energizante que nada tiene que envidiar al mejor de los tratamientos estéticos. Estamos convencidos de ello.