Vélez-Málaga, todo el encanto del sur

El municipio está considerado la capital de la Axarquía, esa rica comarca malagueña donde florecen los cultivos subtropicales más exóticos. De frente, tiene 25 kilómetros de playas, y a su espalda, las sierras del parque natural de Tejeda y Almijara. Vélez-Málaga conserva el carácter morisco en la apariencia y las ganas de fiesta en el fondo. Todo el encanto del sur.

 

VÉLEZ-MÁLAGA
25 km de playas son parte del encanto de Vélez-Málaga.

 

A menos de media hora de Málaga capital, este pueblo de casas encaladas se desparrama en torno a la fortaleza-alcazaba cuya torre del homenaje se ve, como corresponde, en todo lo alto. Hay que subir a ella para admirar la impresionante vega. Las calles estrechas bajan y bajan, siempre con los requiebros propios de una ciudad de pasado musulmán, entre rejas y flores. Vélez-Málaga tuvo una de las más importantes medinas del reino nazarí, y estuvo muy bien defendida. De sus robustas murallas se conserva buena parte, con una de las puertas de acceso, y también la fortaleza, construida entre los siglos X al XV.

Su historia todavía hoy da sorpresas, como el Arco Mihrab, que se encontró no hace mucho por casualidad, en una casa del pueblo que se caía de viejo, detrás de la pared del lavadero. El ayuntamiento compró la vivienda y hoy exhibe con orgullo esa joya del siglo XIV que perteneció a una mezquita situada en los arrabales durante la época nazarí; en la calle de la Gloria, en el número 2.

La tierra de María Zambrano

Aquí nació ella. No se quedó mucho, porque desde niña llevó una vida de nómada, pero está enterrada en el cementerio local porque así lo dispuso, a la sombra de un limonero.

En Vélez tienen una fundación con sus cosas, en el palacio del Marqués de Beniel, mudéjar y renacentista, de 1609. Emociona ver las gafas que usó la filósofa, la máquina de escribir donde tecleó, los cuadros, las cartas que envió y recibió, de Albert Camus, de Antonio Machado, de Gabriela Mistral… Es un lugar que no hay que perderse.

La sala de al lado alberga la biblioteca personal de María Zambrano. Hay fotos, manuscritos, documentos personales y mucho por catalogar. «Vélez-Málaga, pueblo mío, tú has sido el amor a través de tanta frontera», escribió. Toda una vida intensa y penosa concentrada en una fundación chiquita.

Más que ver

Hay mucho más patrimonio histórico y monumental, sobre todo religioso. Conventos y monasterios, iglesias y ermitas aquí y allá, porque la tradición cristiana impregna la vida social de hoy.

Vélez-Málaga tiene una de las celebraciones de Semana Santa más afamadas, fechas en las que los veleños lo dan todo por llevar a hombros unos pasos tremendamente grandes, pesados y dramáticos. Su pasión imaginera se nota también en que tienen el único museo de Andalucía dedicado a la Semana Santa.

Otro museo estupendo es el recién inaugurado Muvel, Museo de la Ciudad de Vélez-Málaga, con piezas arqueológicas más que notables. Está en el antiguo hospital de San Marcos, de 1487, con un alegre patio mudéjar de arcos de medio punto y columnas de ladrillo rojo.

Hay que ver la Casa Cervantes, donde dicen que se hospedó don Miguel cuando era recaudador del Estado, en los tiempos de Felipe II, y que de su paso por aquí viene la cita de Vélez-Málaga en el Quijote. La leyenda lo sitúa en esta casa escribiendo El capitán cautivo. Si no es verdad, da lo mismo, porque el edificio bien vale la visita y la lectura de su exhaustiva información.

Y más cosas, como el teatro del Carmen, un convento del siglo XVI, las fuentes de Fernando VI y de San Francisco, las calles, las flores… y los bares, que también hay que verlos y vivirlos.

 

VÉLEZ-MÁLAGA
Vista de la vega desde la iglesia de Santa María.

 

 Aquí se come bien

«Vélez-Málaga está en el corazón mismo de una tierra que abunda en aceite y vino: aquí está la palmera, pero sin el desierto; la caña de azúcar, pero sin el esclavo», dejó escrito el ilustre viajero Richard Ford cuando pasó por aquí en 1833.

El aceite sigue produciéndose, y la caña de azúcar ha pasado a ser solo un didáctico museo con maquinaria industrial.

Del gusto por los antiguos ingenios, como se llamaba a las fábricas de azúcar, queda la miel de caña, que sigue adornando muchos de los platos de Vélez. La zona produce mango, lichis, chirimoyas, uvas pasas, nísperos, cerezas, melocotones, batatas… y tienen el aguacate como producto estrella.

Comer bien es uno de los atractivos de Vélez-Málaga. Con fenicios y árabes como antepasados recientes, no les quedaba otra que tener una magnífica cocina. El vino y el aceite son de calidad indiscutible. Exquisitos los quesos de cabra. Hay también mucho pescado. Platos típicos son el ajobacalao, la calabaza frita con morcilla, las tortas de bacalao con miel de caña, la sopa cachorreña, el ajoblanco…

Cualquier día puede ser de playa

El municipio de Vélez-Málaga es muy grande y tiene once núcleos de población, ocho de ellos están en el mar, con sus correspondientes ocho playas. 25 kilómetros de costa son parte importante de su atractivo turístico. Como aquí hay más de 300 días de sol al año y una temperatura media de 20 grados, lugares como Torre del Mar o la Caleta de Vélez nunca ofrecen ese aspecto fantasmal de otras ciudades de vacaciones: hay buen ambiente en invierno y en verano.

La playas son oscuras, pero de arena, esa que se pega menos que la blanca. Y el mar alberga especies atlánticas que vienen aquí por sus condiciones climáticas únicas.

 

VÉLEZ-MÁLAGA
El faro de Torre del Mar, de 26 m de alto, construido en 1861.

 

 Ganas de fiesta

Trabajar duramente en el campo, la ganadería, la pesca y donde se tercie no está reñido con celebrar todo lo que haga falta y lo mejor posible.

Los veleños ponen mucho entusiasmo en las verbenas populares que abundan en sus barrios, con buena bebida, tapas ricas y mucho flamenco, entre junio y septiembre. Hay también mucha afición por las romerías, sobre todo en abril y mayo; en este mes empiezan las Cruces, con altares y flores por toda la ciudad. La Semana Santa, el Carnaval, las fiestas de San Miguel…, siempre hay un buen pretexto.

Ah, y además de fiestas, tienen un campo de golf de 18 hoyos.

En julio celebrarán el Festival Aéreo Internacional de Torre del Mar, con exhibiciones de aviones de combate, aviones históricos, helicópteros, patrullas acrobáticas. Reserve ya, porque el Torre del Mar Airshow es un espectáculo único.

En Vélez-Málaga no hay mes en que no encuentren algo que celebrar, pero lo que más les gusta a los veleños es compartir la fiesta con los visitantes. Ese es el verdadero encanto del sur.

 

 

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