Cáceres: arquitectura, gastronomía y naturaleza
Está ahí, muy cerca de nosotros, con una belleza que la Unesco tuvo la inteligencia de reconocer como Patrimonio de la Humanidad en 1986. Y sin embargo, parece que solo desde hace poco la increíble ciudad de Cáceres recibe el reconocimiento que merece entre los turistas nacionales y de otras partes del mundo. Te invitamos a venir con nosotros de visita por uno de los conjuntos arquitectónicos más hermosos de la península, medieval y renacentista, con una gastronomía impresionante y un patrimonio único. ¿Planeando ya una escapada para el Puente del Pilar? Pues léete este reportaje a ver si te convencemos de dejarte seducir por la arquitectura, la gastronomía y la naturaleza de una ciudad impresionante.
Descubrir la Ciudad Monumental
De día o de noche (y ojo al paseo nocturno, que merece especialmente la pena), recorrer la Ciudad Vieja nos permitirá revivir la vida y el bullicio del Medievo y el Renacimiento en torno a sus calles y edificios de piedra. No en vano estamos ante el tercer conjunto monumental más importante de Europa después del de Praga y Tallin. Tal es la autenticidad y buena conservación de esta zona que Cáceres ha sido escenario de películas tan bien ambientadas como 1492, la conquista del paraíso, de Ridley Scott, o La Celestina (Gerardo Vera).
¿Cuáles son los principales monumentos que no debemos perdernos? Aunque tengamos una guía, re recomendamos encarecidamente que te dejes llevar un poco, sin obsesionarte con los «must«, que pasees por El Adarve, vagabundees por la Judería Vieja, curiosees. No obstante, te detallamos algunos monumentos imprescindibles bullet style:
Iglesia Concatedral de Santa María: Construida entre los siglos XV y XVI, merece la pena abonar el euro (dos, si subimos al campanario) de la entrada para contemplar dos cosas: una es el Cristo Negro, protagonista de una de las más emocionantes procesiones de Semana Santa. La otra es el Retablo Mayor, de cedro y pino, dedicado a la Virgen de la Asunción. Al estilo extremeño, esta pieza plateresca está sin policromar. Cuando salgamos, no olvidemos tocarle los pies a la escultura de San Pedro de Alcántara, pues da suerte.
Iglesia de San Francisco Javier: Levantada por orden de los Jesuitas en el Siglo XVIII, sigue el estilo barroco. Obra de Pedro Sánchez Lobato, destaca su hermoso retablo.
Iglesia de San Juan: una de las más conocidas y frecuentadas por los cacereños, conviene visitar la preciosa Capilla de las Reliquias.
Iglesia de San Mateo: Casi 300 años fueron necesarios para terminar de constuir este templo cuyos muros acogen los restos de las familias más importantes de la ciudad, que vivían en torno a esta sacra edificación.
Iglesia y Convento de Santo Domingo: Una hermosa iglesia del siglo XVI que pertenece a los franciscanos. Dispone de varias capillas y el templo está presidido por una imagen del santo que le da nombre.
Aljibe: Absolutamente espectacular gracias a su tamaño, uno de los más grandes de la época. Este almacén de agua, aún en funcionamiento, está en el museo de la ciudad, antiguo Palacio de las Veletas. El aljibe es un resto de la antigua alcazaba militar almohade.
Plaza Mayor: Imposible no desembocar en el epicentro de la vida de la ciudad. Repleta de bares, comercios y restaurantes, hace pocos años fue reformada para poder aprovechar mejor su espacio. El mentidero de la ciudad.
Palacio Episcopal: Situado en la zona baja de la Ciudad Vieja, es un clásico y elegante edificio de fachada renacentista. Cuando lo contemples, fíjate en los dos medalones que lo decoran: representan a una muer y hombre indios, reconocimiento a la labor de los extremeños en el descubrimiento del Nuevo Mundo.
Palacio de los Golfines de Abajo: Hermosa casa fortaleza con toques humanistas que sirvió de hogar a una de las sagas más importantes de la región, fieles servidores de los Reyes Católicos.
Arco de la Estrella: Construido perforando la vieja muralla de la ciudad, es obra del gran Manuel de Larra Churriguera en el siglo XVIII sobre una construcción anterior. Su forma facilitaba el paso de los antiguos carruajes. Es la puerta principal de la ciudad antigua, y paso tradicional a esta zona.
Arco de Santa Ana: Presidido por una hornacina con Santa Ana, la Virgen y el niño, Su interior está compuesto de bóvedas de rosca. A través de él se accede a dos lugares que merecen ser visitados: la calle Postigo y la Plaza Publio Hurtado, muy cercana a la de San Juan.
Gastronomía
Es, sin duda, una de las artes a las que más partido está sacando la ciudad. De hecho, ostenta el honor de ser Capital Gastronómica 2015 de España gracias a la excelente difusión de la gastronomía y a la estupenda producción propia de la región, claro. Incluso, ha aumentado durante este verano hasta un 40 por ciento sus visitantes gracias, en gran arte, a esta promoción de la buena mesa. Durante el mes de octubre, el protagonista gastrocultural será la Torta del Casar, uno de los quesos más deliciosos del país, y que encontraremos en taperías y restaurantes de mil y una maneras.
Hay, por lo tanto, un montón de buenos restaurantes, pero sin duda el más conocido es Atrio, un hotel-restaurante con dos estrellas Michelin que puede presumir de ser el establecimiento gastronómico de referencia de Extremadura. Con Toño Pérez en la cocina y José Polo en sala, este espectacular restaurante, ubicado en el casco antiguo, exprime las raíces de su tierra para ofrecer una cocina con personalidad y concesiones a la experimentación sin olvidarse de las tradiciones. Pero si nuestro presupuesto es más limitado, no haremos mal en irnos de tapas, formato preferido por los cacereños a la hora de comer o cenar fuera. ¿Sitios recomendables? Pues, sin duda, La Cacharrería (con un toque de creatividad), El Puchero, la barra de la Torre de Sande, El Paladar de Felisa…
Naturaleza
Si somos aficionados a disfrutar de las zonas verdes o vamos con niños, no haremos mal en disfrutar de los parques y jardines de la ciudad. El Olivar Chico de los Frailes, por ejemplo, son doce hectáreas con zonas de merenderos e infantiles, barbacoas y un centro de interpretación de la naturaleza. El Parque del Príncipe, integrado en la ciudad y con diferentes accesos, es, por su distribución, un rincón perfecto para descansar, reponer fuerzas y vagar mientras se contemplan sus esculturas al aire libre. Y si vamos de compras al Centro Comercial Vía de la Plata, uno de los más populares de Cáceres, acérquese al Parque Padre Pacífico, que tiene incluso un estanque con cascada y varios senderos y veredas agradables.
Para naturaleza majestuosa, a tan sólo 14 kilómetros de la ciudad de Cáceres, está el Parque Natural de Los Barruecos. A una hora (90 Km), el Parque Nacional de Monfragüe (entre Plasencia, Trujillo y Navalmoral de la Mata). Y al norte, a 113 km de Cáceres, se encuentra Hervás, en la falda de la Sierra de Béjar, un hermoso pueblo de arquitectura amable mimetizado con el paisaje de sierra baja que le rodea. Tanto es así que también es un pueblo habitado por la naturaleza. Entre sus habitantes animales, además de los habituales domésticos, campan a sus anchas la elegante cigüeña blanca y el pequeño cernícalo primilla en lo más alto de las iglesias, el convento y demás edificios históricos.
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