LUMA: soplan vientos de vanguardia (cultural) en Arlés

Arlés, la ciudad provenzal de los impresionistas, está cambiando de cara. En esta localidad, azotada por el Mistral -el viento intenso que atrapó a Van Gogh por los cielos cristalinos y los colores brillantes que deja a su paso-, soplan ahora nuevos «vientos». Porque esta pequeña urbe de encanto reposado, importantes monumentos romanos, iglesias románicas y atmósfera artística, está empezando a sorprender de otra manera. Un grupo de intelectuales y artistas, hoteleros y entidades locales, encabezados por la mecenas suiza Maja Hoffmann y su Fundación LUMA, están cambiando el mapa de las visitas turísticas. Juntos trabajan por un Arlés con una cara cultural moderna y estimulante.

Arlés vanguardia cultural LUMA
La nueva Arlés quiere ser visitada también por su faceta más vanguardista.

Esta Fundación tiene en marcha un ambicioso proyecto de creación contemporánea que no solo está cambiando el tipo de arte expuesto, también la fisonomía de la urbe con la singular torre plateada de 56 metros de altura, todavía en construcción, encargada a un nombre propio de la arquitectura contemporánea, el canadiense Frank Gehry.

Una apuesta de futuro que tiene mucho sentido aquí. En verdad es una evolución natural de la ciudad, pues siendo polo de artistas desde la época de Vincent van Gogh, Arlés tiene un peso cultural importante. Un ejemplo es el reputado festival Les Rencontres d’Arles, que desde 1970 viene desarrollando encuentros fotográficos con exposiciones, conferencias y talleres dedicados a la fotografía, convirtiendo a Arlés, una vez al año, en el centro de la fotografía mundial.

Gracias o por culpa de Vincent van Gogh, Arlés fue una de las cunas del arte postimpresionista de Europa de finales del XIX. El pintor vivió ahí su última temporada, corta pero muy productiva y brillante. Y desde entonces la ciudad no ha dejado de estar vinculada al mundo de las artes.

Maja Hoffmann es una empresaria, documentalista, coleccionista y viajera imparable, que pasó su infancia en esta pequeña ciudad del sur de Francia. Ahora vive a caballo entre el lago de Zúrich, Gstaad, Londres, Nueva York y la propia Arlés. Es una de las herederas de los laboratorios Hoffmann-Roche. Su altruismo y generosidad es genético pues pertenece a una importante saga de filántropos y artistas. Su padre, Luc Hoffmann, además de empresario multimillonario, biólogo y un destacado ornitólogo, fue uno de los fundadores del Fondo Mundial para la Naturaleza. Sus mecenazgos llevan hasta la propia Fundación Van Gogh de Arlés que fue impulsada por este empresario a partir de 2008.

El caso es que el cariño y vínculo que Maja Hoffmann tiene con Arlés, le lleva a fundar LUMA Arles con la intención de convertirla en una ciudad de arte contemporáneo y ponerla en el mapa de sitios imprescindibles del panorama cultural europeo. Es un ambicioso proyecto que quiere transformar la urbe siguiendo la estela que abrió Bilbao con la llegada del Guggenheim y que después han replicado otras muchas ciudades europeas (con mayor o menor éxito). Como Lisboa con su MAAT, o sin ir muy lejos, la vecina Marsella con su MuCEM.

LUMA Arles ha rescatado los antiguos talleres de reparación de los trenes de SCNF (la compañía ferroviaria de Francia) y los ha reconvertido en un nuevo y enorme espacio cultural que sirve para atraer la atención por esta ciudad desde el universo del arte, el diseño y la audacia arquitectónica.

Actividad durante uno de los LUMA DAYS. Foto: Victor & Simon
Actividad durante uno de los LUMA DAYS. Foto: Victor & Simon

A partir de 2020, Arlés no será igual

La agenda cultural y artística dentro de los antiguos edificios ferroviarios ya renovados lleva abierta desde 2017. Pero la fecha clave del proyecto es 2020. Es cuando Frank Gehry termina su torre.

La elección del lugar, las naves ferroviarias, tiene una lectura muy simbólica. De alguna manera une el pasado industrial de Arlés, época en la que vivió Vincent van Gogh allí, con la nueva dimensión vanguardista que se ha propuesto adoptar la ciudad. Impresionismo entonces y últimas corrientes culturales ahora. Vanguardia artística, en cualquier caso.

Esposición: 50 años de Gilbert & George.
Luma Arles quiere poner a esta ciudad provenzal en el mapa de los viajeros rastreadores de los grandes centros de arte europeos. En la foto, exposición «50 años de Gilbert & George».

Unión de vanguardias también a nivel arquitectura, claro. Porque este formidable enclave industrial está presidido por la llamativa torre de este arquitecto reconocido por las peculiares formas de sus diseños. Así, la robustez y pesadez del hierro y los ladrillos de los edificios antiguos contrastan con el vigor y brillo de las planchas de acero de la torre que se retuercen hacia el cielo. No cabe duda: este edificio de Gehry con su singular silueta curvada -con formas irregulares y salientes- es toda una declaración de intenciones de hacia dónde quiere dirigirse turísticamente Arlés.

De vidrio y acero 1
De vidrio y acero para dar reflejos plateados al cielo de Arlés como los de Van Gogh.

Un vivero de expresión artística

Aquí son bienvenidas todo tipo de creaciones artísticas. Acoge a gente creativa de todas las disciplinas. Y lejos del concepto clásico de galería como un espacio meramente contemplativo, la intención de LUMA Arles es ser un auténtico vivero de expresión artística. De hecho, en la torre de Gehry vivirán y trabajarán los propios artistas. Cuando esté completamente terminado, será un campus dedicado a la creación contemporánea, un “Silicon Valley” de la creatividad, como ya lo llaman aquí.

En su empeño de reactivar la ciudad y la región de la Camarga, la Fundación incluso tiene una unidad de producción y aprendizaje específica para ello que, utilizando el diseño como herramienta de transición, lleva a cabo proyectos relacionados con seis temas estratégicos de la comunidad, llamados: Los residuos importan, Producir (en) la ciudad, Movilidad saludable, Próxima hospitalidad, Círculo de alimentos y Educación circular.

Además de lo novedoso de la residencia para artistas en la torre, el complejo de edificaciones, llamado Parc des Ateliers, incluye una inmensa galería de exposiciones -que ocupa la que fuera la más grande de las antiguas naves ferroviarias-, otros espacios de exposiciones más pequeños, espacios de trabajo y un teatro para proyecciones y espectáculos. Tampoco falta un café-restaurante.

La nave principal acoge cada año el certamen LUMA DAYS que inaugura la temporada cultural de verano. Foto: Victor & Simon
La nave principal acoge cada año el certamen LUMA DAYS, que inaugura la temporada cultural de verano. Foto: Victor & Simon

 

Las actividades reúnen a expertos, científicos, artistas, pensadores y activistas con el público en general para compartir ideas y experiencias sobre temas de actualidad. La carta de opciones para el visitante incluye eventos, conferencias, talleres profesionales, exposiciones artísticas, conciertos, espectáculos de danza…

Estando casi ya acabado el contenedor -a falta de rematar la impactante torre-, ahora solo queda llenarlo de más contenido atractivo para que acudan viajeros de todas partes. El resto del complejo ya está muy consolidado, incluso ya han plantado un montón de árboles para que los espacios abiertos que separan los distintos edificios se vayan llenando de flora autóctona.

Todo ello para darle una nueva vida a Arlés. Y todo ello gracias al sueño de Maja Hoffmann, una mujer a la que los lugareños ya la conocen como la Princesa de Arlés.

Arles Skyline con torre Gehry 1
La fundación Luma redescubre la vieja Arlés desde una perspectiva de diseño y arte de vanguardia.
– Fotos: Luma Arles –
Más información en https://www.luma-arles.org/

 

 

 

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