Los mejores champagnes que hay que comprar, según los expertos en burbujas

Los mejores champanes que comprar y disfrutar en las fiestas navideñas y por supuesto a lo largo de todo el año. Porque el oro líquido no falla cuando se trata de celebrar, festejar, o simplemente maridar cualquier plato que se precie. Traemos una lista con las mejores etiquetas, al menos para varios expertos y sumilleres de tres de los lugares del planeta donde más se consume el champán: Reims, París y Nueva York.

En el medio, uno de los elegidos por los expertos: un Dom Pérignon Vintage 2008

30 de diciembre de 2021,

R de Ruinart Brut y Blanc de Blancs de Ruinart, en Reims

Reims, además de ser la cuna de la coronación de los reyes de Francia, es la urbe más grande de la región de Champagne y, como tal, la capital de la bebida más prestigiosa del mundo. Aquí, a cualquier hora del día se ve a la gente sentada en las terrazas, en los restaurantes e incluso en pastelerías donde, en lugar de con un café o una cerveza, está bebiendo champán. Uno de los lugares más emblemáticos es el Cafe du Palais, toda una institución del burbujeo en esta ciudad. Ciudad por cierto, preciosa y de rica historia al igual que Troyes, la capital histórica de la región de Champagne.

Marie y Louis, la quinta generación de la familia Vogt propietaria del bistró, tienen dos favoritos de entre su extensa lista de champanes. Ambos clásicos y ambos de Ruinart, la maison de champagne más antigua y una de las más prestigiosas en todo el mundo. “Ruinart es elegancia y es un art de vivre a la francesa”, destaca Louis.

Marie selecciona R de Ruinart. Elaborado con un 57% de uva Pinot Noir, un 40% Chardonnay y un 3% de Pinot Meunier, que son las tres principales variedades utilizadas en Champagne. El aroma de este vino es para Marie fresco con predominio de aromas frutales (peras). “Y en boca es equilibrado, vigoroso, con cuerpo, aromas de frutas maduras y con un final persistente”, comenta de manera rotunda.

Para su hermano también está a la misma altura el Blanc de Blancs de Ruinart. “El otro clásico al que no puedo renunciar”, cometa Louis. Es la joya de la corona de la casa, de hecho, con este caldo Ruinart se ha alzado con el premio a mejor champagne blanco del mundo en varias ediciones de los “Oscar del Champagne”, es decir, el certamen Champagne & Sparkling Wine World Championships. Y cuenta además con 3 estrellas en la guía Hachette. “Este vino, elaborado 100% de uva Chardonnay de diferentes cosechas, es de color amarillo pálido con reflejos dorados y verdes, y en nariz destacan especialmente sus toques cítricos y una cierta nota a piña”, indica.

Además de ahora este vino se presenta con un nuevo envoltorio 100% reciclable y ecosostenible. La edición la llaman Blanc de Blancs Second Skin, porque este empaquetado o segunda piel, que está hecha de fibras de madera naturales moldeada con la forma de la botella e inspirada en las históricas crayères (canteras de tiza) de la Maison.

Dom Pérignon Vintage 2008, desde el chispeando París

París es la capital mundial del consumo de vino y uno de los principales de champagne. Esta ciudad casi podría decirse que sea la meca de los enólogos y sumilleres especializados en este vino. Hemos preguntado a Sylvie Schindler, enóloga especialista en champán del Hotel Les Bulles.

 “En el corazón del Barrio Latino y de Saint-Germain-des-Prés, situado entre cines de arte y ensayo, anticuarios, librerías y cafés, el Hotel Les Bulles invita a disfrutar de un París intemporal, festivo, chispeante y elegante; un París que tan bien personifica el champán”. Así se describe el propio hotel en su página. El Hotel de las Burbujas -en su traducción- es como no podía ser de otra manera un hotel con temática de champán. Así en el minibar no falta por supuesto champán, hay un salón de degustación de champanes, y una bodega abovedada debajo del edificio donde imparten cursos de vino y champán.

Sylvie Schindler tiene muchos favoritos pero si la apretamos y la hacemos quedarse con uno solo, sin darse cuenta pronuncia “el sublime Dom Pérignon Vintage 2008”. Y es que se trata de una añada excepcional que sorprende por su excepcional acidez, concisión y pureza aromática junto con su densidad, profundidad y complejidad en ambos, nariz y boca. Sin duda tiene la dualidad perfecta de calidez y frescura. Este coupage de Pinot Noir y Chardonnay, que permanece con sus sedimentos entre 6 y 8 años en las cavas, es de color oro pálido con una burbuja muy fina. Schindler lo describe como un champagne único: “En nariz primero notamos flores blancas, cítricos y frutas de hueso con la frescura de la menta anisada. Y acaba mostrando unas notas especiadas y torrefactas. En boca, densidad y ligereza por sus notas de torrefacción, lo que a su vez le da coherencia entre olfato y gusto. En conjunto un vino espectacular de sutil complejidad”.

Les Beaudiers Rosé de Saignée Extra Brut NV de Laherte Frères, la efervescencia de lujo en pleno NYC

En Nueva York hay varios restaurantes en los que el champán es casi “su plato fuerte”. Uno de ellos es Air’s Champagne Parlor, un restaurante y bar especializado en estos espumosos, con un equipo de sumilleres a quienes se les puede considerar ser de los mejores expertos del mundo del champán.

El lujo en NYC indicamos en este ladillo. Pero lujo del champán entendido en su sentido más auténtico, no en el meramente económico, porque en este restaurante el lujo de disfrutar de las mejores burbujas del champán no es igual a pagar precios astronómicos. Además, más allá de las etiquetas convencionales que los consumidores conocemos y amamos, en Air’s Champagne Parlor exploran los espumosos de casas más pequeñas y familiares que cultivan sus propias uvas.

Este es el caso de Laherte Frères. De este pequeño proveedor, son fans incondicionales de su rosado seco, elaborado con uva Pinot Meunier, Les Beaudiers Rosé de Saignée Extra Brut NV.

“La uva Meunier es mucho más de lo que parece, es muy versátil, permite provocar sabores que van desde las peras crujientes y escalfadas hasta las setas terrosas y con queso, pasando por las ciruelas pasas, las grosellas y las cerezas. Esta uva es un regalo”, apunta Amanda Echevarria, sumiller de Air’s. Y en concreto de este champán, Ogando, otro de sus sumilleres, dice: «Este vino se burla de mi paladar con cereza cubierta de chocolate blanco y hierbas ligeramente secas. Es una delicia vivaz y ligeramente cremosa: un imprescindible”.

Cuvée Spéciale Brut Champagne NV de Alexandre Filaine, el sabor de los champanes de antes recomendado desde Nueva York

Este espumoso es la culminación del conocimiento, el amor, el juego y la emoción de su productor Alexandre Filaine, quien tras trabajar en la reputada maison Bollinger decidió montar su propia firma de champagne.

Sus vinos brut sin añada producidos en su pequeña finca fermentan de forma natural en barricas viejas de 1937 que trajo Alexandre de Bollinger. Así pueden recuperar lo que eran los champagnes antes. Y este en concreto, la Cuvée Spéciale, de Pinot Noir, destaca por estar llena de precisión y tensión, abriendo un mundo de sabores muy estimulante. Para el sumiller Ogando “este champán es sencillamente delicioso y me recuerda a un esponjoso y mantecoso trozo de brioche cubierto de arándanos”.

Champagne Extra Brut Sensation 1999 de Vincent Couche

Otro restaurante de NYC, a pocas manzanas del Air’s Champagne Parlor y del mismo grupo de restauración, es el restaurante Niche Niche, donde el sumiller Hugo Wai sirve una carta de vinos de idiosincrasia principalmente orgánica, biodinámica o sostenible que seleccionan para acompañar los menús de degustación de sus chefs. Wai tiene un favorito entre todos los champanes y éste es el de la cosecha Sensation 1999 de Vincent Couche, un vino que se cultiva y produce en el corazón del Aube.

“Probé este champán por primera vez en 2019, cuando acababa de salir al mercado después de enfriarse y reposar sobre los posos del vino durante 20 años”, comenta Wai, que desde entonces es un gran admirador del trabajo de Couche. “Lo que me llevé de esta añada fue manzana dulce, un ligerísimo toque de champiñón, merengue y yogur de limón, panecillo recién horneado, y con lo que lo termina de hacer especial, un toque ácido que produce una sensación energética, chasqueante”. Y termina diciendo “al ser de cultivo orgánico, sostenible y muy-muy mimado, como puedes imaginar estos vinos son muy limitados -la producción es pequeña-, por lo que si por casualidad lo encuentras en una carta de vinos o en una tienda de vinos, hágase un favor y consígalo».

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