¿Qué hay de nuevo y qué hay de siempre en JFK? guía actualizada tras pandemia

Un nuevo JFK está en camino. Y entre tanto, el aeropuerto, con esperadas reaperturas tras la pandemia y nuevas aperturas, bien merece un aterrizaje

Ahora es posible disfrutar de la piscina del TWA Hotel sin estar alojado

El Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York está a punto de someterse a una revisión total. Va a ser desmenuzado y rediseñado para crear un nuevo complejo de terminales que lo lleve a lo que se espera de un aeropuerto del siglo XXI. Un proyecto ambicioso y costoso -el importe total superará probablemente los 14.000 millones de dólares- que prevé la demolición de las actuales terminales 2 y 7 (ocupadas por Delta y British Airways, respectivamente) y la construcción de dos nuevos complejos para grandes aerolíneas inquilinas.

En el lado sur del JFK estará la nueva terminal 1 principalmente para Air France, Lufthansa, JAL y Korean; y estará conectada a una terminal 4 ampliada, sede de Delta y otras decenas de compañías foráneas. En el otro extremo del aeródromo, JetBlue añadirá a su actual base en la Terminal 5 una nueva Terminal 6, que la situará al lado de su socio, American, cuyas instalaciones ampliadas acogerán pronto a British Airways y sus salas VIP a medida.

Dos representaciones de lo qué será el nuevo aeropuerto JKF

Pero quedan unos cuantos años hasta que este plan se complete. Algunas de las nuevas instalaciones se inaugurarán en 2025, pero la remodelación total no se completará hasta 2030.

De manera que se avecinan grandes cambios, pero hasta entonces el JFK no defrauda nunca. Un aeropuerto en continuo movimiento y evolución al igual que su ciudad, la gran Nueva York, y más ahora tras el parón de la pandemia, que ha hecho de esto mucho más evidente. Ha arramplado con más de un comercio. Que no te sorprenda si el restaurante que te gustaba frecuentar ya no existe. Y a cambio, ha traído salvia nueva. Eso es, su paisaje interior no es el mismo, tras cierres y con nuevas aperturas.

Siendo una de las principales puertas de entrada para los trotamundos a EEUU, puede que lo hayas visitado unas cuentas veces. Y puede que creas que lo tienes dominado. Pero si no has vuelto desde antes de estos dos años de parón, te va a hacer falta unos minutos para ponerte al día del reseteo comercial que ha experimentado.

Antes de nada, para situarte: el aeropuerto consta de un conjunto (a veces confuso) de seis terminales, numeradas de la 1 a la 8, separadas, cada una de ellas con sus propios lugares y ambiente; los dos números que faltan, son los de las terminales 3 y 6, que construidas por Pan Am y National Airlines, se demolieron hace unos diez años. Y luego, escoltada por las terminales 4, 5 y 7, se encuentra el emblemático Centro de Vuelo de la TWA, un diseño impresionante de Eero Saarinen, que fue rescatado poco antes de la pandemia para convertirse en el Hotel TWA. Hoy es una de las mejores razones para incluir este aeropuerto en tus planes de viaje a NYC.  

A pesar de la complejidad que supone navegar por el complejo, hay mucho que apreciar y disfrutar mientras se espera un vuelo en cada terminal del JFK. Su paisaje interior no es el mismo, tras cierres y con nuevas aperturas. Te contamos por diferentes registros, qué ofrece este aeropuerto.

Capítulo: Comer, compras, ocio y relajarse

Terminal 1

Las principales aerolíneas que operan en esta terminal son Air France/KLM, Japan Airlines, Korean, Lufthansa y Turkish. Las salas VIP de la T1 son el lugar “elegante” donde tomar algo para los pasajeros de Business, Primera clase y miembros de Priority Pass. Y para tiendas, no hay dejar de pasar por las de Hèrmes, Bulgari y Cartier.

La actual terminal 1
Representación de la futura T1

En cuanto a opciones de restauración para el resto de los mortales, no falla el socorrido Starbucks; y dos lugares que merecen la pena de entre todos los restaurantes y bares de esta terminal son The Localque sirve platos típicos americanos como hamburguesas y pizzas. De este sitio decir que pertenece a un grupo de restauración presente en más de 120 aeropuertos por todo el mundo. Y otro lugar que visitar es Martini Bar, éste perfecto para un cóctel antes del vuelo.

Terminal 2

Delta es la aerolínea que opera aquí y, dado que está previsto que para mediados de 2023 traslade todas sus operaciones a la Terminal 4, más grande, la variedad y número de locales aquí son los justos: unos cuantos locales de comida rápida, un Starbucks además de varias tiendas. Eso sí, no falta su sala VIP, Delta Sky Club.

Terminal 4

Aquí operan aerolíneas internacionales que van desde Air India hasta Emirates y Virgin Atlantic, además de Delta, que también vuela desde aquí vuelos nacionales y extranjeros.

Esta terminal es de principios de los años ochenta, es amplia y diáfana y eso se nota en la cantidad de opciones de compras y restaurantes. Cuenta con casi una veintena de tiendas, sobre todo de gama media y alguna de gama media-alta como Coach, Michael Kors y Hugo Boss. En cuanto a restaurantes, lo mismo otra veintena de ellos.

Pero la mejor manera de pasar una escala en el JFK puede ser contemplando arte. Y si vuelas desde esta terminal estás de enhorabuena porque aquí, en la zona de salidas antes de pasar el control de seguridad, el viajero se encuentra con el enorme “Flight” colgante de Alexander Calder. Esta obra lleva en el aeropuerto desde 1957, cuando la Autoridad Portuaria de Nueva York encargó a Calder una obra monumental para el aeropuerto, por entonces llamado aeropuerto de Idlewild (en honor al extinto campo de golf, que así se llamaba y que fue derribado para dar paso a lo que sería el mayor aeropuerto internacional del mundo en su inauguración en 1948). Y tras sobrepasar el control de seguridad, hay exposiciones de arte que van rotando por todas las terminales.

“Flight” de Alexander Calder

Dónde comer en esta terminal. Nuestra recomendación incluye: Shake Shack, una cadena rápida de hamburguesas, patatas fritas y batidos de culto; The Palm Bar & Grille, que sirve carne estupenda; y Le Grand Comptoir, un bar de vinos que acompaña con quesos y embutidos.

Le Grand Comptoir

A nivel salud y bienestar, sin olvidarnos de que el virus todavía no ha desaparecido, para aquellos que necesiten una prueba COVID hay centros de pruebas in situ disponibles, tanto con cita previa como sin cita, en este caso según la disponibilidad, en las terminales 1, 4 y 5. Ofrecen tanto PCR como de test de antígenos rápido.

En concreto en la Terminal 4, uno de estos proveedores acaba de abrir su primera clínica, de nombre Treat. Atendida por profesionales médicos, además de pruebas de COVID, también ofrece vacunas contra la gripe y terapia de infusión intravenosa (vía con medicación), así como para algo mucho más agradable de visitar este lugar, sesiones de yoga o meditación en salas privadas.

Para masajes y manicuras, ya ha reabierto tras su pausa durante la pandemia, XpresSpa.

Y para hacer ejercicio o simplemente relajarse, el lugar ideal es la piscina en la azotea con vistas a la pista de aterrizaje y el inmenso gimnasio del Hotel TWA. Para acceder a estos servicios sin pasar la noche, hay dos maneras, o bien reservando una habitación de día, o directamente pagando una entrada de lunes a jueves, el precio es 25 dólares por adulto, y en fin de semana 50 dólares; precio para niños, 20 dólares.

Otro plan para ejercicio, y diversión, es ir a la pista de patinaje al aire libre, abierta de viernes a domingo del 15 de abril al 1 de noviembre. El precio de 50 minutos de patinaje es de 20$ los mayores y 16$ los niños.

Terminal 5

Aquí está la base de JetBlue y es una de las terminales más nuevas del aeropuerto. Para ir de compras, las opciones incluyen Ron Jon Surf Shop, tienda de trajes de baño y ropa de vacaciones en plan resort, el local WFAN 66 con recuerdos deportivos, y dos librerías Heritage Books y WhereTraveler.

Para comer en la Terminal 5, para comer rápidamente hay que dirigirse a la plaza central, llena de restaurantes de comida rápida y para llevar. La terminal también incluye varios restaurantes para sentarse y comer con más calma, entre ellos: 5ivesteak para carne, hamburguesas y sándwiches, y también sirve desayunos desde las 5:00 de la mañana; Deep Blue Sushi, que es una opción popular de comida japonesa; y AeroNuova, para pastas italianas y sándwiches.

Deep Blue Sushi

Un detalle de interés y práctico de esta terminal, para quien viaje con niños: hay una zona de juegos interactivos con temática de aviación. Aquí los peques pueden jugar a ser pilotos imaginarios en la Terminal 5 de JetBlue. Esto está situado cerca de la puerta 26.

Terminal 7

La Terminal 7, la terminal del JFK en la que operan las aerolíneas British Airways e Iberia, Alaska y United. Las salas de espera incluyen para la primera clase de BA, la sala Concorde con un bar de champán, y para la clase business, otra sala. También está el elegante espacio de Alaska, con una carta inspirada en sus raíces del noroeste del Pacífico. Por cierto, si bien son pocas las aerolíneas que venden pases de un día a sus salas VIP, si vuelas con Alaska Airlines, en esta terminal por 60 dólares puedes entrar en su bien equipada sala para trabajar en un rincón tranquilo y disfrutar del servicio VIP antes del vuelo.

El resto de las opciones de comida de la terminal son decididamente menos inspiradoras, con un Dunkin’ y una hamburguesería para los que buscan tomar algo antes del vuelo.

Terminal 8

American Airlines y sus socios de Oneworld, como Finnair, son los principales inquilinos de esta terminal. El Flagship Lounge y el Admirals Club de American Airlines están a disposición de los miembros del club y de los pasajeros premium.

Flagship Lounge de American

En esta terminal, para un desayuno rápido, está Dunkin’; para comida o cenar, Bobby Van’s, que es un asador decorado con paneles de madera al estilo neoyorquino que también ofrece una amplia gama de sándwiches y ensaladas, bajo nuestra opinión, la mejor opción para sentarse en la terminal.

Hotel TWA

Si ya de por sí este aeropuerto da posibilidades de disfrutar del registro “arte” con las exposiciones que van rotando por las terminales, para más arte, el Hotel TWA, donde las exposiciones son también una constante. Entre las permanentes, la dedicada a Eero Saarinen, el famoso arquitecto que diseñó la estructura del edificio, o la colección de pósteres antiguos de la TWA del artista David Klein.

Y en el registro “disfrute de la buena mesa”, hay que ir a comer a varios de los restaurantes del hotel. Uno, fundamental, es el Paris Café by Jean-Georges para un delicioso y disfrutón descanso pues el lugar es especial, con vistas a las pistas en un ambiente arquitectónico de E. Saarinen, y la cocina, inspirada en los menús de los vuelos de los años 60, está comisariada por el famoso chef Jean-Georges Vongerichten.

Paris Café by Jean-Georges
Todo ha sido reformado manteniendo el espíritu original de Saarinen.

Otro, el más informal, el Food Hall, con todo tipo de productos, desde bagels hasta tacos. Y para un cóctel, hay que tomarlo o bien sentado en una de las banquetas de color escarlata del Sunken Lounge, o bien en el antiguo avión de hélice Lockheed Constellation (o “Connie”) aparcado en el exterior del hotel, que ahora es el abrevadero de los entusiastas de la aviación.

Este hotel da para mucho sin estar alojado en el mismo. También sirve de buen plan para los padres. Los padres que estén desesperados por entretener a los niños y pasar el tiempo pueden dirigirse a este hotel porque cuenta, entre otras diversiones, con una sala de Twister, una versión más grande del clásico juego de los años 60. Otra opción es coger el AirTrain gratuito, en el que las familias pueden recorrer el aeropuerto observando los aviones y a la gente que va y viene.

Es el único establecimiento hotelero en el aeropuerto. No es el típico formato funcional de aeropuerto. Es todo un objetivo de viaje en sí mismo. Por su arquitectura y por su pasado aeronáutico que puedes tocar, respirar, es ideal para sumergirte en ambas pasiones si son lo tuyo; y si no, es perfecto para simplemente disfrutar de un estupendo hotel, piscina, restaurantes y mucho más.

Capítulo: Salas VIP. Las mejores:

De todas las salas VIP de las aerolíneas dentro de este aeropuerto neoyorquino que ya hemos ido avanzando, destacamos el club de Air France/KLM y el de Lufthansa en la terminal 1. Ofrecen espléndidos buffets, duchas y spas.

También el SkyClub de Delta, en la terminal 4, tiene una gran cubierta al aire libre con vistas a la acción en la pista. En la misma terminal se encuentran el Virgin Atlantic Clubhouse con los clubes de Emirates y Etihad, que incluyen servicio de bar, buffet, restaurante y de ducha.

Virgin Atlantic Clubhouse

Las salas VIP de British Airways en la terminal 7 ofrecen los beneficios habituales de lujo pero su legendaria sala Concorde para sus pasajeros de primera clase, con champán de época, vinos seleccionados y otros detalles de lujo, tienen un cariz distinto a una mera sala VIP porque recuerdan el apogeo del supersónico avión.

Otra sala que merecen una visita, si vuelas en Business o Primera, es la de American en la terminal 8. Otro dato de interés para quien tenga niños, estas dos últimas, BA y American, tienen espacios de juego para entretenerles.

Capítulo: Explorar los alrededores

Si tu escala no es lo suficientemente larga como para ir a Manhattan (se necesita al menos de 6 a 8 horas para que merezca la pena), hay varios buenos restaurantes frente al mar a unos ocho kilómetros del aeropuerto, como el Bayhouse y el Vetro Restaurant and Lounge. Ambos ofrecen cenas al aire libre y especialidades italianas y de marisco.

El restaurante Bayhouse

Capítulo: Spotting

Foto: En el JFK hay unos cuantos lugares privilegiados para ver la pista de aterrizaje, como la piscina de la azotea del Hotel TWA. Foto de Shutterstock

Los sportters y a los que les guste ver despegar y aterrizar los aviones, si vuelan con JetBlue pueden ir a la plataforma de observación de la Terminal 5, donde la cubierta además funciona como zona de descanso para mascotas (conocida como “Wooftop”).

Baño contemplando despegues

Y por supuesto, el plan redondo es ir a la piscina en la azotea del Hotel TWA con vistas a la pista de aterrizaje, ya que ahora permite el acceso a los no huéspedes, pagando de 20 a 25 dólares por adulto, 20 dólares por niño.

El Sky Deck de Delta en la Terminal 4 también ofrece vistas de los despegues y aterrizajes.

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