Los rincones perdidos donde degustar las estrellas Michelin

España es reconocida internacionalmente por su cocina de alta calidad, así lo certifican los 182 restaurantes con estrella Michelin que se distribuyen por todo el país. Este reconocimiento a la excelencia gastronómica se convierte en un reclamo para quienes viajan con el paladar y buscan nuevas experiencias a la mesa. Si bien la tendencia es que estos locales se localicen en las ciudades, dentro de las rutas habituales del entorno foodie, encontramos algunas excepciones. De los más de cien de restaurantes certificados, sólo unos pocos presumen de estar en espacios recónditos de nuestra geografía, imprimiendo la magia de lo inexplorado a su cocina. Les animamos a visitar algunas de estas estrellas tan especiales, para que disfruten la mejor cocina en un ambiente único.

Casa Marcial: Las dos estrellas Michelin de las que presume este restaurante justifican la escalada previa que hay que realizar para poder sentarse a la mesa. Casa Marcial se encuentra en plena montaña asturiana, en la aldea de La Salgar (Arriondas), rodeada de un paisaje natural y rústico, muy propio de la zona. Tras los fogones se esconde Nacho Manzano, quien ha logrado fusionar la cocina asturiana más tradicional con la vanguardia, abogando siempre por el respeto al producto autóctono y el recetario del entorno. Muestra de ello son los platos que desfilan por su carta, en la que podemos degustar el “pitu de caleya” (“pollo de camino”), hortalizas y aromáticas propias de la huerta y sardinas, merluzas o salmonetes que vienen directos de las lonjas de Gijón, Avilés o Tazones. Probar las creaciones de Nacho Manzano rodeados de un paisaje excepcional y degustando lo mejor de Asturias con dos estrellas Michelin es la experiencia que les espera en Casa Marcial.

Cenador de Amós: Próxima a Santander se erige Villaverde de Pontones, una localidad de 350 habitantes en la que Jesús Sánchez ha decidido construir su restaurante de dos estrellas Michelin. Sánchez y su mujer, Marian, trabajan en la antigua “Casa-Palacio Mazarrasa”, una espectacular casona del siglo XVIII en la que elaboran platos ligeros creados a partir de productos naturales donde prima el aspecto visual. El comedor principal ocupa un antiguo patio por el que antiguamente accedían los coches de caballos, un lugar de lujo iluminado por una luz natural que muestra el trabajo del interiorista Rafael Zabala, quien ha respetado los aspectos arquitectónicos originarios de la época. Probar su carta es trasladarse tres siglos atrás y escoger entre más de 500 referencias de vino.

Venta Moncalvillo: Reconocidos con una estrella Michelin, los hermanos Echapresto alardean de tener el único restaurante en el mundo con dicho galardón en el pueblo que cuenta con menos habitantes: en Daroca de Rioja tan sólo conviven 58 personas. Ambos unen fuerzas en el local e innovan la cocina de siempre con las últimas actualizaciones. Carlos, como sumiller, se hace cargo de la completa bodega, una de las mejores de España, mientras que por su parte, Ignacio elabora en la cocina platos con productos riojanos como sus famosos trampantojos. En un espacio luminoso donde se funden las maderas, los grises y blancos, pueden sentirse como alguno de los menos de los 60 habitantes del pueblo y disfrutar de los olores, colores y sabores marcados con el sello del apellido Echapresto.

Hospedería El Batán: El único espacio en Teruel que cuenta con una estrella se encuentra en la Hospedería El Batán, en plena Sierra de Albarracín. La hospedería ocupa una antigua fábrica de lana en Tramacastilla, un pueblo de poco más de 100 habitantes, en la que sus siete habitaciones dan cobijo a los viajeros que quieran completar su experiencia gastronómica pasando la noche en un recóndito lugar. Su cocina tradicional mejora en otoño gracias a que las setas, la trufa negra y la caza de la zona se hacen un hueco señalado en la carta. El restaurante, erigido en pleno campo, hará que se pierdan en su ambiente rústico e invita a completar la excelencia gastronómica pasando una noche en el mismo lugar que inspira la carta de El Batán.

Casa Solla: El chef Pepe Solla bautiza a este restaurante situado en una casona gallega de aire regional que sorprende por su moderno hall interior y su elegante comedor, desde el que se ven la cocina y el ambiente rural que rodea el local. Solla propone dos menús degustación entre los que escoger para no perderse nada de la carta, el Gastronómico y el Gran menú. Entre sus platos destacan el pichón madurado, la remolacha y el queso azul, en una oferta donde priman los productos de temporada, teniendo siempre al mar como protagonista. También cabe destacar su bodega, perfectamente seleccionada con más de 320 referencias de vinos.

L’antic Molí: El chef Vincent Guimerà, reconocido con una estrella Michelin y como cocinero del año de Cataluña, puede respirar tranquilo. Su restaurante, L’antic Molí, ha sido galardonado al fin con una estrella en la guía de este año. Guimerà lleva una década perfeccionando su “cocina de km 0” en Ulldecona, un municipio tarraconense, hasta que su trabajo en los fogones ha sido reconocido por sus sabores, en los que se funden mar y montaña. El fetiche de su cocina es la galera, un crustáceo usado tradicionalmente en la elaboración de caldos o fondo, al que el chef le ha sabido otorgar la importancia que buscaba. Llaman la atención sus menús de degustación, inspirados en el famoso juego de mesa el Trivial. L’antic Molí es un espacio ideal para celebrar eventos como bodas y dejar a los invitados con un exquisito sabor de boca.

Kabuki Raw: El malagueño hotel de lujo Finca Cortesín encierra un restaurante con estrella Michelin alejado de la cocina de nuestra tierra. El chef Luis Olarra presenta en Kabuki Raw sus creaciones niponas que se encuentran en la mesa con la tradición mediterránea, a la vista del público en un espacio de altas prestaciones que elevan aún más la experiencia gastronómica. En el hotel se dan cita varios tipos de cocina en lugares de ensueño a los que escapar del bullicio y darse un capricho, como son El jardín de Lutz, el Kabuki Raw, Don Giovanni, The Blue Bar o el Beach Club. La mejor comida japonesa se degusta en este mágico rincón de Málaga.