La N-623, ¿la primera carretera turística nacional?

Los territorios de Cantabria y Castilla y León reivindican esta vía, la N-623, como un itinerario indispensable para disfrutar de sus paisajes, su patrimonio y una gastronomía única

6 de octubre de 2021,

Durante los años 70 del siglo XX, la N-623 era la única vía terrestre que conectaba el Cantábrico con el resto de España y ahora, a pesar de que la autovía le restó protagonismo, se pide que sea declarada Ruta Turística Nacional. Por el lado cántabro, se trata de una arteria llena de pueblos con encanto, que cruza el corazón de los Valles Pasiegos. Y del lado burgalés, atraviesa las riberas del Pantano del Ebro, pasa por el Parque Natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón, por Sedano (pueblo donde veraneaba Miguel Delibes) o Sotopalacios, una de las cunas de la morcilla burgalesa.

Pantano del Ebro
Hoces Alto Ebro y Rudrón

Para recuperar parte de la intensa vida económica que llenó sus pequeños pueblos de innumerables viajeros, las comunidades de Cantabria y Castilla y León han presentado en Madrid una campaña para divulgar los paisajes, el patrimonio y la gastronomía que esconde este singular itinerario. El presidente de la Diputación Provincial de Burgos, César Rico Ruiz, así como la directora general de Turismo y la de Desarrollo Rural de Cantabria, Marta Barca Pérez y Marisa Pascual Domínguez, fueron los encargados de poner en valor esta N-623, que transita por 153 kilómetros y que bien merece la pena disfrutar.

“Una apuesta por lo rural”

El presidente de la Diputación de Burgos, César Rico, destacó que la N-623 “es ya la vieja conocida, el principial nexo de unión del Cantábrico con la Meseta, una apuesta por el desarrollo rural, que forma parte de la lucha contra la despoblación, que pone en valor todos esos negocios familiares que crean riqueza en el territorio y que hay que seguirlas manteniendo. La N-623 a su paso por la provincia de Burgos se podría definir como la carretera de las sensaciones, con puntos como Orbaneja del Castillo, Sargentes de la Lora que fue la única explotación peninsular de España del petróleo o municipios como Valdelateja. Pero también hay otros puntos y más patrimonio que conocer, a través de otros medios como el ciclismo, con la Vuelta a Burgos o la participación en la Vuelta a España como otros motores de promoción del territorio”.

Orbaneja del Castillo

Multitud de pequeños comercios, talleres mecánicos, gasolineras, restaurantes, fondas, agricultores y ganaderos… dieron color a esta vía durante toda la década de los 70, llenando de fotografías para el recuerdo la N-623. También lo hicieron las motos y autocaravanas de aquellos británicos que llegaban en ferry a Santander, dispuestos a descubrir sin prisa, cruzando esta carretera, la mitad norte de España. Motivos, todos ellos, por los que desde las Diputaciones de Burgos y Cantabria llevan reivindicando esta vía, considerándose prácticamente una carretera que es en sí misma un patrimonio debido al interés turístico que siempre ha generado.

Resistencia a la autovía

A pesar de la construcción de la autovía que pasó a ser vía de tránsito prioritario, hoy pueblos y gentes de ambos lados (del cántabro y del burgalés) siguen nutriendo la N-623 de sabores y aromas únicos. Tal es el caso de Begoña Garrido, propietaria del Restaurante Oro Negro, en Sargentes de la Lora, una de las máximas representantes del conocido cocido loriego, que acudió a Madrid a hablar de este famoso plato del  páramo castellano burgalés. También lo hizo David Martínez, desde Destilería Siderit, compañía cántabra dedicada a la elaboración de vermuts y destilados.

Morcilla Elaborada
Sobao

Las quesadas y sobaos pasiegos de Sobaos Luca, en Hontaneda y el potro hispano- bretón burgalés, cuyo hábitat es el Pantano del Ebro, también estuvieron presentes en dicho acto, a través de un roadtrip realizado en 2020 y protagonizado por la periodista Lara Villanueva. Un evento donde se resaltó la personalidad diversa de la N-623, cuyo objetivo es que el viajero redescubra esta carretera con el espíritu de aquellos trayectos en coche de antaño, al igual que lo hicieron los veraneantes de Madrid que acudían a Santander o a sus segundas residencias en los meses de calor, durante los años 70, y los británicos que partían de Santander con sus motos y autocaravanas. También los vecinos y locales que en su día a día convirtieron este carretera, con sus viajes en coche y en autobús, en nudo de comunicación clave antes de que ésta quedara abandonada.

Parajes de calma y buena mesa

Por eso, desde las Diputaciones de Burgos y Cantabria, Burgos Alimenta, así como desde los Ayuntamientos de Piélagos y Camargo se pretende volver a poner en valor la N-623, única vía de acceso terrestre que en su día tuvieron los ingleses con el resto de España, cuando desembarcaban en el ferry en la capital cántabra. Una oportunidad para que todos aquellos viajeros vuelvan a atravesar parajes únicos, donde las lentejas de Orbaneja del Castillo, el pueblo burgalés de Sedano (donde todavía veranea la familia de Miguel Delibes), el pan y la empanada de Orzales o el queso de Tres Valles Pasiegos esperan a todo el que quiera dedicar tiempo a esos viajes de serenidad y buena mesa.

PILAR ORTEGA

Nací en Madrid un 8 de marzo y prácticamente desde entonces tengo un libro entre las manos. Me licencié en Periodismo y mi trayectoria profesional se ha desarrollado casi siempre en las secciones de Cultura de periódicos nacionales: “El Mundo”, “La Razón” y “Ya”. Ahora colaboro como “freelance" con diversas publicaciones y también he puesto en marcha un proyecto que enlaza los viajes con la literatura. Soy autora de varias guías publicadas por la editorial Anaya Touring con las que me sumergí en países tan interesantes como Ecuador, Bolivia o Costa Rica. www.viajesynombres.com es mi aventura más personal.

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