Carcassonne: trufas, foie gras, mercados navideños…. una escapada ideal de invierno
Situada al sur de Francia, cerca de la frontera con España y a medio camino entre Perpignan y Toulouse, Carcassonne es ante todo un reclamo medieval para el viajero. Porque además de tener la mayor ciudadela medieval fortificada que se conserva en Europa, es bonita y encantadora de disfrutar. Pues bien, ahora en invierno, la ciudad celebra dos de sus savoir-faire más representativos -la trufa negra y el foie gras-, y se viste con el “traje de fiesta” de la decoración y mercadillos navideños. Unas seducciones extras que hacen todavía más poderosa la idea de hacer una escapada a este lugar, para algunos incluso la propia razón del viaje. Si cree ser uno de ellos, tome nota….
La amurallada Carcassonne es un enclave de película, literal, pues ha sido plató de rodaje de filmes como Juana de Arco o Robin Hood. Luego están otro tipo de alicientes, más hedonistas, como son sus anticuarios, los talleres de artistas y los establecimientos gourmet, además de las omnipresentes crêperies, los vinos del Languedoc o el suculento cassoulet de sus bistrots; y ahora en pleno invierno la capital del departamento de Aude espera al viajero con estos otros tentadores placeres:
Al olor de la trufa…
Tan exquisito como popular, tan clásico como vanguardista, este alimento se ha convertido incluso en objeto de viajes, talleres de cocina y clases de recolección. Este territorio ha sabido desarrollar desde hace años la cultura de esta joya de la gastronomía, y tal es aquí la importancia de este tubérculo que incluso tienen un museo de la Trufa. Perfecto para descubrir todo sobre esta pasión.
Como tierra de trufas que es, los numerosos mercados alrededor de Carcassonne son la mejor ocasión para disfrutar de este tesoro negro, obtenerlo al mejor precio para llevar de vuelta a casa, además de aprender platos fáciles con los chefs locales.
De diciembre a febrero, los pueblos de Moussoulens, Talairan y Villeneuve Minervois se meten de lleno en esta pasión y celebran hasta doce mercados dedicados a la trufa recolectada aquí en el valle del Aude. Mercados que en Francia tienen gran reputación. Nuestros favoritos son el de Moussoulens y el de Villeneuve Minervois (por cierto, en este último es donde está el museo de la Trufa).
Son además una buena oportunidad para descubrir otros productos regionales y sus mejores vinos. Las actividades gastronómicas que se celebran ponen “la guinda del pastel”. Porque en la mayoría de las ocasiones los chefs van a esos mercados para mostrar cómo adaptar la trufa a platos que se pueden hacer fácilmente en casa y muchas veces hay degustaciones gratis.
Y si no tiene la suerte de coincidir con una de esas degustaciones siempre puede dirigirse a los restaurantes y bistrós locales, auténticos paraísos “truferos” donde gozar de variedad de elaboraciones, desde una simple trufa rallada con aceite de oliva y sal, o un fuagrás con trufa y sal sobre pan tostado, a un clásico huevo poché con trufa; y de ahí en adelante según la creatividad y el savoir-faire del chef.
Foie gras: manjar francés por excelencia
Si es un amante consumado de este alimento, o si siempre le ha intrigado, deje el “para más adelante, con buen tiempo”. Ahora es el mejor momento de hacer una escapada “fuagrasera” a Carcassonne pues, siendo un manjar de fiestas navideñas en Francia, es cuando se desarrollan las tradicionales ferias de “Foire au gras” de la comarca.
Disfrute además de los mejores productos locales, cómprelos a un buen precio (sin intermediarios) y sorprenda a amigos y familiares. Las citas son el 2 de diciembre en Castelnaudary, el día 8 en Belpech, el 15 en Rieux Minervois y el 16 en la propia Carcassonne.
Carcasona vestida de Navidad
Como en cualquier ciudad y pueblo europeo la Navidad significa “vestirse” de luces y adornos navideños. Pero aquí, Carcassonne con una “figura” de viejas murallas, fortificaciones y casonas medievales, parece que el “traje” le siente aún mejor. Y en verdad, con ese encanto medieval y “de cuento” que ya de por sí tiene, en diciembre luce todavía más bonita con los imprescindibles mercados tradicionales y con toda la decoración navideña desplegada por sus calles y plazas.
Como cada año, las celebraciones arrancan el día de San Nicolás, 6 de diciembre, con una marcha nocturna con antorchas recorriendo las calles de la ciudad medieval. Además de reclamo navideño es un acto solidario. El dinero recaudado de la compra de antorchas va al théléton, un evento benéfico muy seguido y apoyado por los franceses.
El mercado de navidad más emblemático y tradicional de Carcassonne es el que se monta en la plaza Carnot – será porque esta plaza es el corazón de la Bastide Saint Louis, el centro de la ciudad –. Como buen mercado navideño, está lleno de productos locales y de artesanía, y no faltan los puestos de vino caliente y de Blanquette de Limoux (AOC), que es un vino espumoso local que inventaron los monjes de la abadía de Saint Hilaire, en el sur de Carcassonne.
Y para los niños, en la plaza André Chénier, que se ha embellecido y modificado recientemente, habrá entretenimiento y numerosos juegos.
Un último dato a tener en cuenta si está pensándose ir: durante estas fechas de Navidad la ciudad de Carcassonne ofrece una oferta de dos noches por el precio de una en numerosos hoteles para las escapadas de fin de semana.
Un mercado de navidad en un palacio-viñedo
¿Suena bien el plan? pues… A sólo algunos minutos en coche de Carcassonne se haya el Château de Pennautier.
Construido a principios del siglo XVII por el tesorero real del Languedoc (quien contribuyó a la construcción del Canal du Midi, el canal navegable en funcionamiento más antiguo de Europa), es uno de los más bellos edificios del renacimiento de la región de Occitania. La propiedad que ha pasado de generación en generación aún está en manos de la misma familia, los Lorgeril, apasionados de la viticultura desde que en los años sesenta el conde Alain de Lorgeril plantara las primeras variedades de uva atlántica (Merlot, Cabernet). A partir de entonces sus vinos son unos de los más insignes del Languedoc y hoy es Nicolas de Lorgeril, la 9ª generación de la familia, quien continúa el trabajo familiar.
Château de Pennautier es una de las mejores direcciones para una cata de vinos locales. Y sin salir de allí, además de la bodega, encuentra también un restaurante de cocina francesa tradicional, una boutique de productos regionales y su extenso jardín por el que se puede pasear.
Pues bien, el 15 y 16 de diciembre el château acoge también un mercado de Navidad en el que se reúnen algunos de los artesanos locales más exquisitos. Este año participan 20 de ellos entre productores de castañas, foie gras, miel, champiñones, confituras, cervezas artesanas, confección, decoración floral, encuadernación, jabones, bisutería, decoración, juguetes de madera….
Con programa de actividades navideñas y copa de vino caliente y degustación de vinos incluidos, además de poder visitar el château, la excursión a este lugar bien merece ser tenida en cuenta. Entre las actividades, paseos “misteriosos” a la luz de las velas, talleres para confeccionar coronas de navidad, juegos de madera, o animaciones para niños, además de sus insignes catas, por supuesto.
Más información: www.turismocarcassonne.es