El antiguo lujo de cruzar el mundo con Pan Am
A veces olvidamos que los grandes lujos a los que nos tienen acostumbrados las mejores compañías no es algo nuevo. Durante la época dorada de la aviación comercial, los 60, quienes podían pagarse el billete de avión para cruzar el charco gozaban de iguales o mayores lujos que los de ahora: amplio espacio, camas individuales, baños separados para mujeres y hombres, cenas dignas de una Estrella Michelin… Pónganse cómodos, reclinen sus asientos y disfruten del entrecot hecho al momento, porque esto es un viaje a bordo de Pan Am.
Pan American World Airways, fundada en 1927, fue la primera aerolínea internacional de Norteamérica. La pequeña compañía comenzó sus viajes de altura llevando el correo entre Key West (Florida) y La Habana (Cuba) y pronto se expandió a principios de los años 30 por el resto de ciudades latinoamericanas. Entre los años 1930 y 1933, la compañía operaba con un hidroavión Sikorsky S-40 que despegaba desde un muelle en Miami y desde donde partían los pasajeros en estos vuelos. Esta curiosa terminal dejó de operar el 9 de Agosto de 1945.
Las aeronaves tenían espacio para 20 pasajeros y podían recorrer distancias de casi mil millas (poco más de 1.600km) sin tener que repostar.
Todos los aviones de Pan Am fueron apodados como «Clipper» haciendo referencia a los barcos veleros del siglo XIX caracterizados por ser muy veloces. El apodo llegó hasta a los Boeing 747-100 de la década de los 80 y principios de los 90 con los que la compañía operaba en los grandes aeropuertos del mundo.
Pan Am quería ser la primera aerolínea en ofrecer vuelos transoceánicos y amplió su oferta con el grandioso Boeing 314 Clipper Class a finales de 1930, un hidroavión cuatrimotor y el más grande del mundo por entonces. Estos ofrecían espacio para 74 pasajeros y 10 miembros de la tripulación en viajes de hasta 3.500 millas (más de 5.500km). Con las aeronaves bautizadas con nombres que atrapaban el espíritu aventurero como Yankee Clipper, el China Clipper y el Dixie, la aerolínea lograba llegar en una noche a lugares que antes eran inalcanzables en menos de varias semanas.
Los viajeros de los Clippers disfrutaban de juegos y cenas exquisitas. En 1935 Pan Am introdujo la preparación de las comidas en la propia aeronave, con lo que elaboró menús muy amplios y para todos los gustos. Y sí, hubo una época en la que las cenas del avión no se servían en bandejas con cubiertos de plástico.
También llama la atención el espacio de estos aviones. Los pasillos se dividían en grandes cabinas con “sofás” en vez de los tradicionales asientos incómodos. Además, estos cómodos sillones se convertían en espacios para dormir como un bebé. ¿Les suena a algo? Sí, a los Apartments de Etihad Airways, las Suites privadas de Emirates o los espacios privados de Qatar Airways. Las comodidades del avión se expandían a lo largo del espacio: había un salón, cambiadores y dos baños, uno para señoras y otro para caballeros. Suponemos que algunos cuando viajaban se rodeaban de mejores condiciones que en sus propias viviendas.
Por si fuera poco, Pan Am no se olvidaba de las parejas recién casadas, e instaló una suite especial para celebrar la Luna de Miel.
Llegados a este punto es lógico pensar que los únicos billetes que emitía por entonces la compañía eran de primera (primerísima) clase. El billete de San Francisco a Hong Kong costaba 760 dólares (más de 10.500 euros de hoy).
El exquisito servicio que ofrecían los Clipper de la compañía alcanzó una gran demanda, por lo que ampliaron las rutas atravesando el Atlántico y el Pacífico a exóticos destinos como el sur de Francia, las Azores, Honolulu y China.
Pan Am era el rey indiscutible de las alturas… hasta que llegó la Segunda Guerra Mundial y tuvo que destinar sus naves al servicio militar por un acuerdo con el gobierno de entonces.Tras el conflicto, se introdujeron aviones mejores como el Boeing B-377 y el L-1049 Super constellation, después vendrían los reactores y la auténtica revolución de los B-707, así como una nueva era de lujo en la aviación gracias a Juan Tripple, el presidente y fundador de la aerolínea que espabiló a los fabricantes Boeing y McDonnell Douglas para lograr mejores aeronaves.
Tras vivir su época dorada, llegó una época oscura para la compañía (entre otros acontecimientos, el célebre atentado en 1988 conocido como «lockerbie» en el vuelo 103 cuando cubría el itinerario entre Londres y Nueva York) y finalmente cerró en 1991.
La belleza de volar lujosamente se puede revivir gracias al bello mural art decó que adorna el aeropuerto La Guardia de Nueva York. La pequeña terminal reconstruye la sala de espera, un bar y un restaurante, y está decorada con imágenes del Clipper de los años 50. Si bien es cierto que la terminal Worldport, construida en el aeropuerto JFK de la ciudad, fue derruida a finales de 2013.
Aunque no podamos experimentar cómo sería volar con Pan Am, siempre quedará imaginar qué se sentía al ser el rey del cielo atravesando el mundo… casi, casi como en un «hotel cinco estrella gran lujo».
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