¿Hotel? ¿Apartamento privado? Nuevos alojamientos para viajeros

Años ha, cuando los aviones eran un producto de lujo y desplazarse por el mundo como Pedro por su casa no era tan habitual, los hoteles, apartoteles y albergues de diversa condición eran básicamente la única alternativa para el turista. Todo cambió en este sector cuando en 2008, al hilo de la consolidación de internet y su espíritu colaborativo, nació Airbnb en San Francisco de la mano de Bryan Chesky, Nathan Blecharczyk y Joe Gebbia. Millones de hogares y apartamentos en todo el mundo quedaban a disposición del viajero. ¿Democratización? Y también mucha autenticidad…

 

¿Le hacen falta todos los servicios de un hotel o prefiere sentirse como un local? Imagen de Airbnb.
¿Le hacen falta todos los servicios de un hotel o prefiere sentirse como un local?

 

Hoy Airbnb es la plataforma más importante de este creciente sector que se apoya en Internet y en el creciente intercambio de opiniones. Se denominan a sí mismos, de hecho, como un “mercado comunitario” en el que la confianza es la clave. Y desde luego, se ha revelado como un fantástico negocio: más de sesenta millones de huéspedes, anfitriones en 134.000 ciudades de 191 países, dos millones de anuncios e incluso 174 castillos. Por días, fines de semana, meses… En la variedad está el gusto. Incluso disponen de un programa para empresas, que les permite economizar en los viajes de sus empleados y garantiza a estos los servicios que necesitan.

El funcionamiento del site es muy sencillo y ofrece garantías a viajeros y anfitriones (así llaman a los propietarios). Estos publicitan la vivienda (o habitación privada o compartida en una casa) en la web. Se ofrece todo tipo de información para que este cumple con la legislación local y nacional, se le insta a garantizar el respeto a sus huéspedes, a las opiniones… y se le anima a ganar dinero, en una palabra, alojando a personas en casas reales, en barrios, y a orientarles en su viaje.  Incluso ya ofertan experiencias, al margen del alojamiento, protagonizadas por ciudadanos como usted o como yo: conciertos, degustaciones de quesos, deportes… Todo, claro, con muchas fotos e información para hacerse una idea de dónde va a meterse uno.

Es más cálido, más personal…Y como intermediario, Airbnb, cobra al anfitrión una tarifa de servicio para cubrir los costes de tramitación de los pagos de los huéspedes. El importe se calcula en función del subtotal de la reserva (antes de aplicar las tarifas e impuestos). También se cobra una pequeña cantidad a los huéspedes de cara a mantener la plataforma online. Además, muy escrupulosos con la ley, Airbnb puede cobrar a los dueños la cantidad adicional correspondiente al IVA sobre el total de la reserva en función de la legislación aplicada en la jurisdicción a la que pertenezca el alojamiento.

La confianza, decíamos más arriba, es el pilar fundamental sobre el que se asienta este modelo de negocio. Cada anfitrión puede ser evaluado por usuarios reales, que comparten sus testimonios y orientan, de esta manera, a futuribles huéspedes. También es muy sencillo dialogar con el huésped, preguntarle cualquier duda. Los pagos al casero, para evitar fraudes, se hacen a través de Airbnb y se ejecutan 24 horas después de que la entrada del huésped. Y hay un centro de ayuda que funciona todo el día en caso problemas.

 

Los anfitriones ganan dinero y ofrecen a sus huéspedes una experincia más personal y auténtica. Imagen de Airbnb.
Los anfitriones ganan dinero y ofrecen a sus huéspedes una experincia más personal y auténtica. Imagen de Airbnb.

 

Otras plataformas similares a Airbnb

Tan sustancioso es este sistema que los imitadores europeos no tardaron en llegar. En febrero de 2011 el emprendedor alemán Stephan Uhrenbacher lanzó 9Flats, que sigue la misma filosofía que el gigante norteamericano. Pone en contacto a particulares que quieren alojarse en una casa o sólo una habitación (tienen hasta iglús, afirman) con personas interesadas en ganar un dinero extra como anfitriones. Todo con garantías, recibos de estancia y mucho color local.

Solo un mes después nacería Wimdu, de la mano de Arne Bleckwenn and Hinrich Dreiling. Con sede en Berlín, tiene más de un millón de usuarios registrados, 350.000 propiedades en 150 países y 115 empleados que se desenvuelven en quince idiomas. Puro social travel… Y hay otras muchas plataformas del mismo estilo.

Niumba es el Airbnb español; de hecho nació tres años antes, en 2005. Fundado por el grupo Intercom, es actualmente el portal líder de alquiler vacacional en España y, además de casas de particulares, también da la bienvenida a hoteles rurales y albergues, con lo cual amplía un poco el espectro de búsqueda y la tipología de la oferta. Cuenta con más de 100.000 propiedades repartidas por todas las zonas turísticas del país y otros tantos del globo. Desde 2013 pertenece a Tripadvisor, que ofrece a sus huéspedes la ventaja de anunciarse gratuitamente en su visitadísima web. Con esos anuncios, solo se paga el tres por ciento de las reservas confirmadas y todo se gestiona desde un sencillo panel.

¿Qué ventajas proporciona este sistema del peer-to-peer con respecto a los tradicionales hoteles? Sin duda, el precio es la gran ventaja con respecto al alojamiento turístico tradicional. Un simple vistazo por Airbnb nos da la pista: podemos alquilar una habitación doble en Londres con terraza por 34 euros al día con baño compartido en Earls Court Station, un encantador piso por 144 euros en San Francisco o una habitación en un Castillo galés para cinco personas por 130 euros. El presupuesto es fantástico.

 

El Capri by Fraser Barcelona es un apartotel de nueva generación. Nada que ver con la imagen costera de muchos de estos enclaves...
El Capri by Fraser Barcelona es un apartotel de nueva generación. Nada que ver con la imagen costera de muchos de estos enclaves…

 

También hay muchos viajeros que son apasionados de estas webs por la posibilidad de sentir y vivir la ciudad que visitan como un local. Los hoteles son confortables y pueden resultar fantásticos, pero no ofrecen la autenticidad de algunos de los (en muchas ocasiones) encantadores pisos y casas. También ofrece la valiosa opción de conocer a gente de la ciudad, que nos orientarán muy bien sobre la oferta de ocio y cultura, y en ocasiones nos invitarán a sumarnos a sus planes. No es el sitio donde nos alojaríamos en una luna de miel, pero sí para un viaje casual, que son la mayoría.

Por supuesto, las desventajas también existen, y a veces son inevitables. Quien escribe estas líneas estuvo hace un par de años en Florencia en un alojamiento proporcionado por Airbnb. Era un encantador pisito en un palazzo convertido en edificio de apartamentos en pleno centro. Todo era muy bonito, el dueño encantador… el desencanto vino al visitar el baño, cuya ducha era, en realidad, todo el cuarto de baño: no había plato, sino un desagüe en medio. Superada esta dificultad, los dos días de alojamiento fueron insufribles cuando descubrimos que el inodoro se atascaba y no tragaba: imaginen el inconveniente para cuatro mujeres. El casero (realmente el novio de la propietaria) vino y echó un producto, pero no sirvió de nada. ¿A dónde íbamos a ir? ¿Aumentábamos el presupuesto del viaje? Fue muy incómodo, y había lentejas, claro.

La reacción de los hoteles ante el auge del social travel

Los hoteles y apartoteles son conscientes del enorme daño que la aparición de estas plataformas les han hecho y han sabido reaccionar. Por un lado, sitios web como Trivago u otros comparadores les permiten beneficiarse del sistema de opiniones verificables y lanzar sus ofertas y mejores precios en un entorno en el que los usuarios dan preferencia a hoteles y apartoteles. Todavía hay muchas personas que prefieren la comodidad del alojamiento tradicional y desconfían del sistema del social travel. Noticias como el trasiego fiestero de los apartamentos turísticos de Barcelona no favorecen el sistema…

Respaldados cada vez más por grandes grupos, los hoteles y apartamentos han tenido que aumentar la calidad experiencial de sus ofertas. Para competir contra los asequibles alojamientos privados han tenido que buscar nuevas fórmulas, como aumentar su cartera de servicios wealthness, aumentar las ofertas, ofrecer experiencias gastronómicas de altura, edificios insólitos e incluso excluir a los niños para dar pie a los celebrados hoteles para adultos.

Esta necesidad de reorientación explica la aparición de los hostels de nueva ganeración (de los que hablaremos próximamente) y de la buena salud de los hoteles boutique: numerosos servicios, enfoque de lujo urbano y casual y pocas habitaciones en edificios singulares. ¿Precios? Pues nada disparatados. Nunca serán una opción para el cliente que solo viaja por precio (ni quieren, ni pueden captar a este target), pero sí atraen a un tipo de cliente que nunca alquilaría una habitación, pero sí un precioso apartamento con calidades de lujo en Hundred Rooms, por ejemplo.

 

TOTEM Madrid es un nuevo hotel boutique de Madrid. Imagen de la web del hotel.
TOTEM Madrid es un nuevo hotel boutique de Madrid. Imagen de la web del hotel.

 

Los apartoteles siguen siendo una opción muy valorada a la hora de viajar, sobre todo por la intimidad y el ahorro que supone contar con pequeñas cocinas que permiten a sus usuarios hacer alguna comida en ellos. Al igual que los hoteles, cada vez buscan nuevas fórmulas y un enfoque más cuidado, alejado de la imagen que muchos podemos tener en mente, sobre todo de este tipo de establecimientos en la costa. En Barcelona, por ejemplo, Frasers Hospitality, un el grupo dedicado a la hostelería procedente de Singapur, acaba de inaugurar su primer apartotel de la península ibérica. El Capri by Fraser Barcelona ofrece 97 lujosas habitaciones, repartidas entre estudios y apartamentos de un dormitorio, con instalaciones de última generación, cocina completa y WIFI gratis. La propiedad ofrece, además, un restaurante, un lobby bar y un gimnasio, e incluso salas de reuniones. ¿Quién dijo que un apartotel tiene que ser una opción de segundo nivel?

 

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Rosalía Martínez

Aunque mi nombre es Rosalía Martínez, todo el mundo me conoce como Piti. Periodista gastronómica de profesión, tengo igual de inquietos el espíritu y el paladar, así que me apasiona viajar y descubrir sitios fantásticos para comer. Y contarlo y recomendar, claro. Epicúrea convencida. Cuando no como o viajo, leo y veo series.
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