Córdoba gastronómica: Comerse las Cruces de Mayo

Córdoba es una de esas ciudades de las que hay que disfrutar a menudo. Y una inmejorable ocasión es ir con motivo de las Cruces de Mayo, una de las fiestas primaverales más hermosas de España, que llena la ciudad de flores, fe y diversión. Este hermoso festejo de tradición romana es la excusa perfecta para empaparse de la ciudad. Y una de las mejores cosas que hay en Córdoba es la gastronomía. Por ello, hemos elegido la ocasión para hacer una recopilación de los restaurantes imprescindibles de la antigua capital del Califato. Vaya a ver las cruces, visite sus monumentos, y por favor coma. Esta ciudad es pura tentación para sus papilas.

 

Salmorejo de las Bodegas Campos. Imagen de su página de Facebook.
Salmorejo de las Bodegas Campos. Imagen de su página de Facebook.

 

Alta cocina

 

Uno de los exquisitos bocados de Noor, creados por Paco Morales.
Uno de los exquisitos bocados de Noor, creados por Paco Morales.

 

Noor: el talento de Paco Morales
Morales lleva Córdoba por bandera y es uno de los cocineros más relevantes del país, y un mosquetero de la (todavía lenta e incipiente, y mucho menos mediática) revolución gastronómica andaluza. Después de una espera que a sus fieles se les ha hecho muy larga, ha abierto en Córdoba su nuevo proyecto, Noor. La inspiración del chef es la cocina árabe, que le sirve de punto de arranque para unificar los sabores y tradiciones culinarias que han enriquecido, a lo largo de los siglos, el territorio sensorial andaluz. El objetivo, según sostiene el chef, es depurar la herencia árabe y norteafricana que reside en los fogones sureños, como una solución posible para recuperar las recetas celtas, tartesas, griegas, fenicias, hebreas, romanas o visigodas. ¿Un chef arqueólogo de los sabores? Posiblemente. No hay carta, sino tres menús diferentes, por 70, 90 y 130 euros.

Restaurante Choco: Sabor de la tierra
Kisco García es otro dignísimo y joven representante de la llamada Nueva Cocina Andaluza, y que ha logrado antes que otros ser profeta en su tierra. Concretamente, desde 2005. Y precisamente es su tierra su gran fuente de inspiración, ya que es capaz de extraer lo mejor de la gran materia prima andaluza con la que trabaja. Los precios son realmente razonables, con un ticket medio de cincuenta euros y un interesante menú degustación por unos setenta. Entorno moderno y minimalista.

Celia Jiménez: Pionera andaluza
Desde luego, en Córdoba hay talento. Y un magnífico ejemplo es esta mujer, primera andaluza en obtener, allá por 2006, una estrella Michelin. Jiménez quería tener un restaurante en Córdoba y por fin, en 2015, vio la luz el espacio al que ha dado su nombre. Y en él tira de los mejores productos de cada temporada para conseguir los sabores más puros y llenos de matices, muy enraizados con la tradición andaluza. El precio medio del cubierto es de unos sesenta euros.

Excelentes restaurantes populares

 

Uno de los elegantes salones de Bodegas Campos.
Uno de los elegantes salones de Bodegas Campos.

 

Bodegas Campos: Se puede ir de tapeo, pero la singularidad de este histórico espacio (fundado en 1908) merece un conocimiento más sosegado. Comenzó siendo una bodega y evolucionó hasta el actual negocio gastronómico, con una cocina andaluza actualizada por bandera de estupenda calidad y factura. Ideal para celebrar eventos por sus muchos y elegantes espacios.

Los Berengueles: una excelente alternativa para los amantes de la mejor cocina andaluza. El restaurante se encuentra en un encantador edificio (atención a la exquisita azulejería) de dos plantas con una bonita terraza. Las carnes son excelentes, pero hay dos opciones del menú que no puede dejar de pedir: las croquetas y la ensaladilla, una de las más reputadas de la ciudad.

El Blasón: De los mismos dueños del Caballo Rojo (Clásico de la ciudad ya un poco trasnochado) es este restaurante, ubicado en una casa antigua con patio donde sirven muy buen jamón, platos de setas y manejan la caza y los huevos con soltura. El precio medio es de unos cuarenta euros.

Para tapear bien e ir de raciones

 

Uno de los patios de Casa Pepe de La judería. Imagen de su Facebook.
Uno de los patios de Casa Pepe de La judería. Imagen de su Facebook.

 

Casa Pepe de la Judería: Se puede cenar de manera más formal, pero es especialmente conocido por su tapeo, con unas sobresalientes berenjenas y otros bocados muy representativos de la ciudad. Estupendas carnes del Valle de los Pedroches.

Taberna Salinas: Otro clásico de la ciudad con precios imbatibles, platos redondísimos y solera por los poros, ya que lleva dando de comer a los cordobeses desde 1879 (Aún teníamos a Cuba, fíjese usted). Las berenjenas fritas, el cochinillo, el salmorejo, el flamenquín, la sangre encebollada… le aseguramos que será difícil decantarse por solo algunos platos, grandes clásicos de la gastronomía cordobesa.

 

La barra de La Montillana. Imagen de su web.
La barra de La Montillana. Imagen de su web.

 

Taberna La Montillana: Defiende orgullosa su tradición como taberna cordobesa, aunque no ha caído en la tentación de orientarse en exclusiva al turismo. Lo mismo puede encontrar a un señor de Helsinki que a un parroquiano de toda la vida dando buena cuenta de sus tapas y platos. Materias primas de la región, donde no hay que perderse los quesos, los embutidos (sobre todo del Valle de los Pedroches y del Guadiato) ni los vinos de Montilla-Moriles.

Casa Tollín: Tanto el local veterano de la calle Málaga como el de Alhakén, que acaba de cumplir un año, son dos buenas alternativas para disfrutar del fantástico tapeo cordobés. El local primigenio recuerda a un barco, y da una pista de las raíces norteñas del propietario, también visibles en algunos platos, como las fantásticas anchoas que sirven. No se pierdan el tartar de atún rojo con guacamole (sobre todo en temporada) ni las alcachofas con cecina de vaca.

Rosalía Martínez

Aunque mi nombre es Rosalía Martínez, todo el mundo me conoce como Piti. Periodista gastronómica de profesión, tengo igual de inquietos el espíritu y el paladar, así que me apasiona viajar y descubrir sitios fantásticos para comer. Y contarlo y recomendar, claro. Epicúrea convencida. Cuando no como o viajo, leo y veo series.
Botón volver arriba