Can Dani: Formentera en su plato
Formentera es sol, calas, salinas infinitas, caminos, olor a parras e higueras, esencia de queso, diversión. Magia detenida y concentrada en 69 kilómetros. En esta tierra se inspira el trabajo de Can Dani, el primer restaurante con estrella Michelin de Las Pitiusas en general y de Formentera en concreto. Un negocio que salió adelante a golpe de mucho trabajo, valentía y coraje. Un reflejo de la esencia formenterense, una cocina de raíz ejecutada por un equipo unido que no quiere que los galones se le suban a la cabeza. Hoy nos perdemos en el Mediterráneo.
Dani Serra es el padre amoroso de este joven local que echó a andar en mayo de 2011. Detrás de lo arriesgado de este proyecto estaba el coraje de un hombre que, en 2010, fue diagnosticado de un cáncer. Recuperado un año después, él y su mujer lo tenían claro: si habían superado esa enfermedad, tenían la fuerza para darle a la isla la relevancia gastronómica que, estaban seguros, merecía.
La isla en rica en pesca y cuenta con una interesante producción artesana, aunque, históricamente, sus habitantes han tenido que lidiar con la falta de recursos que da la insularidad. La necesidad agudiza el ingenio, y sobre todo, enseña a sacar lo mejor de lo que se tiene a mano. En Can Dani, por eso mismo, se ejecuta una cocina sin dobleces, donde los protagonistas son el producto y el alma de la isla, revisados desde los saberes de los tiempos que nos ha tocado vivir. No se renuncia a la modernidad ni a la imaginación.
Aquellos que conforman Can Dani siempre insisten en que su corta y exitosa trayectoria es fruto de un intenso trabajo común. Aquí sobre todo hay equipo y muchas horas en cocina robadas a la pareja, amigos y familia. Probando, experimentando, ejecutando nuevas cosas. Los tres primeros años del proyecto fue Borja Molins. En verano de 2014 le pasó el testigo a la joven Ana Jiménez, que de ayudante ha pasado a ser la jefa de cocina del local premiado por la Guía Roja. Autodidacta y humilde, Jiménez siempre comparte los laureles con sus compañeros en los fogones Riki Peñas, Jorge Luis Rojas y Mona Dueñas.
Mar, tierra, huerto
Como decíamos, aquí no hay nombres largos ni rimbombantes: la honestidad también se come. Para muestra, un botón. O mejor, varios platos. Entre los entrantes encontramos curiosos maridajes de mar y tierra, como las vieiras con mollejas crujientes, aceite de sobrasada, tierra de butifarró y un toque de cítrico o el pulpo confitado y papada de cerdo lacada a la cantonesa. También inspiración de huerta y corral, como los intensos huevos con bacón, trompetas y muerte o la Coca de vaca Gallega laminada, tomate seco, piñones, alcaparras y queso manchego. Entre los principales, encontramos un equilibrio entre las carnes y los pescados. Entre las primeras, destacamos el pollo con hinojo, higos y setas o el cochinillo con chalotas, queso Idiazábal y gástrica de naranja. Para catar el océano, puede ser buena opción probar el gallo de San Pedro (pez que empieza a ponerse de moda) con pimiento, patata, mostaza y jugo de asado o el bacalao con coliflor, pisto y allioli de salmorreta, mojo divino que toman prestado de Alicante.
Uno de los temores de los habitantes y asiduos era que la estrella Michelin transmitiera la idea de que el galardón iba a inflar los precios de la carta. Lo cierto es que mantienen un ticket muy sensato; el menú degustación (snacks, cuatro platos compuestos de la carta 2015, pre-postre y postre) cuesta 63 euros, y el maridaje, 37. Nada descabellado ni absurdo.
La isla gana en fama y adeptos y en Can Dani lo saben. Por eso también están abiertos a la celebración de eventos, aprovechando, además, la belleza de sus espacios. Una boda o cualquier evento, en el restaurante dan todas las opciones para que sea perfecto. Por aquí nos conformamos con escaparnos hasta esa isla impregnada de sal.
Can Dani
Ctra. de la Mola Km 8,5
Formentera
971328505 – 617983670
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