Babymoon: el turismo para embarazadas
Seguramente ha escuchado hasta la saciedad el término honeymoon, término anglosajón (y un poco cursi) para referirse al viaje de novios de toda la vida. Sin embargo, en los últimos tiempos cada vez surge con más fuerza el llamado babymoon (no confundir con el baby boom), que no es sino un viaje que emprende una pareja que espera un bebé. Acostumbrados a realizar escapadas sin dificultades, el nacimiento de un hijo trae consigo más dificultades (y muchos remordimientos). Así que es una excelente idea dedicar a nuestro consorte unos días de paz y relax antes de la vorágine en la que se convertirá nuestra vida, sobre todo al principio.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que estas escapadas es mejor realizaras a partir del segundo trimestre de embarazo, sobre todo si la futura mami ha sufrido náuseas y mareos, que ya habrán remitido. Además, como ya habremos obtenido los resultados del cribado (que establece las probabilidades de que el niño padezca síndrome de Down u otras enfermedades) también suele haber menos nervios y preocupaciones rondando si los resultados han sido buenos. Si el embarazo es considerado de riesgo, es mejor quedarnos en casa.
¿Puede volar una embarazada?
El avión es totalmente seguro para una embarazada, aunque , como la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) recuerda, las compañías desaconsejan su uso más allá de la semana 32 (recordemos que un embarazo tiene, técnicamente, 40 semanas, así que el embarazo está bastante avanzado). Además, se recomienda no viajar dentro de los siete días previos al parto ni en los siete posteriores al mismo. A partir de las 32 semanas, habrá que aportar un certificado médico, documento que también necesitaremos si el tiempo de embarazo es incierto o si existen complicaciones en él. Y debemos recordar que este certificado deberá estar emitido dentro de los siete días previos al vuelo. Y siempre habrá que consultar el viaje con el médico y con la compañía, que puede tener sus propias condiciones.
En cualquier caso, tanto si volamos como si optamos por el tren, es conveniente que la mujer pueda levantarse cada dos horas a estirar un poco las piernas y se mantenga bien hidratada. Pero ambos medios de transporte son, per se, perfectamente seguros. Desplazarse en coche puede ser también una idea estupenda y más cómoda si optamos por no ir demasiado lejos. Es importante, como en el caso de aviones y trenes, hacer una parada cada dos horas para que la mami en ciernes camine un poco. El cinturón de seguridad no supone mayor problema, aunque no se debe dejar que la sección abdominal del cinturón se suba hacia el vientre. Venden algunos específicos en Internet y tiendas especializadas que pueden tranquilizar a los futuros papis.
Nuestro último consejo: no es momento para viajes “extremos”. Si su mayor fantasía es acampar en mitad de alguno de nuestros bellos desiertos y sobrevivir con lo que cace, mejor espérese a que el niño nazca. Es mucho más razonable visitar sitios seguros y tranquilos, con buenos transportes y clínicas y hospitales. Recordemos que los bebés, a veces, vienen al mundo en plena carretera…
Aclaradas ya las consideraciones previas, vamos con algunas ideas de viajes para el babymoon. Todos son sitios que no requieren largos viajes y están bien equipados.
Ciudades europeas que no cansan
Lisboa: Además de ser una de las ciudades más románticas de Europa y estar realmente cerca en avión (y en coche, según de donde salga), la capital portuguesa tiene todo lo que una pareja gestante puede desear: monumentos ante los que pasear, calma y una gastronomía deliciosa (el bacalao es muy sano para las futuras madres). Sí convendrá tirar de medios de transporte en la zona alta por las cuestas, ya que las embarazadas tienen las articulaciones más delicadas.
Londres: Es un clásico de una escapada corta que además está lleno de tiendas de decoración y ropa de niño que harán que hacer el ajuar del bebé sea todo un placer. Además, su extensa red de metros y autobuses harán más cómodo moverse por esta grandísima urbe.
París: Puede resultar un poco tópico, pero pocas ciudades hay más románticas que esta. Además de preciosas tiendas para vestir al futuro rey/reina de la casa, es un lugar para disfrutar de lleno de la mejor gastronomía. Hay que evitar, eso sí, el foie y el exceso de dulces e hidratos, así que habrá que racionar la toma de cruasanes, pains au chocolat y baguettes. Recordarán su enamorado reflejo del Sena cuando no puedan dormir y será un consuelo.
Marchando una de balnearios
La idea de relax absoluto puede ser tentadora, pero hay que tener claros algunos conceptos antes de acudir a este tipo de centros. Deben disponer de servicio médico y es conveniente llevar todas las pruebas de la futura madre, para que el profesional valore los mejores tratamientos y cuáles debe evitar (como las saunas y el hamman). Es mejor ir a partir del segundo trimestre, cuando ya el feto está más formado. Os damos algunas sugerencias:
La Toja: un clásico de toda la vida para los futuros padres que se quieran dar un buen lujo. Se encuentra en un entorno idílico y absolutamente alejado del mundanal ruido. No obstante, está rodeado de sitios muy animados, como su popular casino. Su balneario presume de contar con las más modernas técnicas del termalismo, con tratamientos a medida. Hay diferentes hoteles en el complejo según nuestro presupuesto.
Hotel balneario Vichy Catalán: ¿Pensaba que solo era una marca de agua? Pues no, es un conocidísimo establecimiento termal que empezó a funcionar en 1898, cuando “tomar las aguas” era de lo más distinguido. Construido en un bonito estilo regionalista, las aguas termales del balneario, bicarbonatadas y sódicas, emergen a 60ºC, por lo que están muy mineralizadas y llenas de propiedades. Hay una amplísima selección de tratamientos, masajes y depilaciones.
Termas Pallarés: Todo el entorno de Alhama de Aragón es conocido por sus estupendas aguas medicinales. Y las Termas Pallarés, en funcionamiento desde 1863, son las más famosas. Es realmente impresionante su lago termal exterior, permanentemente a 28 grados de temperatura, nos permite el baño todo el año. Curiosamente, está sometido a tantas corrientes que se renueva cada 32 horas, y eso que es grande. Hay diferentes tratamientos en su spa y muchos paquetes para estancias cortas.
¿Nos vamos a la costa?
Zahara de los Atunes: Uno de los pueblos con más encanto de Cádiz, antaño refugio vacacional de los más hippies, se ha convertido en uno de los destinos más populares del momento sin haber caído en una excesiva masificación. Recomendamos ir en junio, cuando no hay tanta gente, y disfrutar del pueblo, de su comida (¡Ay, el atún rojo, que las embarazadas deben evitar!) y de sus fantásticas playas, como la de Caños de Meca o Atlanterra.
Tenerife: Un lugar fantástico para relajase y descansar… si la multitud de planes nos lo permiten. Hay que visitar el Parque Nacional del Teide, el rural de Anaga (Reserva de la Biosfera), pasear por Santa Cruz y, cómo no, gozar del sol de sus playas. Eso sí, no olvidemos que las embarazadas deben usar un protector solar de pantalla total.
muy interesante, gracias por compartirlo.
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Muchas gracias por la información, voy a seguir leyendo su blog, me parece muy interesante, me gustaría compartirles una herramienta que me parece muy útil, una calculadora de embarazo, la conocen? es esta Calculadora de embarazo
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