Hacienda de Abajo, un hotel (en La Palma) con 1.300 obras de arte

Más que un hotel, la Hacienda de Abajo de La Palma parece un museo. Nada más traspasar el umbral de esta vieja hacienda azucarera del siglo XVII, uno se topa con esculturas del siglo XVII, una antigua mesa italiana de mármol y piedras duras del siglo XIX, una tabla valenciana de Santa Águeda del siglo XVI, dos fuentes blasonadas de la Compañía de Indias, una talla de la Virgen de la Merced, dos jarrones chinos de la dinastía Tang y numerosos lienzos y algún tapiz de la Escuela Flamenca. Nada menos que 1.300 obras de arte acumula este singular hotel que ha merecido, después de su delicada rehabilitación para adaptarse a establecimiento hotelero, el prestigioso premio Hispania Nostra a la conservación del patrimonio. Y el Gobierno insular le ha otorgado el título de “primer hotel emblemático de Canarias”.

 

El Hotel Hacienda de Abajo se halla en lo que fue una antigua azucarera del siglo XVII, en La Palma.
El Hotel Hacienda de Abajo se halla en lo que fue una antigua azucarera del siglo XVII, en La Palma.

 

Está situado en Tazacorte, al oeste de la isla, en la más importante zona agrícola de La Palma, donde se concentra la mayor producción de plátano de Canarias. Es un territorio donde el color verde y la exuberancia vegetal se hacen dueños del paisaje, hasta que, a lo lejos, se divisa el azul intenso del Atlántico. Este entorno se ve desde las 33 habitaciones con que cuenta el hotel, cada una diferente, cada una singular, cada una con sus propias obras de arte y con impresionantes muebles de época.

Comercio con Flandes

¿Por qué acumula tanto arte la Hacienda de Abajo? Porque desde las dependencias de esta antigua hacienda azucarera se realizaba la mayoría de intercambios comerciales de La Palma con Flandes, Andalucía y las Indias Occidentales. Y también se comerciaba con obras de arte, algunas hoy impagables. No son de aquella época, pero podrían serlo, las rarezas botánicas que lucen, como piezas únicas, los espléndidos jardines de este singular hotel formado por varias construcciones anejas. Lo que está claro es que el viajero puede evocar un tiempo ya pasado pero que ha dejado su aroma y su rastro en los exquisitos objetos de arte que los actuales propietarios han sabido conservar y cuidar.

El hotel está formado por cuatro edificaciones distribuidas alrededor de un jardín interior con especies botánicas de todo el mundo.
El hotel está formado por cuatro edificaciones distribuidas alrededor de un jardín interior con especies botánicas de todo el mundo.

 

El edificio principal del hotel ocupa lo que en su día era la Casa Principal de Tazacorte. Era propiedad de una familia noble, los Sotomayor Topete, que ostentaba varios señoríos en Flandes que se gobernaban desde La Palma. Fue en 2010, después de varios años de abandono, cuando sus descendientes decidieron reconvertir sus estancias como alojamiento. Uno de sus actuales propietarios, Enrique Luis Larroque del Castillo-Olivares nos recibe en el hotel y nos explica la apuesta que la familia ha realizado para compartir su refinado estilo de vida. Y es que sólo pasear por sus dependencias es un verdadero lujo, aunque hay que decir que los propietarios lo muestran con hospitalidad y sin ostentación.

Está situado en Tazacorte, La Palma, donde se concentra la mayor producción de plátano de Canarias.
Situado en Tazacorte, La Palma, donde se concentra la mayor producción de plátano de Canarias.

“Un hotel de rincones”

“Es un pequeño museo y al mismo tiempo es una casa. Tenemos un turista de un alto nivel cultural, que quiere contacto con la naturaleza y el arte. Nosotros creemos que el patrimonio cultural puede generar riqueza y oportunidades de futuro. Éste es un hotel absolutamente atípico, un refugio, con huéspedes que han venido 15 veces aquí. Es como un club”, asegura Enrique Luis Larroque, “un trotamundos” según sus palabras, con aspecto de lord inglés, que asegura que el hotel ha sido un gran centro dinamizador del municipio, que ha conseguido reducir a la mitad el índice de desempleo y hacer de Tazacorte un destino en vez de un lugar de paso.

“Es un hotel rincones”, continúa Enrique Luis. “Un hotel desconocido del que todo el mundo habla, y mucho. Los clientes vienen de Alemania, Gran Bretaña y España, por este orden, y todos se sienten mejor que en su propia casa. Además, es un hotel muy respetuoso con el medio ambiente, donde no se utilizan químicos en el jardín, donde se usa una solución salina en la piscina, nada de cloro, y utilizamos como energía limpia la biomasa”.

Es un pequeño museo y al mismo tiempo es una casa.
Es un pequeño museo y al mismo tiempo es una casa.

Capilla y casa de baños

Enrique Luis Larroque es uno de los artífices, junto con sus primos, de que este hotel sea una realidad. Nos enseña todas las dependencias y nos acerca, a través del jardín botánico que en su día fue la huerta de la hacienda, hasta una espectacular capilla, en cuya fachada está pintada una obra alegórica de un artista contemporáneo canario, Matías Mata, alias “Sabotaje al Montaje”, que ha recreado un arcángel San Miguel. Una obra que poco tiene que ver con lo que encontramos en el interior: una tabla flamenca del XVII, un San Antonio de Padua del XVIII, una Virgen del Pilar de alabastro también del XVIII, porcelanas chinas, platos de la Compañía de Indias, un mueble oratorio catalán, un crucificado de marfil del XVII. “Nunca hemos vendido nada, pero sí hemos tenido muchas ofertas”, dice Enrique Luis, a quien le gusta organizar conciertos de cámara en el interior de este espacio, debido a su excelente acústica.

La capilla del hotel conserva delicadas tallas religiosas de los siglos XVI al XIX.
La capilla del hotel conserva delicadas tallas religiosas de los siglos XVI al XIX.

 

Y junto a la capilla, nos encontramos con la Casa de Baños, ubicada junto a la piscina del hotel. Y de la sala de máquinas, que se ubica en una reconstrucción de un ingenio azucarero. Así que el viajero, después de transitar por todos los espacios de esta vieja hacienda, advierte una casa muy singular de arquitectura equilibrada, con cubiertas de teja árabe a cuatro aguas que mira al mar y a los cultivos. Unos cultivos que en su día fueron de caña de azúcar y que, desde finales del siglo XIX, se sustituyeron por el del plátano.

El sabor del plátano

Y hablando de plátanos, si el viajero es curioso y tiene interés en visitar alguna finca o conocer los secretos del cultivo del plátano, que no lo dude: no tiene nada más que preguntar a Enrique Luis o al director del hotel Hacienda de Abajo, porque le explicarán todos los pormenores de esta fruta que es la seña de identidad de las islas Canarias. Y le podrán acompañar hasta alguna plantación, porque muy cerca se halla la sede de Europlátano, la organización de productores de esta planta. Y disfrutar del cuidado y del mimo con que se enfrentan a los nuevos tiempos. De hecho, presumen de su marca Premium, Gabaceras, que ha recibido durante los años 2014, 2016 y 2017 el premio del consumidor al Mejor Sabor del Año. Aquí se lucha contra la competencia de la banana, pero confían en ganar la batalla a base de calidad y primor y de ofrecer un producto biológico, libre de contaminantes, y respetuoso con el medio ambiente. A lo que contribuye que Tazacorte es el municipio con mayor horas de sol de toda España.

Plátano de canarias en la Palma
Muy cerca del hotel se halla la sede de Europlátano, donde se comercializa la marca premium del plátano de Canarias: Gabaceras.
Más información: www.hotelhaciendadeabajo.com

 

PILAR ORTEGA

Nací en Madrid un 8 de marzo y prácticamente desde entonces tengo un libro entre las manos. Me licencié en Periodismo y mi trayectoria profesional se ha desarrollado casi siempre en las secciones de Cultura de periódicos nacionales: “El Mundo”, “La Razón” y “Ya”. Ahora colaboro como “freelance" con diversas publicaciones y también he puesto en marcha un proyecto que enlaza los viajes con la literatura. Soy autora de varias guías publicadas por la editorial Anaya Touring con las que me sumergí en países tan interesantes como Ecuador, Bolivia o Costa Rica. www.viajesynombres.com es mi aventura más personal.

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